Una plaga de langostas devasta cultivos en el sur de Ucrania en medio del conflicto armado

Agricultores del sur de Ucrania están enfrentando una grave invasión de langostas que amenaza sus cosechas y deja al descubierto las dificultades que enfrentan las comunidades rurales en zonas cercanas al frente de guerra. La aldea de Kushuhum, en la región de Zaporizhzhia, es una de las más afectadas, donde enjambres de insectos han arrasado con cultivos enteros en cuestión de días.

“Los grandes llegaron volando primero, luego vinieron los pequeños, que se comieron todo lo que encontraron: papas, eneldo, maíz. Cubrieron todo como una gran manta”, relató Oleh Tolmatov, un agricultor de 46 años, mientras mostraba algunos de los insectos que logró eliminar. “Vamos y rociamos veneno por las calles cuando la gente se queja. Nos dicen en qué zona aparecieron, y allí vamos. Pero siguen saltando, siguen allí”.

Según testigos, los insectos invaden los cultivos en dos fases: primero los ejemplares adultos sobrevuelan los campos y luego llegan los más pequeños, que se arrastran por el suelo y devoran todo a su paso.

Una amenaza amplificada por la guerra

Las autoridades locales señalan que las consecuencias de la guerra con Rusia han dificultado enormemente el control de plagas. Volodymyr Sosunovskyi, jefe de la comunidad de Kushuhum, explicó que antes del conflicto los campos podían ser tratados con avionetas, pero ahora eso es prácticamente imposible debido a la inseguridad aérea.

“Solo los aviones podrían cubrir completamente los campos como antes. Hoy, eso ya no es viable”, lamentó. Además, indicó que se desconoce el origen exacto de la plaga, aunque muchas versiones coinciden en que proviene de la zona del embalse de Kajovka. “Sabemos que llegaron desde esa dirección. Hay muchas versiones circulando, pero es evidente que vinieron de ahí”.

Vadym Chaikovskyi, inspector jefe del servicio fitosanitario de Ucrania, afirmó que la invasión se debe al abandono forzado de tierras en las zonas cercanas a la línea de combate o en territorios minados, donde no se ha podido realizar el mantenimiento agrícola necesario desde que comenzaron las hostilidades.

“Este es el resultado directo de la agresión rusa y del hecho de que muchas tierras no pueden ser cultivadas por motivos de seguridad”, explicó. Según su diagnóstico, la tragedia de la represa de Kajovka, destruida en 2023, también favoreció las condiciones para la reproducción de langostas en esa zona.

Cosechas bajo amenaza

El impacto económico y social de la plaga ya se siente entre los pequeños productores. “Los agricultores perderán sus frutas, sus verduras. Ya se ha perdido el 30% de la cosecha de girasol”, alertó Sosunovskyi.

La Unión de Productores Agrícolas de Ucrania también denunció que los daños causados por la destrucción de la infraestructura hídrica en el sur del país han dejado vastas zonas inutilizables o empantanadas, lo que ha creado un terreno fértil para la proliferación de estos insectos.

En un país marcado por la guerra, los agricultores ahora enfrentan otro enemigo silencioso, que no dispara balas, pero arrasa con los medios de vida de miles de familias rurales.

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Redacción Mundo Libre
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