¿Trump en el billete de USD100?: congresistas republicanos buscan reemplazar a Benjamin Franklin

Una iniciativa presentada por el congresista republicano Brandon Gill ha desatado un intenso debate en Estados Unidos: reemplazar el rostro de Benjamin Franklin en el billete de 100 dólares con el del presidente Donald Trump. La propuesta, bautizada como la «Ley de la Edad de Oro», cuenta con el respaldo de al menos dos copatrocinadores republicanos, Troy Nehls de Texas y Lauren Boebert de Colorado, y busca honrar el legado de Trump en su segundo mandato, iniciado en enero de 2025.
Gill anunció su proyecto en el Congreso y lo defendió en su cuenta de X, donde escribió: «Estoy presentando la LEY DE LA EDAD DE ORO para poner al presidente Donald J. Trump en el billete de 100 dólares». En otra publicación, añadió: «Estados Unidos está experimentando un renacimiento histórico bajo el liderazgo del presidente Trump: su legado merece ser inmortalizado. Washington. Lincoln. Reagan. TRUMP. Es hora de hacer historia».
La idea ha ganado tracción entre algunos sectores conservadores, aunque también ha generado críticas por su carácter inusual y los obstáculos legales que enfrenta.
Argumentos a favor y elogios a Trump
En una entrevista con Fox News, Gill elogió la gestión de Trump a menos de dos meses de asumir su nuevo mandato. «El presidente Trump podría estar disfrutando de sus años dorados jugando al golf y pasando tiempo con su familia», afirmó. «En cambio, recibió una bala por este país y ahora está trabajando horas extra para proteger nuestra frontera, arreglar nuestra desigual relación comercial con el resto del mundo, hacer que Estados Unidos vuelva a ser independiente energéticamente y poner a Estados Unidos en primer lugar poniendo fin a la inútil ayuda exterior». Para el congresista, incluir el rostro de Trump en el billete sería «una pequeña manera de honrar todo lo que logrará en estos próximos cuatro años».
El proyecto de ley, de ser aprobado, ordenaría al secretario del Tesoro presentar un diseño preliminar del billete a finales de 2026, con la meta de que entre en circulación en 2029. Sin embargo, no es la única propuesta de este tipo: la semana pasada, el congresista republicano Joe Wilson sugirió crear un nuevo billete de 250 dólares con la imagen de Trump, una idea respaldada por al menos tres conservadores en la Cámara de Representantes.
Obstáculos legales y precedentes históricos
Cambiar los rostros en los billetes estadounidenses no es una tarea sencilla. El último precedente data de 1929, cuando Andrew Jackson reemplazó a Grover Cleveland en el billete de 20 dólares, un proceso que tomó años y respondió a dinámicas políticas de la época. Además, la ley actual de Estados Unidos prohíbe que personas vivas aparezcan en la moneda o los billetes, lo que requeriría una reforma legislativa significativa para hacer realidad la propuesta de Gill o la de Wilson. Este detalle legal añade una capa de complejidad a ambas iniciativas, que necesitarían un amplio apoyo en el Congreso para avanzar.
La propuesta ha polarizado opiniones en un país ya dividido políticamente. Sus defensores la ven como un homenaje adecuado a un líder que, según ellos, está transformando la nación. Gill y sus aliados destacan las políticas de Trump, como su enfoque en la seguridad fronteriza y la independencia energética, como méritos suficientes para justificar el reconocimiento. Sin embargo, críticos argumentan que el cambio es innecesario y rompe con una tradición que honra a figuras históricas como Franklin, uno de los padres fundadores y un símbolo de la innovación estadounidense.
El debate también se enmarca en un momento de alta visibilidad para Trump, cuya administración ha impulsado medidas controvertidas como la renegociación de acuerdos comerciales y la reducción de ayuda extranjera. Mientras algunos ven en estas propuestas una forma de consolidar su legado, otros las consideran un gesto simbólico que podría exacerbar las tensiones políticas en Washington.
Por ahora, la «Ley de la Edad de Oro» y la idea del billete de 250 dólares permanecen en etapa preliminar, enfrentando no solo barreras legales, sino también la necesidad de convencer a una mayoría legislativa en un Congreso profundamente dividido. Si prosperan o no, estas iniciativas reflejan el impacto duradero de Trump en la política estadounidense y el deseo de sus seguidores de inmortalizar su figura en uno de los íconos más reconocibles del país: su moneda.