Trump celebra la aceptación de Ucrania a la tregua y confía en la respuesta de Putin

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, expresó este martes 11 de marzo de 2025 su optimismo tras el anuncio de que Ucrania aceptó una propuesta estadounidense para un cese al fuego de 30 días con Rusia.
Desde la Casa Blanca, Trump destacó el paso dado por Kiev como un avance significativo hacia la paz en el conflicto que lleva más de tres años, y afirmó que ahora espera que el presidente ruso, Vladimir Putin, también dé su aprobación para detener las hostilidades. El mandatario, además, extendió una invitación al presidente ucraniano, Volodymyr Zelenski, para regresar a Washington, señalando una voluntad de recomponer la relación tras tensiones previas.
Un giro tras las negociaciones en Arabia Saudita
El anuncio de Ucrania llegó tras una extensa reunión de más de ocho horas en Jeddah, Arabia Saudita, entre delegaciones de alto nivel de Estados Unidos y Ucrania. Según un comunicado conjunto, Kiev aceptó la propuesta de un «alto al fuego inmediato e interino de 30 días», extensible por acuerdo mutuo, siempre que Rusia también lo implemente. Trump, quien ha hecho de la resolución del conflicto una prioridad en su agenda internacional, calificó el desarrollo como «muy importante» y expresó su deseo de que «esto se termine en los próximos días».
«Acaban de aceptarlo hace un momento», dijo Trump a periodistas frente a la Casa Blanca, refiriéndose a la decisión ucraniana. «Ahora tenemos que ir con los rusos y, con suerte, el presidente Putin también lo aceptará, y podremos poner esto en marcha». El presidente subrayó su intención de actuar rápidamente, mencionando que planea conversar con Putin antes del viernes y que su enviado especial, Steve Witkoff, viajará a Moscú para avanzar en las negociaciones.
La reacción de Trump llega en un momento clave, tras semanas de tensiones con Ucrania. El 28 de febrero, una reunión en la Oficina Oval entre Trump, el vicepresidente JD Vance y Zelenski terminó en un enfrentamiento público que llevó a una pausa temporal en la asistencia militar y el intercambio de inteligencia con Kiev. Sin embargo, tras las conversaciones en Jeddah, Estados Unidos levantó esas restricciones, un giro que Trump parece respaldar como parte de su estrategia para facilitar un acuerdo.
A pesar de las fricciones pasadas, Trump mostró apertura al diálogo con Zelenski. «Lo invitaré a la Casa Blanca», afirmó, dejando la puerta abierta a una nueva reunión para consolidar los avances. Este gesto sugiere un esfuerzo por superar el episodio de hace dos semanas, cuando acusó al líder ucraniano de no estar listo para la paz, y enfocarse en una solución negociada.
La presión sobre Rusia y el camino adelante
Trump enfatizó que el próximo paso depende de Moscú. «Si podemos lograr que Rusia lo acepte, será fantástico», señaló, aunque también reconoció las dificultades: «Si no, seguiremos adelante, pero mucha gente seguirá muriendo». Sus comentarios reflejan un equilibrio entre optimismo y pragmatismo, consciente de que la respuesta rusa será determinante para el éxito de la iniciativa.
El secretario de Estado, Marco Rubio, quien lideró las conversaciones en Jeddah, reforzó esta idea al declarar que «el balón está ahora en la cancha de Rusia». Rubio destacó que Estados Unidos comunicará la propuesta a Moscú a través de múltiples canales, incluyendo el viaje de Witkoff y una reunión próxima entre el asesor de Seguridad Nacional, Mike Waltz, y su contraparte rusa.
Una apuesta por la paz
La postura de Trump ante la aceptación ucraniana del cese al fuego muestra su compromiso con cumplir una de sus promesas de campaña: poner fin al conflicto en Ucrania. Aunque el proceso aún enfrenta obstáculos —como la disposición de Putin y las demandas de garantías de seguridad por parte de Kiev—, el presidente proyecta confianza en que su enfoque directo y su relación con ambos líderes puede dar frutos. «Queremos terminar esta guerra», afirmó, subrayando su visión de una resolución rápida que evite más pérdidas humanas en ambas partes.
Mientras el mundo observa la reacción del Kremlin, la actitud de Trump combina esperanza con una presión calculada, buscando capitalizar el momento para avanzar hacia una tregua que, de concretarse, marcaría un hito en su política exterior. Por ahora, su mensaje es claro: la pelota está en juego, y él está listo para liderar las negociaciones hasta el final.