Viktor Orbán: Necesitamos un cambio en Bruselas
En su 25.º discurso anual, el primer ministro Viktor Orbán brindó información sobre la posición de Hungría en medio de desafíos internos y externos, ofreciendo una combinación de reflexión, crítica y una visión para el futuro.
El año «no podría haber empezado peor», comenzó el mandatario refiriéndose a la dimisión de la presidente Katalin Novák. Describió el acontecimiento como una «pesadilla que nos ha afectado a todos», destacando la partida de Novák como una pérdida sustancial para Hungría debido a su incansable servicio a la nación y su pueblo. «Su dimisión, aunque adecuada, es una gran pérdida para Hungría», afirmó el primer ministro, subrayando la gravedad de la situación provocada por un controvertido indulto presidencial.
“La renuncia es a la vez una satisfacción y un ejemplo para el país. Le ha dado a Hungría la oportunidad de salir fortalecida de sus dificultades y así lo haremos”, afirmó Orbán. En su opinión, es necesario reforzar el sistema húngaro de protección de la infancia. «Nuestra legislación para proteger a nuestros niños, desde la Constitución hasta los decretos ministeriales, necesita ser revisada y complementada», afirmó.
Reflexionando sobre 2023, el líder húngaro brindó una evaluación sobria de los desafíos económicos y sociales del país, agravados por la pandemia de COVID-19 y el conflicto de Ucrania. «Hemos estado viviendo y trabajando bajo circunstancias extraordinarias y una tremenda presión por quinto año», señalando la resiliencia de la economía húngara para proteger los empleos y lograr una tasa de empleo históricamente alta del 75%. «Hemos logrado proteger los empleos. De hecho, ahora hay más personas trabajando que nunca en Hungría», añadió, mostrando el compromiso del gobierno con el empleo y la estabilidad económica.
También expresó entusiasmo por la transición verde, considerándola una oportunidad para hacer el país más habitable y lograr la independencia energética. «La transición verde ha llegado en un momento oportuno para Hungría. Podemos matar dos pájaros de un tiro», afirmó, esbozando planes ambiciosos para el desarrollo de la energía nuclear y solar. «Nuestro programa de desarrollo de plantas de energía solar avanza tan rápido que a veces nos recuerda a un caballo desbocado; pronto tendremos que frenarlo y domesticarlo», señaló, subrayando el rápido progreso del país en el despliegue de energías renovables.
«Estamos a sólo unos años de la independencia energética», dijo el primer ministro, y añadió que «por primera vez en mucho tiempo, no somos seguidores de una revolución tecnológica, sino líderes mundiales».
A continuación, detalló un plan de cinco puntos para el éxito de Hungría, con el objetivo de posicionar al país como líder en el viejo continente. «Queremos que Hungría sea uno de los mejores países de Europa: fuerte, seguro, próspero y considerado con admiración en todo el mundo», afirmó. Además, hizo hincapié en comprender los cambios globales, adaptarse rápidamente, permanecer neutral en guerras y sanciones, mejorar la infraestructura y la educación y apoyar el crecimiento y la innovación de las empresas húngaras.
Refiriéndose a los asuntos exteriores, Orbán dijo: “La buena noticia es que nuestra actual disputa con Suecia está avanzando hacia una conclusión. Junto con el primer ministro sueco, hemos dado pasos importantes para restablecer la confianza”. Continuó: “Estamos en camino de ratificar la adhesión de Suecia a la OTAN en el último momento. Y esto nos arrastra hacia abajo, nos hace retroceder, nos pone un peso en los pies», argumentó, abogando por un cambio en Bruselas hacia políticas más alineadas con los intereses de los ciudadanos europeos. «Se necesita un cambio en Bruselas», afirmó el mandatario.
“La estrategia de Bruselas para Ucrania ha fracasado estrepitosamente. No sólo en el campo de batalla, donde la situación es desastrosa, sino también en la política internacional”, dijo el primer ministro, añadiendo que Hungría está tan aislada en la posición de paz como en la posición anti inmigración. «Es un buen comienzo para la sesión de primavera del Parlamento».
El líder magiar no se detuvo en su crítica a la Unión Europea, en particular en lo que respecta a su gestión de la crisis de Ucrania y la migración. «2023 fue el año de los fracasos de la Unión Europea, en particular por la guerra y el problema migratorio”.
Sobre la migración, señaló que «hasta un ciego puede ver que la migración es un riesgo para la seguridad y un caldo de cultivo para el antisemitismo». Según el primer ministro, aunque los países occidentales sean prósperos y ricos, es hora de afrontar la realidad de que la competitividad europea se ha visto erosionada por la guerra, las sanciones y los bloqueos. “La consecuencia fatal será el declive de la clase media, entonces la democracia quedará arruinada”, sentenció.
Reiterando la postura de Hungría sobre Ucrania, Orbán destacó la importancia de la neutralidad. «La posición de Hungría permanece sin cambios. No seremos arrastrados a la guerra. No entregaremos armas», afirmó, enfatizando el compromiso con la paz y la diplomacia. Además, expresó su deseo personal de que Donald Trump regrese a la presidencia de Estados Unidos, con la esperanza de que se vuelva a centrar la atención en la paz en Europa del Este.
Según el mandatario, “es hora de otra presidencia de Make America Great Again en Estados Unidos. También nos estamos preparando para otra presidencia… me refiero a la presidencia húngara del Consejo de la UE”.
“El cambio real sólo puede venir de una nueva derecha europea, de la que nosotros, los húngaros, formamos parte. ¡Abajo Bruselas, viva Europa! (…) La nueva derecha no debería ser una alternativa a Europa, sino una alternativa europea”, dijo Viktor Orbán al finalizar su discurso.