Trump concede indulto a los 77 electores alternativos y asesores procesados por las elecciones de 2020

El presidente Donald Trump anunció el domingo por la noche la concesión de un indulto a 77 personas vinculadas a los esfuerzos por impugnar los resultados de las cuestionadas elecciones presidenciales de 2020. Entre los beneficiados figuran algunos de sus más cercanos colaboradores, abogados y representantes republicanos de los llamados electores alternativos, a quienes el mandatario describió como “perseguidos injustamente” por el gobierno de Joe Biden.
La lista incluye a figuras destacadas como Rudy Giuliani, Sidney Powell, Christina Bobb, John Eastman, Mark Meadows y Boris Epshteyn, además de decenas de electores de estados clave como Georgia, Arizona, Michigan, Nevada y Wisconsin.
El anuncio fue difundido por el abogado Ed Martin a través de la red social X, donde agradeció al presidente por permitirle trabajar con la exfiscal general Pam Bondi, el fiscal adjunto Todd Blanche y el procurador general John Sauer para “cumplir su intención y permitir que comience la sanación”.
Los llamados electores alternativos fueron republicanos que, tras las elecciones de 2020, firmaron certificados declarando a Trump ganador en sus respectivos estados. La estrategia buscaba dejar abierta la posibilidad de que el Congreso devolviera los resultados electorales a los estados en disputa, en caso de que se detectaran irregularidades.
Aunque algunos de estos casos derivaron en investigaciones judiciales —particularmente en Georgia—, los defensores de la medida sostienen que estos electores actuaron dentro de un marco político y legal legítimo. Casos similares ocurrieron en la historia de Estados Unidos: en 1876, varios estados enviaron listas electorales rivales en medio de acusaciones de fraude, y en 1960, un recuento en Hawái llevó a la presentación de electores demócratas alternativos antes de confirmarse la victoria de John F. Kennedy.
El indulto llega en medio de un clima político polarizado y de múltiples causas abiertas contra aliados de Trump. Para sus partidarios, la medida representa un acto de justicia hacia quienes defendieron la transparencia electoral. Para sus críticos, es una maniobra política que desafía las investigaciones en curso.
Trump, por su parte, reafirmó su compromiso con sus colaboradores, asegurando que “la verdad y la justicia prevalecerán” y que su administración “seguirá corrigiendo los abusos de poder del actual gobierno”.








