Trump impulsa mayor esfuerzo para deportaciones en medio de protestas en ciudades santuario

El presidente Donald Trump afirmó el domingo que su administración redoblará los esfuerzos para deportar a personas que se encuentran ilegalmente en Estados Unidos, enfocándose también en ciudades «santuario» como Los Ángeles, Chicago y Nueva York, donde se han registrado manifestaciones en respuesta a recientes redadas migratorias.
Las ciudades santuario son jurisdicciones (ciudades, condados o incluso estados) en Estados Unidos que adoptan políticas destinadas a limitar la cooperación de sus autoridades locales con las agencias federales de inmigración, como el ICE (Servicio de Inmigración y Control de Aduanas).
«He ordenado a toda mi administración que ponga todos los recursos posibles detrás de este esfuerzo», escribió Trump en su red social Truth Social. Aunque no brindó detalles específicos sobre cómo se llevarán a cabo estas acciones, señaló que las medidas están alineadas con su compromiso de reforzar la seguridad fronteriza y hacer cumplir las leyes migratorias.
La declaración se produjo tras una semana de tensión en Los Ángeles, donde el gobierno federal desplegó elementos de la Guardia Nacional y de los Marines con el objetivo de mantener el orden público. La decisión fue tomada a pesar del rechazo del gobernador de California, Gavin Newsom.
Durante su mensaje, Trump reiteró su respaldo a las agencias federales encargadas del cumplimiento de la ley, como el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) y la Administración para el Control de Drogas (DEA). «Tienen mi apoyo incondicional. ¡Ahora vayan y hagan su trabajo!», expresó.
Según informó Reuters, citando fuentes internas, la administración también ha instruido a las autoridades migratorias a reducir temporalmente las redadas en sectores como la agricultura, la hotelería y la industria alimentaria.
Trump, que ha sostenido una postura firme en temas migratorios desde su primera campaña presidencial, manifestó además que tomará medidas para impedir el ingreso al país de personas que, en sus palabras, «socaven la tranquilidad interna de Estados Unidos».