Varios buques chinos vinculados a daños en cables submarinos y tuberías en Europa y Asia
En los últimos dos años, varios buques vinculados a la República Popular China (RPC) se han visto involucrados en múltiples incidentes de presunto sabotaje que involucran cables y tuberías submarinos en Europa y Asia, infraestructuras vitales para la comunicación global y la distribución de energía.
El incidente más reciente ocurrió en enero de este año, cuando un carguero, el Shunxin 39, que navegaba bajo bandera de Camerún pero estaba vinculado a una empresa china, supuestamente dañó un cable submarino de telecomunicaciones frente a la costa de Taiwán. El buque había apagado su sistema de seguimiento y había estado rondando en la zona durante un mes antes del incidente.
El cable dañado forma parte del sistema de cable expreso transpacífico, un enlace de comunicaciones crucial que conecta a Taiwán con los Estados Unidos y otros países. Afortunadamente, las interrupciones del servicio fueron mínimas, ya que Chunghwa Telecom, el operador del cable, redirigió rápidamente los datos a otros cables disponibles.
El incidente ocurrió el 3 de enero, cuando el barco supuestamente arrastró su ancla por el lecho marino cerca del puerto de Keelung.
En ese momento, los esfuerzos de la Guardia Costera de Taiwán por abordar el barco para investigar se vieron frustrados por las condiciones climáticas adversas y el barco partió hacia Corea del Sur.
La posibilidad de que la China comunista esté saboteando intencionalmente las líneas de comunicación que conducen a Taiwán es especialmente preocupante, dado que Beijing reclama la isla como parte del territorio soberano de la República Popular China y ha hecho de la “reunificación” una “línea roja” no negociable en política exterior.
Taiwán, oficialmente llamada República de China (ROC), alberga el gobierno que alguna vez gobernó todo el país hasta ser derrotado por los comunistas en China continental en 1949.
En noviembre de 2024, en el mar Báltico, se cortaron dos cables de comunicación entre Finlandia, Alemania, Lituania y Suecia. Un barco, el Yi Peng 3, supuestamente arrastró intencionadamente su ancla por el lecho marino durante más de 100 millas para cortar las conexiones.
Los cables de fibra óptica BCS East-West Interlink y C-Lion, ambos de vital importancia para la transmisión de datos en la región, resultaron dañados. Los incidentes ocurrieron el 17 y el 18 de noviembre, respectivamente, y dieron lugar a investigaciones por parte de las autoridades europeas.
Los investigadores sospechan que se trató de un sabotaje intencionado. Se especula que Rusia podría haber influido en el supuesto sabotaje después de que se descubrieran mensajes cifrados transmitidos al Yi Peng 3 antes del incidente.
Tras las investigaciones, se encontró que los daños en el ancla del buque eran compatibles con el arrastre a lo largo del fondo marino.
Los representantes de la República Popular China negaron el acceso total al barco durante la investigación y, tras ésta, el barco partió de aguas danesas donde estaba amarrado y continuó hacia un puerto en Egipto.
Gasoducto presuntamente saboteado
En octubre de 2023, también en el mar Báltico, un buque de propiedad china, el Newnew Polar Bear, fue sospechoso de colaborar con un barco ruso para dañar un gasoducto entre Finlandia y Estonia y dos cables de fibra óptica. En ese momento, China desestimó las investigaciones, alegando daños accidentales debidos a las malas condiciones meteorológicas.
El buque portacontenedores registrado en Hong Kong supuestamente arrastró su ancla por el lecho marino durante varios cientos de millas náuticas, lo que provocó el daño.
Una investigación interna realizada en agosto de 2024 por las autoridades de la República Popular China reconoció la responsabilidad del barco por el daño, pero concluyó que el incidente fue accidental.
El evento aumentó las preocupaciones sobre la seguridad de la infraestructura submarina crítica, particularmente en medio de las actuales tensiones geopolíticas.
En febrero de 2023, también se cortaron dos cables submarinos que unían las islas Matsu de Taiwán con la isla principal, lo que dejó aislados a unos 14.000 residentes taiwaneses. Taiwán atribuyó el daño a tres buques de la República Popular China.
El primer cable fue restaurado después de 50 días, mientras que las reparaciones del segundo cable estaban programadas para completarse dentro de dos meses.
Las autoridades de Taiwán sospechan de sabotaje y el evento puso de relieve los desafíos estratégicos que enfrentan las islas periféricas de Taiwán, que están situadas cerca de China continental.
Las investigaciones sobre estos incidentes revelaron que investigadores de China continental han estado desarrollando tecnología capaz de cortar cables y tuberías de datos submarinos durante algún tiempo.
A finales de la década de 2000, los ingenieros marinos de la Administración Oceánica Estatal (SOA) desarrollaron un dispositivo denominado “dispositivo de corte tipo remolque oceánico”. La solicitud de patente de la SOA indicaba que su propósito era eliminar cables no autorizados cerca de China.
Más recientemente, un equipo de ingenieros de la Universidad de Lishui, en la provincia de Zhejiang, solicitó una patente para un “dispositivo de corte de cables submarinos de tipo arrastre”. El aparato fue diseñado para ser remolcado por un buque, utilizando un mecanismo especializado para cortar cables submarinos arrastrándolos por el fondo del mar.