Trump anuncia una tregua arancelaria de 90 días: Impactos globales y el caso de Argentina

El 9 de abril de 2025, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció una tregua arancelaria de 90 días que beneficia a más de 75 países, aliviando las tensiones comerciales que habían sacudido los mercados globales tras la imposición de aranceles masivos el 5 de abril. Estos incluían una tarifa base del 10% a casi todas las importaciones estadounidenses y aranceles recíprocos más altos para naciones consideradas «infractoras» por su administración.
Sin embargo, Trump mantuvo e intensificó su presión sobre China, elevando los aranceles a bienes chinos del 104% al 125%. Esta pausa, que algunos interpretan como un replanteamiento estratégico, ha sido vinculada por el propio Trump a la idea de un «reseteo» del sistema comercial global, un término que resonó en sus declaraciones durante la campaña y que ha generado debate sobre sus intenciones a largo plazo.
La tregua responde a la volatilidad desatada por las tarifas iniciales. Los mercados bursátiles globales perdieron billones de dólares, el precio del petróleo y las materias primas cayó, y empresas como Walmart y Delta Air Lines retiraron sus proyecciones de ganancias. Analistas de Goldman Sachs redujeron la probabilidad de una recesión en EE.UU. del 65% al 45% tras el anuncio, sugiriendo que Trump busca estabilizar la economía mientras negocia concesiones. En un discurso en la Casa Blanca el 9 de abril, Trump afirmó: «Esto es un reseteo, un reinicio justo para América y el mundo. El sistema estaba roto, y nosotros lo estamos arreglando». Esta declaración refuerza su narrativa de campaña, donde prometió «barajar de nuevo» las reglas comerciales para favorecer a EE.UU., un concepto que algunos analistas y usuarios en redes sociales han comparado con un «Gran Reseteo» económico, aunque con un enfoque nacionalista.
A nivel global, las reacciones son mixtas. Japón y Corea del Sur, aliados clave, iniciaron negociaciones para acuerdos comerciales más favorables durante la tregua. La Unión Europea, con un arancel del 20% reducido al 10% base, mostró optimismo cauteloso, mientras China respondió con tarifas del 34% al 84% sobre productos estadounidenses, intensificando su enfrentamiento con Washington. Este contraste subraya la estrategia de Trump: premiar a quienes negocian y castigar a quienes replican, alineándose con su visión de un sistema comercial «recíproco» que, según él, corrige décadas de desventajas para EE.UU.
Argentina, incluida en la tregua, se beneficia de un alivio temporal tras el impacto inicial del arancel del 10%. En 2024, EE.UU. importó bienes argentinos por 6.454 millones de dólares, principalmente soja y petróleo crudo, según el INDEC. La pausa ofrece al presidente Javier Milei una oportunidad para negociar con Trump, con quien comparte afinidad ideológica. Milei podría buscar exenciones permanentes, capitalizando su relación con Trump y figuras como Elon Musk. Sin embargo, la caída global de precios de materias primas y el dólar fortalecido ya presionan la economía argentina, lo que hace crucial aprovechar estos 90 días. Expertos locales sugieren que, aunque la tregua evita un daño inmediato, Argentina debe prepararse para un futuro de mayor proteccionismo.
El concepto de «reseteo» mencionado por Trump no es nuevo. Durante su campaña, insistió en que «el mundo estafa a Estados Unidos» y prometió aranceles para reestructurar el comercio global. En un evento en marzo de 2025, dijo: «Vamos a hacer el verdadero reseteo del sistema, no el que otros querían, sino el nuestro, para que América lidere otra vez». Esto alude a su rechazo a iniciativas globalistas y su apuesta por un modelo donde EE.UU. dicte términos. Analistas como Enrique Quintana, en W Radio, interpretan esto como «el conjunto de medidas arancelarias más trascendente en 100 años», un cambio radical que podría desmantelar la globalización tal como se conoce.
La tregua, sin embargo, es condicional. El secretario del Tesoro, Scott Bessent, indicó que busca concesiones económicas, militares o de ayuda extranjera, lo que podría presionar a países como Argentina a alinearse más con Washington. A nivel mundial, los próximos 90 días serán clave para determinar si esta pausa lleva a una desescalada o a una nueva escalada de tensiones. Para Trump, este «reseteo» es una herramienta para reafirmar el dominio económico de EE.UU., pero su éxito dependerá de cómo el mundo responda a este audaz experimento comercial.