Sin muchas opciones y golpeado por crisis internas, Ucrania se aproxima al plan de paz de Trump

A medida que 2025 llega a su fin, la guerra en Ucrania parece entrar en otra fase decisiva. Tras meses de conversaciones discretas entre Washington y Moscú, la administración Trump ha entregado a Kyiv un marco de paz de 28 puntos, uno que exigiría amplias concesiones por parte de Ucrania a cambio de poner fin al conflicto y restaurar el lugar de Rusia en los principales foros internacionales.
El presidente Volodímir Zelensky, enfrentando una creciente presión en el país y en el campo de batalla, dijo que está listo para entablar un “trabajo honesto” con Estados Unidos sobre la propuesta. Su oficina emitió una declaración cauta señalando que Ucrania acepta avanzar en el plan “de manera justa”, lo que indica que Kyiv ve poco margen de maniobra. Un funcionario occidental familiarizado con la situación afirmó que Zelensky tiene “casi ninguna opción” debido al deterioro de la situación militar y a una ola de escándalos de corrupción internos.
Ucrania presionada para abandonar la vía hacia la OTAN
Los detalles publicados por Financial Times, Wall Street Journal y Axios describen una propuesta ampliamente favorable a Rusia. El plan toca el núcleo de la soberanía, la seguridad y la identidad política de Ucrania.
El marco exige que Ucrania renuncie a la plena soberanía sobre toda la región del Donbás —tanto los territorios actualmente bajo control ruso como los que aún mantiene Ucrania—. Para un gobierno que ha prometido recuperar cada área ocupada, esta concesión sería extraordinaria.
Las fuerzas armadas ucranianas enfrentarían límites estrictos, con reportes que sugieren un tope aproximado de 600.000 soldados o incluso una reducción a la mitad. Kyiv también tendría prohibido adquirir sistemas occidentales de ataque de largo alcance capaces de alcanzar territorio ruso, y no se permitirían tropas internacionales de mantenimiento de la paz en suelo ucraniano, dejando al país sin un colchón de seguridad externo.
Quizás el punto más sensible: Ucrania tendría que renunciar a la membresía en la OTAN, ya sea de manera permanente o por varios años, satisfaciendo directamente una de las exigencias históricas de Moscú. Disposiciones adicionales requerirían reconocer el ruso como idioma oficial y otorgar estatus legal a la Iglesia Ortodoxa alineada con Moscú en Ucrania, pasos que influirían significativamente en la identidad cultural y nacional del país.
A cambio, el plan ofrece referencias generales a “garantías de seguridad confiables” para Ucrania, aunque sin detalles sustantivos. Uno de los elementos permitiría el despliegue de cazas europeos en la vecina Polonia, más como un gesto de tranquilidad para los aliados de la OTAN que como una protección directa del territorio ucraniano.
Negociaciones manejadas por un pequeño canal Trump–Putin
Ucrania tuvo muy poca participación en la elaboración del plan. Según fuentes, el marco fue desarrollado por un pequeño grupo de altos funcionarios estadounidenses: el vicepresidente J.D. Vance, el secretario de Estado Marco Rubio, el asesor principal Jared Kushner y el enviado para Medio Oriente Richard Wilcox, quien se encargó de la coordinación operativa. Del lado ruso, el interlocutor clave fue Kirill Dmitriev, enviado de inversiones del presidente Vladímir Putin y jefe del Fondo Ruso de Inversión Directa.
Wilcox se reunió con el asesor de seguridad nacional ucraniano Rustem Umerov en Miami el fin de semana pasado para informarle sobre el plan. Reconoció que el marco cruza muchas de las “líneas rojas” de Kyiv, pero dejó claro que Washington quiere que Zelensky lo acepte. Ucrania no fue consultada durante la redacción y conoció los detalles solo cuando el documento estaba casi terminado.
Un alto funcionario estadounidense dijo a Politico que el presidente Trump no considera que Estados Unidos tenga la obligación de ayudar a Ucrania a recuperar todos los territorios tomados por Rusia. Su prioridad es alcanzar un alto el fuego rápidamente y retirar a Washington de lo que él ve como un costoso conflicto por poder.
Zelensky acorralado por pérdidas de guerra y escándalos de corrupción
Para Zelensky, la propuesta puede ser la prueba política más importante de su presidencia. Las fuerzas ucranianas en el este están bajo una presión constante de Rusia, con pérdidas significativas tanto de personal como de municiones. El apoyo occidental se ha debilitado considerablemente desde la llegada de Trump al poder.
Al mismo tiempo, el gobierno de Zelensky se ha visto sacudido por acusaciones de corrupción. El día en que se filtró el plan de paz, el parlamento ucraniano destituyó al ministro de Energía German Galushchenko y al ministro de Justicia Denis Maliuska por acusaciones de corrupción, un episodio que agravó la pérdida de confianza pública.
Rechazar la propuesta estadounidense podría dejar a Ucrania aislada frente a las fuerzas rusas, una realidad que pesa sobre la administración Zelensky. La declaración de Kyiv enfatizando una conclusión “justa” de la guerra refleja tanto sus limitaciones para negociar como la necesidad de tranquilizar a una opinión pública escéptica.
Una victoria estratégica para Moscú
Si se aplicara, el marco otorgaría al presidente Vladímir Putin una gran victoria estratégica. Congelaría a Ucrania fuera de la OTAN, consolidaría el control ruso sobre el Donbás y debilitaría de manera permanente las capacidades militares ucranianas.
Igualmente significativo, el plan iniciaría el levantamiento de sanciones económicas occidentales sobre Rusia. Uno de los puntos más simbólicos es la invitación para que Rusia regrese al Grupo de los Siete, restaurando el formato G8 y señalando el fin del aislamiento diplomático de Moscú. El movimiento marcaría un cambio geopolítico de gran alcance y reforzaría la posición interna de Putin.
A cambio, Rusia se comprometería a no atacar a Ucrania ni a ningún otro estado europeo, con la promesa escrita en su legislación nacional. Pero dado el historial de Moscú de incumplir acuerdos, los gobiernos europeos se mantienen profundamente escépticos.
Según Politico, citando a altos funcionarios de la Casa Blanca, las negociaciones finales sobre el marco de alto el fuego podrían concluir en cuestión de días —posiblemente esta semana o antes de fin de noviembre—. El futuro de Ucrania podría decidirse de manera inminente.








