Trump sacude a la OTAN: «Si no pagan, no los defendemos»

El 6 de marzo de 2025, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, realizó unas declaraciones contundentes desde su despacho en la Casa Blanca. En una conversación con periodistas, Trump reiteró una postura que ha defendido durante años: si los países miembros de la OTAN no cumplen con sus compromisos financieros, Estados Unidos no los defenderá en caso de un ataque.

Estas palabras, cargadas de pragmatismo y un tono desafiante, han puesto en el foco de atención el futuro de la alianza militar más poderosa del mundo.

Una advertencia con historia

Trump afirmó que esta no es una idea nueva. «Lo dije hace siete años», señaló, refiriéndose a sus primeras intervenciones como presidente. Según él, su presión ha sido efectiva: «Debido a eso, pagaron cientos de miles de millones de dólares». El mandatario insistió en que, al llegar a su primera reunión de la OTAN, notó que muchos países no estaban pagando lo que debían. Fue en su segunda reunión cuando lanzó el ultimátum: «Si no pagan sus cuentas, no participaremos. No los protegeremos». Y, según Trump, los resultados fueron inmediatos: «Fue increíble cómo empezó a llegar el dinero».

Sin embargo, el presidente no se mostró satisfecho. «Incluso ahora no es suficiente. Realmente no lo es. Deberían pagar más», afirmó, dejando claro que su visión de la OTAN sigue siendo la de una organización donde Estados Unidos no debe cargar con la mayor parte del peso financiero. «Hasta que llegué, estábamos pagando casi el 100% de la OTAN. Nosotros pagábamos su defensa militar mientras ellos nos perjudicaban en el comercio», criticó.

¿Política oficial o sentido común?

Cuando un periodista le preguntó si esta postura se convertiría en una política oficial de Estados Unidos, Trump respondió con naturalidad: «Creo que es sentido común, ¿no?». Para él, no defender a los países «morosos» no solo es lógico, sino una cuestión de justicia. Sin embargo, esta declaración ha generado críticas y temores de que pueda socavar la cohesión de la alianza. «Me metí en muchos problemas cuando dije eso. Dijeron que estaba violando la OTAN», admitió Trump, sin inmutarse.

El presidente también planteó una reflexión provocadora: ¿qué pasaría si Estados Unidos necesitara ayuda? «Si nosotros tuviéramos problemas y llamáramos a Francia o a otros países que no mencionaré, ¿crees que vendrían a protegernos? Se supone que sí, pero no estoy tan seguro», dijo, poniendo en duda la reciprocidad dentro de la alianza.

¿Por qué seguir en la OTAN?

Ante la pregunta directa de un periodista sobre por qué permanecer en la OTAN, Trump no esquivó el tema. «Veo a la OTAN como algo potencialmente bueno, pero hay que meterle un poco de buen pensamiento», respondió. Para él, la alianza tiene valor, pero solo si se corrigen las inequidades que, en su opinión, han sido históricamente desfavorables para Estados Unidos.

Ucrania y Rusia: un giro inesperado

En el mismo encuentro, Trump tocó brevemente el conflicto entre Ucrania y Rusia, sugiriendo que ambos países están listos para negociar. «Creo que Ucrania quiere hacer un trato porque no creo que tengan opción. También pienso que Rusia quiere un trato, de una manera diferente que solo yo sé», afirmó con un aire enigmático.

Estas declaraciones coinciden con el anuncio de su enviado especial, Steve Witkoff, quien reveló que se están discutiendo los términos de un posible acuerdo de paz con Ucrania, y que la próxima semana se reunirá con representantes ucranianos en Arabia Saudita.

Las palabras de Trump el 6 de marzo no dejan lugar a ambigüedades: su administración está decidida a priorizar los intereses económicos y estratégicos de Estados Unidos, incluso si eso significa desafiar las normas tradicionales de la OTAN.

Con este enfoque, el presidente no solo reaviva un debate sobre el financiamiento de la alianza, sino que también pone en jaque su cohesión y propósito en un mundo cada vez más incierto. ¿Será esta la chispa que transforme a la OTAN o la que fracture sus cimientos? Solo el tiempo lo dirá.