Trump planea declarar emergencia nacional para deportaciones masivas apoyadas por el Ejército
El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, confirmó recientemente su intención de declarar una emergencia nacional como parte de sus planes para llevar a cabo deportaciones masivas de inmigrantes indocumentados. La medida incluiría el uso del Ejército estadounidense como apoyo logístico, según reveló en su red social Truth Social en respuesta a un comentario del presidente de Judicial Watch, Tom Fitton.
En una publicación hecha por Fitton, este señaló que la administración de Trump planea utilizar «activos militares» para abordar la inmigración ilegal mediante un “programa de deportación masiva”. Trump respondió citando el mensaje con un escueto pero contundente: “¡¡¡VERDADERO!!!”.
Poder presidencial para declarar emergencia nacional
Históricamente, el Congreso ha otorgado a los presidentes amplias facultades para declarar emergencias nacionales, lo que les permite redirigir fondos legislativos hacia iniciativas específicas. Durante su primer mandato, Trump utilizó esta herramienta para destinar recursos al muro fronterizo, a pesar de la resistencia del Congreso. Ahora, podría recurrir a una estrategia similar para financiar su ambicioso plan migratorio.
De acuerdo con Stephen Miller, asesor principal en temas migratorios y próximo subdirector de política en la nueva administración, los fondos del Ejército podrían emplearse para construir “vastas instalaciones de retención” donde los inmigrantes permanecerían mientras sus casos se procesan antes de ser deportados. Este esfuerzo estaría a cargo del Departamento de Seguridad Nacional, liderado por la gobernadora de Dakota del Sur, Kristi Noem.
Resistencia interna y tensiones políticas
Sin embargo, no todos los líderes estatales están dispuestos a colaborar. La gobernadora de Arizona, Katie Hobbs, ha sido una de las voces más críticas, asegurando que su estado no implementará políticas de deportación masiva. Hobbs expresó su rechazo a cualquier medida que “dañe a las comunidades locales” o desvíe recursos necesarios para la seguridad fronteriza.
“Defenderé a los arizonenses de cualquier daño que pueda causar el gobierno federal”, afirmó, acusando a Trump de usar tácticas de alto impacto como estrategia política.
Trump defiende su plan sin importar el costo
En declaraciones a NBC News, Trump justificó sus planes argumentando que es una medida necesaria para garantizar la seguridad nacional. Según el presidente electo, más de 10 millones de inmigrantes indocumentados han ingresado al país desde que la administración Biden asumió el poder.
“No es una cuestión de precio; realmente no tenemos otra opción. Cuando la gente ha matado y asesinado, cuando los capos de la droga han destruido países, y ahora van a regresar a esos países porque no se quedan aquí, no hay precio», declaró Trump, minimizando las críticas sobre el posible costo financiero de su iniciativa, que algunos estiman en cientos de miles de millones de dólares. Asimismo, enfatizó que su objetivo no es rechazar la inmigración completamente, sino garantizar que sea ordenada y legal.
«Obviamente, tenemos que hacer que la frontera sea fuerte y poderosa y, al mismo tiempo, queremos que la gente venga a nuestro país», dijo. «Y, como saben, no soy alguien que diga: ‘No, no pueden entrar’. Queremos que la gente venga».
Una estrategia «selectiva», no masiva
Tom Homan, designado como “zar de la frontera” por Trump, aclaró que las deportaciones no se realizarán de forma indiscriminada. “No se trata de una limpieza masiva de barrios ni de construir campos de concentración. Es ridículo”, afirmó en una entrevista con CBS News.
Según Homan, las operaciones serán selectivas y se basarán en datos e investigaciones para determinar quién será arrestado y deportado.
El plan de Trump ha reavivado el debate sobre las políticas migratorias en Estados Unidos, dividiendo aún más a la opinión pública. Por un lado, sus seguidores ven estas medidas como una solución necesaria para restaurar el orden en la frontera sur y proteger a las comunidades estadounidenses. Por otro lado, críticos y activistas advierten sobre los riesgos humanitarios y legales de implementar deportaciones masivas, especialmente con el uso del Ejército.
Mientras la nueva administración se prepara para asumir el poder en enero, el tema de la inmigración promete ser un eje central de su agenda política y una promesa de campaña que Trump está dispuesto a cumplir.