Trump acusa a la administración Biden de gastar millones para «hacer ratones transgénero»

El pasado martes 4 de marzo de 2025, durante su discurso ante el Congreso en el Capitolio, el presidente Donald J. Trump desató una polémica al afirmar que la administración de Joe Biden había gastado 8 millones de dólares «para hacer ratones transgénero». 

La declaración, parte de una crítica más amplia sobre el supuesto despilfarro y abuso de fondos públicos, generó reacciones inmediatas, desde burlas en redes sociales hasta intentos de verificación por parte de medios como CNN. 

Al día siguiente, el 5 de marzo, la Casa Blanca publicó un comunicado oficial en su sitio web titulado «Sí, Biden Gastó Millones en Experimentos con Animales Transgénero«, defendiendo las palabras de Trump y detallando una lista de estudios financiados por los Institutos Nacionales de Salud (NIH) durante el gobierno anterior.

La acusación de Trump y la respuesta oficial

En su discurso, Trump señaló que estos experimentos eran un ejemplo flagrante de «despilfarro, fraude y abuso» financiado con el dinero de los contribuyentes estadounidenses. «Ocho millones de dólares para hacer ratones transgénero. Esto es real», afirmó.

La Casa Blanca respaldó esta narrativa al publicar un artículo que califica de «perdedores de las noticias falsas» a quienes cuestionaron la veracidad de la afirmación, insistiendo en que «el presidente Trump, como siempre, tenía razón».

El comunicado enumera seis estudios específicos financiados por el NIH, con un costo total de 8.29 millones de dólares, que involucran ratones y terapias hormonales relacionadas con cuestiones de género. Entre ellos se incluyen: 455.000 dólares para investigar los efectos de la terapia hormonal de afirmación de género en respuestas inmunes a vacunas contra el VIH; 2.5 millones para estudiar las consecuencias reproductivas de la administración de hormonas esteroides; y 3.1 millones para analizar cómo las hormonas gonadales median las influencias de sexo y género en el asma. Otros proyectos abordan temas como el riesgo de cáncer de mama y los efectos de la testosterona en el eje neuroendocrino reproductivo.

La mención de Trump no pasó desapercibida. Mientras algunos legisladores republicanos aplaudieron el señalamiento como parte de su cruzada contra el gasto «innecesario» y las políticas de diversidad, otros, junto con científicos y medios, acusaron al presidente de distorsionar la ciencia por motivos políticos. La representante Nancy Mace (R-S.C.), quien lideró una audiencia en febrero sobre el uso de fondos públicos en experimentos con animales, había destacado previamente estudios similares, sugiriendo que reflejan una «ideología de género radical» impulsada por la administración Biden-Harris.

El comunicado de la Casa Blanca, con un tono inusualmente combativo y frases como «los perdedores de las noticias falsas en CNN», refuerza esta narrativa, alineándose con la retórica de Trump y su iniciativa del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), liderada por Elon Musk. Sin embargo, publicaciones como Rolling Stone y Mother Jones han desmentido la idea de que estos fondos se destinaran a «imponer identidades de género a ratones», argumentando que se trata de investigaciones médicas legítimas sobre cáncer, fertilidad y asma, malinterpretadas o exageradas para avivar controversias culturales.

La controversia pone de manifiesto una tensión más amplia entre la administración Trump y el establishment científico. Mientras la Casa Blanca celebra haber «expuesto» el gasto, los defensores de la investigación lamentan que recortes basados en malentendidos puedan frenar avances médicos. 

A medida que el segundo mandato de Trump avanza, este episodio podría ser un preludio de mayores enfrentamientos sobre la financiación científica y las prioridades del gobierno. Por ahora, la afirmación de los «ratones transgénero» sigue resonando, no tanto por su precisión, sino por su capacidad de polarizar y captar la atención pública en un momento de alta carga política.