Trump-Putin: Las claves de un encuentro histórico que puede definir el futuro

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su homólogo ruso, Vladímir Putin, prolongaron este viernes a más de tres horas una reunión de alto impacto en Alaska, en un intento por encontrar una salida al conflicto más letal que vive Europa desde la Segunda Guerra Mundial.
El encuentro, celebrado en una base aérea en Anchorage, busca allanar el camino hacia un alto el fuego y un eventual cara a cara entre Putin y el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, con el objetivo de negociar el fin de la guerra iniciada en febrero de 2022.
Trump, que amenazó con abandonar las conversaciones si no veía avances, aseguró antes de partir que no negociará en nombre de Ucrania y que cualquier decisión sobre cesiones territoriales dependerá de Kiev. “Quiero ver un cese al fuego rápido… no voy a estar satisfecho si no es hoy. Quiero que pare la matanza”, afirmó a periodistas.
A su llegada a Alaska, el mandatario estadounidense recibió a Putin con un apretón de manos y gestos cordiales antes de trasladarse al lugar de la cumbre. La reunión inicial contó con la participación del secretario de Estado, Marco Rubio, el enviado especial a Rusia, Steve Witkoff, y el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, entre otros. Posteriormente, ambos equipos tenían previsto un almuerzo de trabajo con la presencia de altos funcionarios de defensa, comercio y economía.
Para Trump, un acuerdo de paz en esta guerra de más de tres años reforzaría su imagen como mediador global e incluso, según él, lo acercaría al Premio Nobel de la Paz.
Para Putin, el hecho mismo de sentarse con el presidente estadounidense ya es una victoria simbólica, pues le permite mostrar que los intentos de aislar a Rusia han fracasado. Sin embargo, el líder ruso sigue bajo una orden de arresto de la Corte Penal Internacional por presuntos crímenes de guerra, cargos que Moscú niega.
En Ucrania, Zelenski insistió en que cualquier solución debe conducir a una “paz justa” y rechazó ceder formalmente territorio a Moscú. También pidió garantías de seguridad respaldadas por Washington. Mientras se desarrollaba la cumbre, un misil ruso impactó en la región ucraniana de Dnipropetrovsk, causando al menos un muerto y un herido.
Fuentes cercanas al Kremlin aseguran que Putin podría estar dispuesto a congelar el conflicto en las líneas actuales si recibe garantías legales de que la OTAN no se expandirá hacia el este y se alivian algunas sanciones. La Alianza Atlántica ha reiterado que el futuro de Ucrania está en sus manos y que la puerta sigue abierta a su ingreso.
En paralelo, se han discutido posibles acuerdos económicos, incluida la participación de rompehielos nucleares rusos en proyectos energéticos en Alaska, aunque Trump advirtió que cualquier cooperación comercial dependerá del éxito de las conversaciones y amenazó con duras medidas económicas contra Rusia si no hay avances.
Putin, por su parte, ha dejado entrever que podría ofrecer a Trump lo que él considera un incentivo clave: un nuevo tratado de control de armas nucleares para reemplazar al último vigente, que expira en febrero. También se baraja como compromiso inicial un alto el fuego limitado en el frente aéreo, a la espera de un acuerdo más amplio.
Luego de más de tres horas de reunión, ambos presidentes salieron para dar una conferencia de prensa conjunta, lo que habla de un buen entendimiento y un gran progreso en las negociaciones para llegar a la tan ansiada paz.
El presidente Trump tildó a la reunión como “sumamente productiva» donde «se acordaron muchos puntos, y solo quedan unos pocos. Aún no lo hemos logrado, pero es muy probable que lo hagamos. Solo quedan algunos puntos”.