Tras violento motín, Ecuador inicia envío de los 300 reos «más peligrosos del país» a nueva megacárcel

El gobierno de Ecuador confirmó el envío de 300 reos, considerados los “más peligrosos del país”, a una nueva megacárcel de alta seguridad. El hecho se da luego de un violento motín en el penal de Machala, que terminó con 31 muertos.
De acuerdo a lo que indicó el presidente Daniel Noboa, el grupo fue llevado hasta el penal de El Encuentro, construido en su mandato.
“El crimen quiso desafiar al Ecuador y empezar su campaña. Hoy, el Ecuador le respondió con hechos. Los primeros 300 PPL más peligrosos ya fueron trasladados a la Cárcel del Encuentro”, expuso.
La denominada cárcel tiene capacidad para 800 personas, y es una de las dos megaprisiones que Noboa se comprometió a construir al estilo de su par salvadoreño, Nayib Bukele, en medio de su guerra frontal contra el narcotráfico.
Megacárcel en Ecuador
Los dichos del mandatario no quedaron ahí ya que, en un segundo mensaje, publicó una foto en la que se ven mechones de cabello en el suelo, junto a la leyenda “Cárcel del Encuentro 10 de noviembre 2025”.
“Ya empezarán con la quejadera…”, añadió Noboa, cuestionado por organismos de derechos humanos que denuncian abusos de la fuerza pública en medio de la política de mano dura del gobierno y los constantes estados de excepción.
Los traslados de los presos de varias prisiones iniciaron la mañana del lunes, después de que este domingo fueran asesinados 31 reclusos de la cárcel de Machala, de la provincia de El Oro, fronteriza con Perú.
La masacre fue atribuida por el Gobierno a estos movimientos carcelarios que, según dijo el ministro del Interior, John Reimberg, los presos querían evitar.
La última matanza eleva el número de fallecidos en las prisiones del país a más de 500 desde 2021.
El traslado se da en vísperas del referéndum impulsado por Noboa para permitir de nuevo la instalación de bases militares extranjeras en suelo ecuatoriano.
El organismo estatal rector de las prisiones (SNAI) atribuyó los enfrentamientos a “una reorganización” de algunos reclusos “en la nueva cárcel de máxima seguridad”.
“Se les acabó la fiesta”, anunció en una entrevista el ministro del Interior, John Reimberg.








