Robert F. Kennedy Jr. presiona a la industria alimentaria para eliminar colorantes artificiales

El secretario de Salud de Estados Unidos, Robert F. Kennedy Jr., se reunió el lunes 10 de marzo de 2025 con representantes de gigantes alimentarios como PepsiCo y Kraft Heinz, dejando claro que la administración Trump espera eliminar los colorantes artificiales del suministro de alimentos antes de que concluya su mandato.

Según un correo electrónico revisado por Reuters, enviado por la Consumer Brands Association (CBA), Kennedy instó a las empresas a actuar de manera proactiva o enfrentar medidas regulatorias directas desde el gobierno federal. Esta postura se alinea con el lema «Make America Healthy Again» (MAHA), adoptado por la administración Trump para promover una revolución en la salud pública, con un enfoque en reducir las enfermedades crónicas mediante cambios radicales en la dieta estadounidense.

Un ultimátum a la industria

Kennedy, conocido por su activismo contra los aditivos alimentarios y su crítica a las prácticas de la industria, expresó en la reunión que busca «cambios reales y transformadores» al sacar «los peores ingredientes» de los alimentos. El correo de la CBA, que representa a empresas como PepsiCo y Kraft Heinz, detalla que el secretario espera que la industria tome la iniciativa, pero advirtió que está dispuesto a intervenir si no se presentan soluciones voluntarias. La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), bajo su supervisión, planea colaborar con el sector para establecer un marco federal que regule los colorantes alimentarios, evitando así un «mosaico de regulaciones estatales» que podría complicar las operaciones de las compañías globales.

El impulso de Kennedy no surge en un vacío. En 2024, California prohibió los colorantes artificiales en los almuerzos escolares, mientras que Virginia y Nueva York están evaluando medidas similares. Estas acciones estatales han encendido las alarmas en la industria, que prefiere una normativa uniforme a nivel nacional antes que lidiar con un patchwork de leyes locales. La reunión del lunes, reportada inicialmente por Bloomberg News, marca un paso concreto en la agenda de Kennedy para imponer estándares más estrictos en la producción de alimentos.

MAHA: El contexto de la cruzada de Kennedy

La campaña de Kennedy contra los colorantes artificiales y otros aditivos se enmarca en el lema «Make America Healthy Again» (MAHA), una extensión del «Make America Great Again» de Trump, pero enfocada en la salud. Desde su nombramiento como secretario de Salud, Kennedy ha abogado por medidas audaces, como el regreso del sebo de res en lugar de aceites de semillas para freír papas en cadenas de comida rápida y la eliminación de ingredientes que considera dañinos. MAHA refleja una visión de Trump y sus aliados de combatir el aumento de enfermedades crónicas —como la obesidad, la diabetes y el cáncer— atribuidas en parte a una dieta industrializada repleta de químicos y ultraprocesados.

La retórica de MAHA ha resonado entre sectores de la población preocupados por la calidad de los alimentos, aunque también ha generado críticas de quienes ven en estas políticas un intervencionismo excesivo o una amenaza a la libertad de las empresas. Para Kennedy, sin embargo, la eliminación de colorantes artificiales —vinculados en algunos estudios a problemas de comportamiento en niños y potenciales riesgos a largo plazo— es un primer paso tangible hacia esa meta de salud nacional.

Reacciones de la industria

La CBA, a través de su CEO Melissa Hockstad, expresó disposición para trabajar con Kennedy, sugiriendo un enfoque colaborativo en lugar de confrontacional. PepsiCo, fabricante de productos icónicos como Cheetos, afirmó en un comunicado que está comprometido con ofrecer «alimentos y bebidas convenientes, asequibles y seguros», incluyendo opciones con ingredientes naturales y sin colorantes sintéticos, además de reducciones en azúcar, grasas y sodio. Kraft Heinz, por su parte, no respondió a solicitudes de comentarios, dejando incertidumbre sobre su posición ante las exigencias de Kennedy.

La presión de Kennedy llega en un momento en que la industria alimentaria ya enfrenta un cambio en las preferencias de los consumidores, quienes demandan cada vez más productos «limpios» y naturales. Sin embargo, eliminar los colorantes artificiales no es una tarea sencilla: estos químicos, aprobados por la FDA durante décadas, son clave para la apariencia visual de muchos productos, un factor que influye en las ventas. Sustituirlos por alternativas naturales podría aumentar costos y alterar fórmulas establecidas, lo que genera resistencia entre algunos fabricantes.

Además, la amenaza de Kennedy de actuar unilateralmente plantea preguntas sobre el alcance de su autoridad. Aunque la FDA tiene poder para regular aditivos, cualquier prohibición significativa requeriría un proceso que incluya evidencia científica sólida y consulta pública, algo que podría extenderse más allá de su tiempo en el cargo si no se logra un acuerdo con la industria.

La reunión de Robert F. Kennedy Jr. con PepsiCo, Kraft Heinz y otros gigantes alimentarios marca un capítulo clave en su cruzada por transformar la dieta estadounidense, bajo la bandera de MAHA. Su ultimátum refleja una mezcla de idealismo y pragmatismo, buscando aprovechar el peso del gobierno federal para forzar cambios que considera urgentes.

Mientras la industria evalúa sus opciones y los estados avanzan en sus propias regulaciones, el enfrentamiento entre Kennedy y el sector alimentario promete ser un campo de batalla definitorio en la agenda de salud de la administración Trump, con implicaciones que podrían sentirse en los supermercados y las mesas de todo el país.

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Celeste Caminos
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