Represión de Año Nuevo: las autoridades de Shanghái prohíben las reuniones masivas en medio de crecientes tensiones
Mientras el mundo se prepara para recibir el nuevo año con vibrantes reuniones familiares y celebraciones, China ha decidido adoptar un enfoque muy diferente.
Las autoridades de Shanghái, así como de otras ciudades importantes, han prohibido las reuniones y eventos de Nochevieja, alegando la necesidad de “mantener el orden público” y evitar posibles disturbios. La decisión pone de relieve la creciente ansiedad del Partido Comunista Chino (PCCh) ante la disidencia pública y su tendencia a ver amenazas en todas partes, una situación descrita con el modismo chino “ver enemigos en todas partes” (草木皆兵).
La ofensiva se produce apenas unas semanas antes de las celebraciones del Año Nuevo Lunar, que comenzarán el 29 de enero de 2025, un cambio radical respecto de las festividades tradicionalmente animadas y familiares que marcan la festividad, especialmente en Asia.
Sin festividades, sin multitudes
En Shanghái, las zonas concurridas como el Bund, el Bund Norte y Lujiazui, que suelen estar repletas de visitantes, no organizarán espectáculos de luces, cuentas regresivas ni otras actividades de celebración. En cambio, el gobierno ha emitido avisos que desalientan las reuniones y promueven un Año Nuevo tranquilo.
Se han anunciado restricciones similares en ciudades como Nanjing, Guangzhou y Changsha, donde las autoridades han prohibido actividades como exhibiciones de fuegos artificiales, la venta y liberación de globos e incluso el uso de drones o linternas voladoras sin aprobación previa.
Entrando en detalles, una directiva para los bulliciosos distritos comerciales Xinjiekou y Baijiahu de Nanjing declaró explícitamente que no se organizarían cuentas regresivas para la víspera de Año Nuevo y que los peatones tenían “prohibido” reunirse o caminar por las autopistas.
En Guangzhou, lugares emblemáticos como la Torre Cantón y la calle peatonal Beijing Road también permanecerán en silencio y bajo una fuerte presencia policial. Las autoridades locales están preparadas para aplicar estrictas medidas de seguridad, incluidos controles de tráfico temporales, agregó la directiva.
“Se recomienda a los visitantes no llevar artículos inflamables como globos de hidrógeno, y todos los drones u objetos voladores no aprobados están prohibidos”, decía otro anuncio público en Guangzhou.
Un nuevo año sombrío
La ola de restricciones sigue una directiva más amplia de la dirección central del PCCh. Un aviso reciente publicado por el medio estatal Xinhua News señaló ocho “prioridades clave” para el período de Año Nuevo, entre ellas la resolución de conflictos sociales, la mejora de la preparación para emergencias y la garantía del buen funcionamiento de todas las funciones administrativas. El documento también pidió “fortalecer la resolución de conflictos para garantizar la estabilidad general” e instó a una mayor vigilancia ante eventos imprevistos, protestas o malestar social.
Los observadores han notado la mayor sensibilidad del gobierno, y un internauta escribió en las redes sociales: “El entorno económico está empeorando y la vida en ciudades como Nanjing ya ha sido asfixiante durante más de un año”, y agregó: “¡Es como si el gobierno estuviera presionando desesperadamente a la gente a rebelarse!”.
Una nación al borde del abismo
La ‘mano dura’ que se ha tomado ha suscitado numerosas críticas en la red. Muchos ciudadanos consideran que la represión es un indicio de que el régimen está cada vez más alejado de las necesidades de sus ciudadanos. “El PCCh es esquizofrénico: por un lado, pide una recuperación económica, pero por el otro, le aterrorizan las concentraciones de gente”, se leía en un comentario que había obtenido muchos “me gusta”. “¿Cuánto tiempo más puede durar esto?”.
Otros trazaron paralelismos con regímenes autoritarios, y un usuario se lamentó: “Esta es la acelerada ‘coreaficación’ de China por parte del Norte. Confinamientos constantes, ahora toques de queda: ¿cuán lejos estamos de la caída del PCCh?”.
“Temen que incluso una celebración sencilla como la Nochevieja pueda provocar disturbios”, añadió otro internauta. “Esto demuestra lo frágil que se ha vuelto su control del poder”.
‘China sigue a oscuras’
Las restricciones marcan el segundo año consecutivo en que el PCCh ha optado por cancelar los eventos de Nochevieja a gran escala. La decisión refleja los crecientes temores de disturbios, especialmente entre las generaciones más jóvenes, que son cada vez más críticas con la gestión excesiva del PCCh.
En declaraciones a Radio Free Asia (RFA), el activista Jiang Yu dijo: “El PCCh tiene miedo de las multitudes. Cada vez hay más jóvenes que se dan cuenta de la incompetencia del gobierno”, y añadió: “La agitación política tal vez sólo necesite un último empujón, una gota que derrame el vaso”.
Las restricciones también contrastan marcadamente con el resto del mundo, donde las ciudades están preparando grandes exhibiciones de fuegos artificiales y espectáculos de luces o drones. Para muchos en China, las silenciosas celebraciones simbolizan un malestar más profundo. “El resto del mundo iluminará la noche; China permanecerá a oscuras”, decía un comentario que resumía el sentimiento del público.
A medida que se acerca el año 2025, China se encuentra en una posición precaria. Las medidas cada vez más represivas del PCCh reflejan un régimen hipervigilante e inseguro. Si bien el gobierno puede haber tenido éxito en evitar reuniones este Año Nuevo, las tensiones subyacentes continúan latentes, lo que hace que muchos se pregunten si la situación se agravará aún más en los próximos meses.
“Este es un gobierno que teme a su pueblo más que a cualquier otra cosa. Es un círculo vicioso, que sólo la democracia puede romper”, dijo otro comentarista.
Por Alina Wang