Trump, condenado: ¿Puede ser presidente?
Hace varias décadas, admirábamos el poder judicial norteamericano, capaz de doblegar a poderosos con la independencia política requerida. Aquella imagen de la estatua de la justicia, que ronda en el imaginario colectivo occidental, donde se figura una mujer con los ojos vendados, una balanza y una espada, se va desvaneciendo en la Era Biden. La diosa de la justicia ya no tiene los ojos vendados para juzgar de manera imparcial, ahora todo se juzga bajo las nuevas tablas de los mandamientos progresistas. El Sistema judicial ha sido instrumentalizado para perseguir políticamente a los opositores políticos, tal como sucedería en una república del tercer mundo.
¿DE QUE SE ACUSÓ A TRUMP?
De pagarle a su ex abogado Michael Cohen por servicios legales allá por las elecciones del 2016. El resto es un show armado sin evidencias.
¿FUE UN JUICIO JUSTO?
No, en absoluto. Ni el jurado, ni el testigo estrella, ni el fiscal, ni el juez son imparciales. En definitiva, fue un circo para hacer ver al candidato Nº1 republicano que aventaja a Biden, como «culpable de delitos graves», un villano inmoral. No es nada nuevo, solo están reflotando una chicana creada contra Trump hace 8 años. Podrían haber realizado este juicio durante estos últimos años, pero esperaron al momento de la campaña presidencial, con una clara intención política de perjudicar al republicano que lidera las encuestas. Desde el principio, no existió presunción de inocencia, sino presunción de culpabilidad. Literalmente fueron por él.
¿POR QUÉ SE LO CONDENÓ?
Luego de la quinta semana de juicio, la mafia judicial condenó al expresidente Donald Trump en un juicio totalmente amañado, por «falsificación de registros comerciales» en un pago por silencio a una actriz de cine para adultos Stormy Daniels. Quien había admitido hace años -por carta escrita- que no tuvo ningún amorío con Trump.
La prensa masiva suele presentar la noticia como: «Trump fue condenado por 34 cargos por delitos graves».
Para el que no sabe, 34 cargos suena como un número elevado, antes de la condena era fácil que el hombre común tienda a pensar que «de alguno de esos cargos debe ser culpable».
Lo que primero se debe aclarar, es que se trata de un mismo asunto, solo que son 11 facturas, 12 vales y 11 cheques. Pero cada uno suma como un cargo diferente. En sí mismos no prueban nada, son pagos por servicios legales al ex abogado de Trump.
¿JUICIO JUSTO?
El mismo fiscal afroamericano Alvin Bragg, que es quien lo acusó de los 34 cargos, hizo carrera prometiendo que iría tras Donald Trump. A pesar de todo, en el 2021 había admitido que no eran delitos graves. Durante este proceso el fiscal incurrió en irregularidades alarmantes, Bragg borró pruebas telefónicas entre Michael Cohen y la abogada de Stormy Daniels. Y por piruetas de interpretación tendenciosa convirtieron un delito menor en uno grave. «Por lo general, se trata de un cargo de delito menor, pero en este caso los fiscales alegan que los registros fueron falsificados para encubrir un plan para influir en las elecciones de 2016, y por lo tanto, equivale a un delito grave», The Epoch Times en español.
Alvin Bragg recibió financiamiento de una organización del magnate anti-Trump George Soros. De ninguna manera es un fiscal imparcial.
El jurado integrado por 12 personas en un distrito demócrata donde Biden ganó, lo encontró culpable, el Juez Juan Merchan por su lado fijó la sentencia de Trump para el 11 de julio, la cual puede ser apelada. El caso se extendería hasta el 2025.
Merchan podría condenar a Trump a libertad condicional por no tener antecedentes ni ser un delito violento, pero podría incluso enviarlo a prisión con una pena que puede ir desde un año y medio a cuatro años por cada cargo en una prisión estatal, con un máximo de 20 años.
El Juez Merchan es un progresista de izquierda que apoyó a Biden y financió un comité de acción política anti-Trump, y cuya hija formó parte del equipo de campaña de la actual vicepresidente Kamala Harris que derrotó a Trump en el 2020. El Juez está vinculado a la elite demócrata. Influyó sobre las deliberaciones del jurado, leyéndoles la metáfora de la lluvia, cuya moraleja fijaba la presunción de culpabilidad, no el de la inocencia del acusado.
¿AHORA PUEDE SER ELEGIDO PRESIDENTE?
Según el marco jurídico estadounidense en nada cambia el estatus de Trump como aspirante. La Constitución solo especifica unos requisitos limitados para presentarse a las elecciones:
- 1) Tener al menos 35 años,
- 2) Ser ciudadano natural,
- 3) Llevar al menos 14 años residiendo en Estados Unidos.
