Taiwán denuncia manipulación histórica del PCCh en el 80º aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial

El gobierno de Taiwán instó este viernes a su población a rechazar los actos organizados por China para conmemorar el fin de la Segunda Guerra Mundial, incluyendo un desfile militar en Beijing supervisado por el presidente Xi Jinping.
Según las autoridades taiwanesas, estos eventos no buscan honrar la historia, sino avanzar la narrativa política del Partido Comunista Chino (PCCh) y amenazar la soberanía de la isla.
Taiwán y numerosos analistas e historiadores han denunciado que Beijing falsea los hechos históricos, atribuyéndose el liderazgo en la lucha contra Japón durante la guerra, cuando en realidad fue el gobierno de la República de China —entonces gobernante del territorio— quien enfrentó a las tropas japonesas.
Tras la victoria comunista en 1949, el PCCh estableció la República Popular China y obligó al gobierno republicano a refugiarse en Taiwán, donde todavía se mantiene como República de China.
En un video publicado por el Consejo de Asuntos del Mainland, el ministro Chiu Chui-cheng afirmó que el régimen comunista “no existía siquiera durante la Segunda Guerra Mundial” y criticó las reiteradas distorsiones históricas del PCCh, incluyendo la fabricación de la idea de que Taiwán pertenece a la República Popular China.
Chiu enfatizó que los taiwaneses deben unirse para defender la soberanía y la dignidad nacional, y participar en sus propios actos conmemorativos en lugar de los organizados por Beijing.
El presidente taiwanés, Lai Ching-te, reforzó esta postura al subrayar en un mensaje publicado en Facebook que “la agresión conduce a la derrota”, destacando la importancia de que la libertad y la democracia prevalezcan frente a los regímenes autoritarios que resurgen.
La situación evidencia cómo el PCCh continúa utilizando la manipulación histórica como herramienta política, distorsionando hechos fundamentales para justificar reclamos territoriales y consolidar su narrativa interna. Al mismo tiempo, Taiwán mantiene una firme defensa de su memoria histórica y de su autonomía frente a estas maniobras, prohibiendo la participación de funcionarios y exfuncionarios de alto rango en el desfile militar chino.
Este episodio refleja, una vez más, la tendencia del Partido Comunista Chino a reescribir la historia a conveniencia, ignorando la verdad histórica y empleándola como instrumento de presión sobre países democráticos vecinos.