Trump podría ampliar la libertad de elección de escuelas, un objetivo conservador de larga data

El presidente electo Donald Trump se dispone a promulgar el próximo año una drástica expansión de los programas de «elección de escuela» que facilitarían a cientos de miles de padres enviar a sus hijos a escuelas privadas.

Aunque Trump probablemente no podrá abolir el Departamento de Educación de Estados Unidos como ha prometido, los expertos dicen que tiene buenas posibilidades de lograr una reducción de impuestos para los programas que ayudan a pagar la matrícula privada. Esa estrategia no dirigiría los fondos federales directamente a las escuelas privadas, pero aun así representaría un avance significativo en una lucha que dura décadas por la educación.

«La consecuencia sería la mayor victoria en materia de libertad de elección de escuelas jamás vista en Washington», dijo Frederick Hess, un experto en educación del American Enterprise Institute, de tendencia derechista.

Los conservadores dicen que el gobierno debería ayudar a los padres a pagar las escuelas privadas si no están satisfechos con sus escuelas públicas, mientras que los sindicatos de docentes y muchos demócratas dicen que la libertad de elección de escuela socava el sistema público que educa a 50 millones de niños estadounidenses.

Según EdChoice, un grupo de defensa de los derechos de los estudiantes, más de un millón de estudiantes estadounidenses participan actualmente en programas de elección de escuela, el doble de la cantidad que había antes de que las cuarentenas forzadas por la pandemia de COVID-19 obligara a cerrar las escuelas públicas. Los defensores dicen que la acción federal podría aumentar la participación en cientos de miles.

Trump aseguró que ampliar la elección de escuelas sería una prioridad máxima cuando eligió a Linda McMahon para que se desempeñara como su secretaria de Educación esta semana.

«Linda luchará incansablemente para expandir ‘Choice’ a todos los estados de Estados Unidos», expresó Trump en una declaración el martes.

McMahon se desempeñó como secretaria de pequeñas empresas de Trump durante su primer mandato en la Casa Blanca (2017-2021) y actualmente preside el America First Policy Institute, un grupo de expertos alineado con Trump que aboga por destinar dinero público a escuelas privadas. El grupo no respondió a varias solicitudes de comentarios.

Cuando los republicanos de Trump tomen el control de ambas cámaras del Congreso el próximo año, se espera que promuevan una legislación que otorgaría créditos fiscales a las personas o empresas que donen a fondos de becas de escuelas privadas.

«Creo que hay un enorme impulso al respecto. Va a suceder», indicó Nate Bailey, quien se desempeñó como funcionario de alto rango del Departamento de Educación durante el primer mandato de Trump.

Una versión que aprobó el Comité de Medios y Arbitrios de la Cámara de Representantes en octubre permitiría a las personas o empresas obtener un crédito de hasta el 10% de su obligación tributaria por dichas donaciones.

Las familias que ganan hasta tres veces el ingreso medio de su zona podrían solicitar ese dinero, que podría utilizarse para pagar la matrícula, clases particulares, libros u otros gastos. Eso costaría al gobierno federal aproximadamente 5.000 millones de dólares en ingresos fiscales perdidos por año, detalló el comité.

Los fondos de becas, que serían administrados independientemente y no estarían controlados por ningún gobierno, no podrían reservar dinero para estudiantes específicos.

La Asociación Nacional de Educación, que representa a tres millones de maestros de escuelas públicas, afirmó que el programa subvencionaría a las escuelas que cuestan más que las escuelas públicas y que no tienen que revelar qué enseñan, a quiénes sirven y cómo manejan su dinero. Al igual que otros programas de elección de escuela -afirmó la institución- la exención fiscal en la práctica quitaría fondos a las escuelas públicas.

«Independientemente del nombre, el impacto es el mismo: los vales y los planes inspirados en ellos erosionan la educación pública, la base de nuestra democracia», escribió el cabildero de la NEA Marc Egan al comité en septiembre.

NUEVO ENFOQUE

La estrategia marca un cambio con respecto al primer mandato de Trump, cuando la secretaria de Educación, Betsy DeVos, presionó para asignar fondos federales a las matrículas de escuelas privadas. Aunque no tuvo éxito, los estados liderados por republicanos expandieron drásticamente sus propios programas de vales en los años siguientes.

Pero los programas de vales han encontrado resistencia entre los votantes de las zonas rurales donde hay pocas escuelas privadas. Los votantes de Nebraska, Colorado y Kentucky rechazaron las propuestas de vales en las elecciones del 5 de noviembre.

Los republicanos de Washington no están tan seguros de los vales escolares como de las exenciones fiscales. Más de 100 de ellos votaron en marzo contra una propuesta que habría convertido el programa de ayuda escolar de 18.000 millones de dólares del Título I en un programa de vales escolares.

La financiación del Departamento de Educación tiende a desempeñar un papel más importante en los estados de tendencia republicana. El dinero federal representó el 15% de todo el gasto público en educación primaria y secundaria el año pasado en los estados que votaron por Trump, en comparación con el 11% en los estados que respaldaron a su rival demócrata Kamala Harris, según un análisis de Reuters de las cifras del censo de Estados Unidos.

De acuerdo a los defensores de esta medida, optar por una reducción de impuestos en lugar de un programa de vales unificaría a los republicanos y minimizaría la burocracia asociada a los programas de gasto directo. También podría incorporarse a un proyecto de ley de recortes de impuestos de gran alcance que Trump pretende aprobar el año próximo, lo que aumentaría sus posibilidades de éxito en el Congreso.

La exención fiscal reforzaría los programas estatales de elección de escuelas existentes, pero también se aplicaría a las familias en estados gobernados por demócratas como Nueva York que no han establecido sus propios programas de elección de escuelas.

Los republicanos que apoyan el proyecto de ley dijeron que estaba basado en programas de becas estatales existentes que hasta ahora han otorgado 1.800 millones de dólares a 365.000 estudiantes. Los demócratas dijeron que podría equivaler efectivamente a un vale indirecto si las familias pudieran obtener una exención fiscal canalizando los pagos de matrícula a través de programas de becas.

Douglas Harris, profesor de Educación y Economía de la Universidad de Tulane, declaró que esto podría allanar el camino para iniciativas más ambiciosas. «Cuando se trata de modificar algo, en lugar de introducir una idea radical, es más fácil hacer cambios menores y expandirse con el tiempo».

Reuters

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Redacción Mundo Libre
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