Un mundo bipolar que enfrenta la multipolaridad totalitaria
Este es un mundo sin reglas, fue la opinión de Fernando Pedroza, catedrático de la Universidad de Buenos Aires y experto en Lejano Oriente y Asia, expresada durante la conferencia sobre el impacto de las dictaduras latinoamericanas a nivel global que se llevó a cabo en el contexto de la feria del libro en Buenos Aires.
Dentro del orden internacional hay fundamentalmente dos bloques de actores que asumen las reglas o contribuyen a su ausencia, aquellos que avalan un mundo multipolar, legitimando a China, Rusia e Irán, y los proxys del régimen persa, o las instituciones globales infiltradas por los ejes del mal, como los Brics, Onu, Oea, Foro de Sao Paulo, Grupo de Puebla, etc, y los países de tradición occidental que tienen una visión de las relaciones internacionales basadas en un orden bipolar con reglas establecidas por Estados Unidos, y que suman a China tras la debacle de la Unión Soviética.
La bipolaridad del mundo fue patente durante la guerra fría a partir de 1949 cuando la Unión Soviética y Estados Unidos calentaron las fronteras de Occidente, un Occidente donde las bases de su statu quo eran la defensa de los derechos humanos y la construcción del Estado de bienestar, con una sociedad civil muy activa frente a la proliferación de armas nucleares, y la protección del medioambiente entre otras libertades, etc, citemos como ejemplo los ciudadanos de Alemania comunista cuando saltaban el muro de Berlín hacia la parte federal para encontrar sociedades abiertas (open society), muy diferente de lo que sucedió tras la cortina de hierro, donde el terror rojo sembró de cadáveres su entorno.
La bipolaridad hoy en día, aunque se hable de open society, está signada por la apropiación por parte de la izquierda de esta sociedad civil occidental y tradicionalmente democrática, que ha convertido en espacios de cancelación y políticamente correcto la libertad individual, hoy las sociedades se mueven entre el miedo y el adoctrinamiento comunista, y también, bajo la subversión de sociedades libres a través de ejes del mal que han subvertido el orden internacional.
El pasado 25 de abril del 2024, el partido comunista cubano envió a la ciudad china de Wuhan una delegación de “expertos” al primer foro de cooperación espacial entre China y la comunidad de Estados latinoamericanos y del Caribe (Celac), para promover el uso de las tecnologías satelitales, sin embargo la Isla no tiene astrofísicos ni especialistas en cosmonáutica, por ello es extraño que el portal de la dictadura, Cubadebate, dijera:”explorar el universo es un sueño común de todos los países del orbe”, en sintonía con la política expansiva de China, que ve afectado sus intereses tras las críticas del Comando Sur de Estados Unidos a la Argentina por permitir una base militar del ejército maoista en la provincia de Neuquén, que rastrea el universo profundo.
Otro ejemplo de la multipolaridad totalitaria y expansiva que intenta subvertir a Occidente, fue el encuentro este 22 de abril del año en curso que mantuvo el secretario del consejo de seguridad de Rusia, Nikolai Pátrushev, con sus homólogos de Cuba, Brasil, Bolivia y Sudán, celebrado para contrarrestar y enviar un significativo mensaje a Washington, tras la ayuda sin precedentes de Occidente a Ucrania.
La agencia rusa Tass, dijo sobre el encuentro:”durante la reunión con Lazaro Alvarez Casas, ministro del interior cubano se debatió la interacción ruso-cubana en materia de instituciones de orden público y de justicia”, señaló el consejo de seguridad ruso, e inmediatamente el fiscal general de Cuba a través de la televisión estatal amenazó a los ciudadanos de la Isla con aplicar la pena de muerte si intentaban el delito de sedición contra los poderes del Estado comunista.
Occidente ha visto como las reglas se han desvanecidos frente al encontronazo del totalitarismo de los ejes del mal y sus proxys, es imposibles ganar espacios en foro internacionales donde la maldad es legión, donde los intereses de las transnacionales de izquierda corrompen y espían, cobran y manejan los hilos de la propia conducta humana y la libertad individual.