Tras admitir efectos secundarios «raros», la UE suspende la venta de la vacuna COVID-19 de AstraZeneca

La farmacéutica AstraZeneca ha pedido suspender la comercialización de su vacuna COVID-19, conocida como «Vaxzevria» en la Unión Europea después de reconocer la posibilidad de efectos secundarios raros. Esta medida sigue a una serie de demandas que alegan que la vacuna ha causado graves daños a algunos receptores.

En este sentido, la Comisión Europea ha anunciado la suspensión inmediata de la comercialización de la polémica vacuna a partir del 7 de mayo de 2024. 

El anuncio llega después de que AstraZeneca admitiera por primera vez en documentos judiciales la posibilidad de que su vacuna contra el COVID-19 pueda causar trombosis en casos muy raros. Este reconocimiento se produjo en el contexto de una acción judicial colectiva presentada ante el Alto Tribunal británico, por 51 víctimas y familiares que reclaman hasta 100 millones de libras (casi 126 millones de dólares) por daños y perjuicios.

La batalla legal, en la que la empresa ha estado impugnando las demandas, tuvo un punto de inflexión cuando el documento legal presentado ante la Justicia en febrero de 2024 fue claro en su reconocimiento: la vacuna «puede, en casos muy raros, causar Trombosis con Síndrome de Trombocitopenia (TTS)», una condición que provoca coágulos sanguíneos y un recuento bajo de plaquetas en la sangre.

Desde el inicio de las campañas de vacunación en Europa, se han administrado alrededor de 68,8 millones de dosis de la vacuna Vaxzevria a ciudadanos europeos mayores de 18 años. 

Aunque Inicialmente fue promocionada como segura y eficaz, la vacuna de AstraZeneca ha enfrentado una creciente controversia debido a los informes cada vez más frecuentes de efectos secundarios graves, como la trombosis en los senos venosos, especialmente en personas jóvenes.

Las demandas presentadas contra AstraZeneca argumentan que la vacuna, desarrollada en colaboración con la Universidad de Oxford, es «defectuosa» y que su eficacia ha sido «vastamente sobrevalorada», afirmaciones que la compañía niega. Sin embargo, los abogados de los demandantes sostienen que existe evidencia suficiente para respaldar las acusaciones de que la vacuna ha tenido un «efecto devastador» en un pequeño número de familias.

La suspensión de la comercialización de la vacuna en la Unión Europea ha generado llamamientos cada vez más fuertes para una investigación exhaustiva sobre todas las empresas farmacéuticas que operaron durante la pandemia del coronavirus. 

Grupos activistas como ‘Iustitia Europa’ han presentado denuncias conjuntas en varios países europeos, exigiendo que se investigue a fondo a los responsables por presuntas violaciones del Estatuto de Roma y el Código de Nuremberg.

En respuesta a estas preocupaciones, AstraZeneca ha señalado que la actualización de la información del producto relacionada con la vacuna en abril de 2021 incluyó la posibilidad de efectos secundarios raros como el TTS. Sin embargo, la decisión de suspender la comercialización de la vacuna en la Unión Europea refleja la gravedad de las preocupaciones en torno a su seguridad y eficacia.

A medida que se desarrolla esta situación, queda claro que el debate sobre la seguridad de las vacunas contra el COVID-19 y la responsabilidad de las empresas farmacéuticas continuará siendo un tema de gran relevancia y preocupación para la comunidad internacional.

En Estados Unidos, el Partido Republicano en varios distritos ha logrado por votación mayoritaria, declarar las inyecciones COVID-19 como «armas biológicas y tecnológicas» y ha pedido su prohibición e investigación a las autoridades gubernamentales. 

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Redacción Mundo Libre
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