«Trump se comió a Von der Leyen en el desayuno», dice Orban de Hungría sobre el acuerdo comercial entre EE. UU. y la UE

En medio del revuelo por el nuevo acuerdo comercial entre Estados Unidos y la Unión Europea, el primer ministro húngaro Viktor Orban lanzó una frase que no pasó desapercibida y que rápidamente se volvió viral: “Trump no negoció con Ursula von der Leyen… Trump se la desayunó. Eso fue lo que pasó”.
La metáfora contundente de Orban resonó tanto en los pasillos diplomáticos como en los medios, reforzando la idea de que el presidente estadounidense –ahora en su segundo mandato– dominó completamente las negociaciones que concluyeron este domingo en Escocia.
La escena fue el resort de golf de Trump, donde el mandatario republicano y la presidenta de la Comisión Europea sellaron un acuerdo que impone un arancel del 15% a la mayoría de los productos europeos y proyecta inversiones multimillonarias del bloque en territorio estadounidense.
Orban, un habitual aliado de Trump y crítico de las instituciones europeas, no se quedó allí. Cuestionó abiertamente la solidez del acuerdo: “¿Quién va a invertir esos cientos de miles de millones en Estados Unidos? ¿La Comisión? No tiene capital. ¿Alemania? ¿Francia? ¿Hungría? No veo cómo va a funcionar esto”.
También comparó el acuerdo con el alcanzado entre EE. UU. y el Reino Unido semanas atrás, calificando el trato con la UE como «peor», y augurando dificultades para presentarlo como un éxito en Bruselas.
Trump celebra su victoria comercial
Del otro lado del Atlántico, Trump celebró el acuerdo como una victoria histórica. “Creo que este es el mayor acuerdo jamás firmado”, afirmó, destacando compromisos europeos para invertir hasta 600 mil millones de dólares en EE. UU. y ampliar significativamente sus compras de energía y armamento estadounidense.
La narrativa oficial desde Washington lo muestra como una continuación de la estrategia de Trump para reducir déficits comerciales y reposicionar a EE. UU. como potencia manufacturera. Tras acuerdos similares con Japón, Vietnam y Reino Unido, este nuevo pacto refuerza su enfoque de “acuerdos bilaterales fuertes”, alejados de los marcos multilaterales tradicionales.
Tensión latente entre aliados
Pese al tono triunfalista de Washington, en Europa las reacciones fueron mixtas. Aunque el canciller alemán Friedrich Merz elogió el acuerdo por evitar una guerra comercial, otros líderes expresaron dudas sobre los compromisos asumidos, especialmente en materia de defensa. “La Comisión no tiene ejército”, ironizó Orban al hablar sobre la promesa de comprar armas estadounidenses.
El euro se fortaleció levemente tras el anuncio, pero persiste la incertidumbre sobre cómo se implementarán las inversiones prometidas y qué sectores europeos resultarán beneficiados o perjudicados.
Una frase que resume una percepción
La frase de Orban no solo refleja su estilo directo, sino también una percepción más extendida: que Trump, lejos de ceder ante las presiones europeas, logró imponer las condiciones de un acuerdo que refuerza su posición global. Para muchos analistas, la escena no fue la de una negociación entre iguales, sino la de una figura dominante marcando el paso en el tablero comercial global.
Y en palabras del propio Orban, esa imagen fue tan clara como brutal: “Trump se desayunó a Ursula von der Leyen. Así de simple.”