Podría ser presidente incluso desde la cárcel o prisión domiciliaria. Puede ir preso, y no puede ser auto-indultado, ya que se trata de un caso estatal y el presidente puede indultar solo casos federales. Es un caso inaudito. Tras la apelación, Trump estaría en libertad condicional y de asumir como presidente, tal vez podría presionar de alguna manera, al menos para garantizar la gobernabilidad.
Según Zachary Wolf, «pagar dinero por silencio no es un delito. Lo que alegaron los fiscales es que Trump falsificó intencionalmente documentos para ocultar su pago a Cohen bajo la apariencia de un anticipo por servicios legales con el objetivo de ocultar información a los votantes durante las elecciones presidenciales de 2016».
Los fiscales (por cierto izquierdistas demócratas) alegan que los pagos no fueron un anticipo por servicios legales, como fueron registrados, sino reembolsos por pagarle a la estrella de cine para adultos Stormy Daniels a cambio de su silencio.
El ex abogado de Trump, Michael Cohen, que a su vez es el «testigo estrella», implicó a Trump en el plan de pago de dinero por silencio, pues aseguró que repartió U$S 130.000 de su propio dinero. Es decir admitió que él, no Trump, pagó a la actriz.
Según el estatuto, para que Trump sea culpable de un delito grave de falsificación de registros comerciales, los jurados deben encontrar que Trump no solo «falsificó los registros comerciales de una empresa» mientras actuaba «con intención de defraudar», también se debe probar que la “intención de defraudar incluyera la de cometer otro delito o de ayudar u ocultar su comisión”.
Los fiscales alegan que el delito subyacente fue intentar influir ilegalmente en las elecciones presidenciales de 2016. Algo que no puede ser realmente probado. Ya que puede inferirse lo contrario, que fueron los demócratas quienes inventaron todo para influir en las elecciones contra Trump. Sin embargo el jurado lo condenó por las instrucciones polémicas del Juez Merchan.
Cohen admitió en su declaración en la Corte, que pagó 130.000 dólares de su propio bolsillo para evitar que Daniels contara a todos el supuesto encuentro con Trump que, según ella -y sin pruebas- tuvo lugar 10 años antes de las elecciones de 2016, es decir en el 2006. Un supuesto del cual no existen pruebas y que ha sido negado por Trump. Muchos ricos pagan por silencio, no porque sean culpables, sino para evitar que su imagen sea afectada por el mero alboroto amarillista, ya que solamente el rumor puede afectar a las personas que lo rodean.
Cohen también declaró -sin pruebas más que su palabra- que el exmandatario aprobó el pago y acordó después de las elecciones, un plan para reembolsarle ese dinero a través de cuotas mensuales disfrazadas de honorarios legales. La única supuesta «constancia» de todo esto, es una llamada por teléfono de 90 segundos cuyo contenido se desconoce y en la cual Cohen admitió que habló primero con un guardia de Trump para decirle que estaba siendo acosado por llamadas anónimas, en esa supuesta llamada Trump le habría dado la instrucción. Cohen es un convicto que estuvo preso, y juro vengarse de su exjefe, a pesar de que que carece de credibilidad, su testimonio como testigo clave fue admitido.
Los abogados de Trump han argumentado que los miembros del jurado no pueden confiar en que Cohen diga la verdad ya que es un delincuente convicto con un largo historial de mentiras, engaños y animosidad contra su exjefe, a quien le rindió culto hasta que supo que Trump no lo llevaría a la Casa Blanca, momento en el que se hizo su enemigo personal. En la corte admitió que le robo a Trump 30 mil dólares. No es un testigo «imparcial» ni neutro.
El abogado de Stormy Daniels negó en el juicio contra Trump que el pago fuera «por silencio». Y disputó el lenguaje utilizado por fiscal de Manhattan Joshua Steinglass. «No fue un ‘pago’ y no fue ‘por silencio’»
Así están las cosas por EE. UU. sin embargo nada parece poder frenar a Trump, su imagen creció y lleva 6 puntos de ventaja sobre Biden.
La única contra es que el expresidente debe dirigir su energía en procesos legales, desviando su esfuerzo de la campaña presidencial. La ventaja para Trump se da, por el hecho que muchos demócratas indecisos están viendo esta persecución de manera desaprobatoria, y pasan a apoyar a Trump. El sitio web de recaudaciones a logrado un récord increíble.
Solo una bala podría detener a Trump en su camino hacia la Casa Blanca.
Por Theo Belok, autor del libro «Trump contra el globalismo». Para más artículos del autor sigue el enlace aquí.