Trump refuerza la frontera sur: militares instalan alambre de púas en Texas

En el marco de la segunda administración del presidente Donald Trump, miembros del Ejército de Estados Unidos fueron vistos este miércoles 23 de julio desplegando alambre de púas en el muro fronterizo que separa el estado mexicano de Chihuahua del estado norteamericano de Texas.

La operación, observada desde Ciudad Juárez, forma parte del renovado impulso por reforzar la seguridad en la frontera sur, una de las prioridades clave de la actual administración republicana.

Las imágenes del alambre concertina siendo instalado reflejan el enfoque firme del gobierno de Trump hacia el control migratorio y la defensa del territorio nacional. A diferencia de las políticas más permisivas implementadas por su predecesor, Joe Biden, el actual presidente ha restablecido una línea dura en materia fronteriza, buscando frenar el ingreso ilegal de personas y el tráfico de drogas y armas provenientes del sur.

No es la primera medida de este tipo en los últimos días. El pasado 16 de julio, funcionarios estadounidenses comenzaron la construcción de una nueva barrera secundaria de 11 kilómetros —más alta y robusta— en el desierto del sur de Nuevo México, diseñada para reforzar la valla metálica existente. Estos esfuerzos reflejan una estrategia integral que combina la presencia militar, tecnología y mejoras estructurales en puntos críticos de la frontera.

Desde su regreso al poder, Trump ha reiterado que la seguridad fronteriza es una cuestión de soberanía nacional. En sus discursos recientes, ha afirmado que sin fronteras seguras “no hay país”, y ha acusado a la administración anterior de haber contribuido al aumento del ingreso ilegal de inmigrantes y al fortalecimiento de redes delictivas que operan a ambos lados de la frontera.

Las políticas migratorias bajo Biden fueron duramente criticadas por líderes republicanos y sectores de la sociedad preocupados por el incremento en los cruces ilegales y los riesgos asociados. Con la vuelta de Trump a la Casa Blanca, se han reactivado planes como el uso de militares en tareas logísticas y de apoyo a las autoridades fronterizas, así como el restablecimiento de protocolos más estrictos de asilo.

Aunque estas acciones han generado polémica entre defensores de los derechos humanos y organizaciones internacionales, el gobierno ha defendido su postura asegurando que busca proteger tanto a los ciudadanos estadounidenses como a los propios migrantes, muchos de los cuales son víctimas de traficantes de personas y enfrentan condiciones inhumanas durante su travesía.

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Redacción Mundo Libre
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