Vacunas y autismo: el plan de Kennedy Jr. para buscar respuestas definitivas

En una entrevista con Tucker Carlson el pasado 30 de junio, Robert F. Kennedy Jr., principal autoridad sanitaria de Estados Unidos bajo la administración Trump y líder del programa «Hacer América Sana Otra Vez» (MAHA), anunció una iniciativa que podría transformar la conversación pública sobre vacunas y autismo.
Kennedy recordó cómo su ruptura inicial con el Partido Demócrata comenzó tras un artículo publicado en Rolling Stone, en el que cuestionaba el aumento de casos de autismo y se preguntaba si existía una relación con el calendario de vacunación. Desde entonces, su postura ha sido objeto de duras críticas, incluso dentro de su propia familia.
Según explicó, los estudios realizados hasta ahora por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) fueron limitados y diseñados para no encontrar vínculos. «Las estadísticas no mienten, pero los estadísticos sí», afirmó Kennedy, cuestionando la integridad de las investigaciones previas.
Kennedy señaló que en 2001, el Instituto de Medicina de Estados Unidos consideró «biológicamente plausible» una conexión entre las vacunas y el autismo, y recomendó realizar una serie de estudios exhaustivos, incluyendo modelos en animales, estudios observacionales y de laboratorio. Sin embargo, el CDC se limitó a seis estudios epidemiológicos, que, según Kennedy, fueron manipulados para descartar cualquier asociación.
Uno de los ejemplos más impactantes que mencionó fue un estudio interno del CDC realizado en 1999 bajo la dirección del investigador belga Thomas Verstraeten. Según Kennedy, este estudio mostró un aumento del 1.135 % en el riesgo de autismo entre los niños que recibieron la vacuna contra la hepatitis B en sus primeros 30 días de vida. Sin embargo, los resultados fueron ocultados y alterados en múltiples ocasiones para diluir la evidencia.
«Lo que vamos a hacer ahora es ciencia real», aseguró Kennedy. Su plan incluye llevar a cabo los estudios recomendados por el Instituto de Medicina: observacionales, retrospectivos y epidemiológicos. Además, anunció que por primera vez se harán públicos los grandes conjuntos de datos de vacunación y registros de salud, incluyendo los del programa Medicaid y Medicare y los del Vaccine Safety Datalink, la base de datos más completa sobre historiales médicos en Estados Unidos.
Estos datos estarán disponibles para que científicos independientes puedan analizarlos sin restricciones. Según Kennedy, ya se han abierto convocatorias de financiamiento para investigadores acreditados interesados en estudiar la posible relación entre vacunas y autismo.
Se espera que los primeros resultados preliminares estén disponibles en septiembre de este año, con estudios más amplios en curso durante los seis meses siguientes. «Dentro de seis meses deberíamos tener respuestas definitivas», afirmó Kennedy, anticipando la participación de al menos 15 equipos de investigación de diferentes partes del mundo.
Con esta iniciativa, la administración Trump busca impulsar un debate profundo y transparente, poniendo a disposición de la comunidad científica la información necesaria para esclarecer uno de los temas más controvertidos en la salud pública contemporánea.