Venezuela ante unas elecciones marcadas por la sombra del abstencionismo

A pocos días de las elecciones legislativas y regionales programadas para el 25 de mayo en Venezuela, los candidatos intensifican sus campañas en un clima de creciente apatía electoral y pronósticos de alta abstención.
La líder opositora María Corina Machado ha llamado a boicotear los comicios, calificándolos como “una gran farsa” destinada a encubrir la derrota del régimen de Nicolás Maduro en las presidenciales del 28 de julio de 2024, según declaraciones dadas a la agencia AFP en Caracas.
Esta postura, respaldada por la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), ha generado un debate intenso dentro de la oposición y un panorama de incertidumbre para el proceso electoral.
El Consejo Nacional Electoral (CNE), controlado por el chavismo, convocó estas elecciones sin haber publicado los resultados desagregados de las presidenciales de 2024, donde proclamó a Maduro ganador con el 52% de los votos, un resultado cuestionado por la oposición y diversos gobiernos internacionales.
La PUD sostiene que el verdadero vencedor fue su candidato, Edmundo González Urrutia, actualmente exiliado. “Los venezolanos ya votaron el 28 de julio y vamos a hacer valer ese mandato (…) lo vamos a confirmar, al no aceptar la farsa y la trampa del 25 de mayo”, afirmó Machado, prometiendo “centros de votación vacíos” como muestra de “rechazo total” al proceso.
El analista político Ricardo Ríos, en una entrevista en Caracas el 20 de mayo, advirtió que la abstención será predominante debido a la desconfianza generada por el presunto fraude de las elecciones presidenciales.
“No parece que haya una solución directa a la crisis política tras estas elecciones. Mientras siga sin resolverse el estancamiento del 28 de julio del año pasado, cualquier evento electoral solo agravará la crisis política y el clima de confrontación”, señaló Ríos.
Encuestas recientes estiman una participación electoral de entre el 30% y el 35%, una caída de 26 puntos respecto a las presidenciales de 2024.
A pesar del llamado al boicot, algunos sectores de la oposición han decidido participar.
Henrique Capriles, candidato a la Asamblea Nacional, ha defendido la importancia de votar para evitar que el chavismo consolide su control.
“Si cometemos el error de no votar el 25 de mayo, ellos se apoderarán con gusto de toda la Asamblea Nacional. No habrá oposición, luego vendrá la reforma constitucional, luego las alcaldías… se apoderarán de absolutamente todo y el proyecto totalitario se consumará”, afirmó Capriles en Santa Teresa, Miranda.
Capriles, quien ha representado a la oposición en dos elecciones presidenciales, insistió: “A la oposición le ha ido muy mal cuando hemos optado por la abstención. Lo hemos vivido no una, sino tres veces”.
Por el lado del oficialismo, el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) ha desplegado una intensa maquinaria electoral. Nicolás Maduro Guerra, hijo del presidente, candidato a la Asamblea Nacional, ha centrado su campaña en advertir contra un regreso a las sanciones internacionales.
Durante un evento en Caracas el 16 de mayo, declaró: “El 25 de mayo tenemos dos caminos: uno que nos lleva de vuelta al pasado, a las sanciones de 2015. En 2015 perdimos la Asamblea Nacional, y ¿qué hizo la Asamblea Nacional entre 2016 y 2020? ¿Hicieron algo por nuestros mayores? (La multitud responde: ‘no’)”.
Juan Requesens, candidato opositor a la gobernación de Miranda, también ha recorrido las calles para movilizar a los votantes. En un acto de campaña en Caracas, expresó: “Mi testimonio es solo uno de los miles y millones de testimonios venezolanos. No fue solo Juan Requesens quien fue encarcelado; es la madre que vio partir a su hijo, el padre sin trabajo, el niño sin acceso a la alimentación escolar, nuestros ancianos sin acceso a la atención médica, los maestros con mucha incertidumbre y ansiedad por no ganar un buen salario”.
La división dentro de la oposición es evidente. Mientras la PUD y Machado rechazan los comicios como “precipitados, injustos y viciados”, partidos como Un Nuevo Tiempo y Movimiento Por Venezuela, junto a figuras como Capriles, apuestan por participar. Esta fractura, según analistas, podría debilitar aún más la oposición frente a un chavismo que avanza con una estrategia consolidada. El Partido Comunista de Venezuela (PCV), por su parte, anunció el 17 de febrero de 2025 que no participará, alegando falta de “garantías” y “transparencia electoral” tras las presidenciales de 2024.
La campaña electoral ha estado marcada por un ambiente de apatía, agravado por la crisis económica y la represión política.