«Terremoto” por investigación de corrupción en Venezuela beneficia a Maduro y a los Rodríguez: analistas
MARACAIBO, VENEZUELA — La renuncia del ministro de Petróleo de Venezuela Tareck El Aissami y la detención de funcionarios de su círculo de confianza por presunta corrupción son parte de “un terremoto político” aún en marcha dentro del oficialismo venezolano, que beneficia el poder de la corriente política que lidera el presidente Nicolás Maduro, según analistas.
El Aissami, también ex vicepresidente del poder ejecutivo de Venezuela y uno de los políticos de esa nación reclamados penalmente por el gobierno de Estados Unidos, renunció a su cargo como zar petrolero tras la detención de una serie de políticos y agentes económicos de su entorno, entre ellos el superintendente de criptoactivos, Joselit Ramírez.
Las detenciones son parte de una cruzada nacional contra casos de malversación de fondos e irregularidades en operaciones que involucran al Tribunal Supremo de Justicia, la empresa estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) y algunas alcaldías del país, confirmó Maduro.
Se trata apenas del “primer poderoso golpe a los mafiosos” que “se han enquistado del aparato económico, del aparato judicial y del aparato político” del país, dijo Maduro, quien subrayó que ha dirigido “personalmente” esas investigaciones.
La facción de Maduro y los hermanos Delcy y Jorge Rodríguez, vicepresidenta ejecutiva y presidente del Parlamento, respectivamente, concretaron un movimiento político sumamente calculado para “garantizar más gobernabilidad interna”, indicó el politólogo Pablo Andrés Quintero.
El presidente venezolano “busca afianzar más su poder y su círculo de influencia en personas más leales y cercanas”, dijo Quintero a la Voz de América.
A su juicio, Maduro y los hermanos Rodríguez “están buscando limpiar la casa” de cara a las elecciones presidenciales de 2024, donde se prevé que el presidente aspire a la reelección con el respaldo del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).
Quintero cree que el oficialismo busca preparar un escenario para “tomar decisiones un poco más individuales en la cúpula de poder de Maduro y los hermanos Rodríguez”.
“Están preservando el escenario de 2024, [buscando] construir mejores alianzas y tener a sus cuadros más cohesionados, fortalecidos, que no estén con otros sectores del poder, sino con el mismo presidente. Están despejando la casa, apagando las llamas que están encendidas para atender la campaña electoral”, señaló.
Movimientos internos
La corriente de poder de el Aissami, influyente en los asuntos económicos y en las conexiones del oficialismo con el mundo árabe, queda desactivada a partir de esta operación anticorrupción, coincide el politólogo Leandro Rodríguez Linárez.
“A lo interno del gobierno, en el PSUV, parecen erguirse solo dos líneas [de poder], la de Maduro y la de los hermanos Rodríguez”, dijo a la VOA.
El analista da por sentado que la influencia de Diosdado Cabello, diputado y exvicepresidente que era considerado el número dos del chavismo, fue relevada “hace tiempo” de los círculos de poder y que “solo cumple funciones mediáticas”.
“La guerra contra la corrupción, enarbolada por el régimen, en nada beneficiará al país. Se corresponde más con movimientos internos de poder en el castrismo venezolano”, afirmó.
Rodríguez Linárez también señala un aparente intento del chavismo de “lavarse la cara” en un contexto electoral, a pesar de las graves denuncias de corrupción en su contra.
La oposición acusa al oficialismo de haber malversado al menos 500.000 millones de dólares desde 1999.
Esta última operación política y policial “mueve el piso en las estructuras del PSUV, eliminando subvertientes, favoreciendo a las corrientes de Maduro y los hermanos Rodríguez, quienes finalmente acumulan el poder en Venezuela”, explicó el analista.
Terremoto con mensaje
Luis Peche Arteaga, analista político y especialista en asuntos internacionales, considera que “un terremoto político” está en plena evolución dentro del chavismo venezolano.
La salida de El Aissami se enmarca en un momento de negociaciones directas de Maduro con el gobierno de EEUU para asuntos bilaterales y posibles avances para la reinstitucionalización de Venezuela antes de las presidenciales de 2024, dijo a la VOA.
“La salida de El Aissami se da en el momento en el cual se está gestando una especie de nueva era en el manejo del petróleo por parte del chavismo”, expresó Peche Arteaga, y recordó que el hoy exministro fue uno de los primeros acusados penalmente por EEUU por varios delitos, entre los que destaca el narcotráfico.
EEUU extendió por seis meses los alcances de una licencia que estaba a punto de vencer para que la empresa Chevron extraiga y exporte a Norteamérica crudo venezolano. Mientras Caracas pide suspender las sanciones económicas del todo, EEUU dice esperar avances en las negociaciones en México entre el gobierno y la oposición, y reitera su advertencia de que es posible revertir la flexibilización de sus políticas si no hay progreso en esos debates.
Quintero, por su parte, advierte que Maduro pudiera aprovechar el momento para enjuiciar a Juan Guaidó, quien lo denunció como usurpador de la presidencia y al que 50 gobiernos reconocieron como mandatario interino entre enero de 2019 e inicios de este año.
Maduro solicitó el lunes aplicar las leyes contra Guaidó, a quien llamó “ladrón” y “bandido”.
“Pido justicia por el dinero robado por esa ultraderecha también, que ha indignado tanto. Fueron los que pidieron las medidas de sanciones contra la economía venezolana, contra el pueblo de Venezuela”, dijo el mandatario.
Crédito: La Voz de América