Rusia confirma la muerte de Yevgeny Prigozhin, jefe del grupo Wagner, a dos meses de desafiar a Putin
La Agencia Federal de Transporte Aéreo de Rusia confirmó hoy la muerte del jefe del grupo de mercenarios Wagner, Yevgeny Prigozhin, tras estrellarse su avión en Rusia.
Además se dio a conocer que los 10 pasajeros que iban a bordo han muerto, según el Ministerio de Emergencias.
Pese a esto, de momento solo se han podido rescatar 8 cuerpos del total de los tripulantes fallecidos.
Desde el entorno de Wagner se confirmó además que en el aparato viajaban tanto su jefe como uno de sus comandantes más importantes, el ultraderechista Dmitri Utkin.
Se trata de un antiguo agente del servicio de inteligencia del ejército y que participó en la incursión rusa en la región ucrania de Donbás tras la anexión ilegal de Crimea en 2014.
“Se ha iniciado una investigación sobre la catástrofe del avión Embraer que ha ocurrido esta noche en la región de Tver. Según la lista de pasajeros, entre ellos figuran el nombre y el apellido de Yevgueni Prigozhin”, confirmó la Agencia Federal de Transporte Aéreo de Rusia.
Se trata de un Embraer Legacy 600, número de cola RA-02795, según lo detalló el diario El País.
Además, las autoridades informan de que el aparato se estrelló en torno a las 18.40 de Moscú, 17.40 de la España peninsular, junto a la aldea de Kuzhenkino.
Los inicios militares de Yevgeny Prigozhin
Prigozhin fue apodado el “chef de Putin” debido a su anterior proximidad con el presidente ruso y sus negocios de restauración, que montó después de salir indultado de prisión en 1990, donde pasó casi diez años por diversos delitos.
Nacido el 1 de junio de 1961 en la actual San Petersburgo, sus vínculos con Putin empezaron cuando Prigozhin, vendedor entonces de “hot dogs” en puestos callejeros, distribuyó varios “catering” de comida al Ejército ruso.
Tras la invasión rusa de Ucrania, iniciada en febrero de 2022, Prigozhin reclutó a 35.000 presos que fueron excarcelados para combatir al lado de las tropas rusas.
Pero con el paso del tiempo y también, en el marco de la guerra, mantuvo duras confrontaciones con el Ministerio de Defensa ruso.
La primera fue en febrero de este año, cuando se quejó de la falta de munición para sus combatientes durante el asedio a la localidad ucraniana de Bajmut, en el Donbás, que acabó finalmente en manos rusas en mayo pasado.
El segundo enfrentamiento con la cúpula militar rusa tuvo lugar el 24 de junio, tras sublevarse contra el régimen de Putin al tomar la sureña ciudad rusa de Rostov del Don, sede del mando sur del Ejército ruso.
Allí fue donde emprendió una marcha hacia Moscú en respuesta a supuestos ataques rusos contra sus posiciones.