Tensión en el Caribe: despliegue naval de EE. UU. desafía al régimen venezolano

La relación entre Estados Unidos y el régimen chavista en Venezuela atraviesa un nuevo pico de tensión tras el despliegue de una fuerza naval estadounidense en el Caribe sur y aguas cercanas, en una operación que, según Washington, busca enfrentar la amenaza de los cárteles de la droga en América Latina.

El presidente Donald Trump ha colocado la lucha contra el narcotráfico como un eje central de su administración, enmarcado en una estrategia más amplia de control migratorio y seguridad fronteriza. Aunque la Guardia Costera y la Marina de EE.UU. realizan habitualmente operaciones en la región, fuentes oficiales señalaron que este despliegue es considerablemente mayor a los habituales.

Un funcionario estadounidense, bajo condición de anonimato, precisó que siete buques de guerra y un submarino nuclear de ataque rápido ya se encuentran en la zona o se sumarán en los próximos días. Entre ellos figuran el USS San Antonio, USS Iwo Jima y USS Fort Lauderdale, con un contingente de 4.500 efectivos, incluidos 2.200 infantes de Marina.

Además, aviones de reconocimiento P-8 han sobrevolado el área para labores de inteligencia, aunque permaneciendo en aguas internacionales, según confirmaron las autoridades.

Respuesta del chavismo

El líder chavista Nicolás Maduro denunció que Venezuela está siendo “amenazada” por submarinos nucleares en violación de tratados internacionales. También sostuvo que la diplomacia no debe convertirse en una “diplomacia de cañones”, insistiendo en que su régimen responde a las tensiones con un discurso de resistencia.

La semana pasada, el régimen anunció el envío de 15.000 militares a los estados fronterizos con Colombia para combatir grupos de narcotráfico y ordenó la conformación de brigadas de defensa civil que entrenarán cada viernes y sábado.

Contexto regional

El gobierno de Trump ha dado nuevas atribuciones al Pentágono para utilizar al Ejército en operaciones contra cárteles y organizaciones criminales, a los que en febrero designó como organizaciones terroristas internacionales. En esa lista figuran el Cártel de Sinaloa de México y el grupo venezolano Tren de Aragua.

El régimen chavista, por su parte, acusa de forma reiterada a la oposición y a actores extranjeros de conspirar junto con agencias estadounidenses como la CIA, algo que tanto Washington como la dirigencia opositora han negado de manera categórica. Asimismo, Caracas califica las sanciones internacionales en su contra como parte de una supuesta “guerra económica”.

El escenario actual coloca a la región en una situación delicada, en la que el reforzamiento militar estadounidense y la respuesta defensiva del chavismo generan preocupación por una posible escalada en medio de la lucha contra el narcotráfico transnacional.

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Redacción Mundo Libre
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