Renuncia la viceprimera ministra del Reino Unido por escándalo fiscal

La viceprimera ministra británica, Angela Rayner, presentó su renuncia este viernes tras reconocer un «error» en el pago de impuestos por la compra de una vivienda, en un golpe político significativo para el primer ministro de izquierda Keir Starmer.
La decisión llegó después de que el asesor independiente sobre estándares ministeriales determinara que Rayner había violado el código de conducta al no abonar correctamente un impuesto sobre la propiedad. Aunque Starmer había defendido inicialmente a su mano derecha, la presión se volvió insostenible. En una carta de despedida, el líder laborista la describió como “una colega de confianza y una verdadera amiga”, admitiendo que su salida era “dolorosa”.
Rayner, de 45 años, era una de las figuras más influyentes del Partido Laborista y la octava ministra en abandonar el gobierno de Starmer desde que asumió el cargo. El caso se originó en una transacción inmobiliaria en la que habría evitado pagar cerca de 40.000 libras (unos 54.000 dólares) en impuestos. Según explicó, vendió su parte de una casa familiar a un fideicomiso creado para su hijo con discapacidad, con el objetivo de financiar un apartamento en Hove, al sur de Inglaterra. Ella creía que no debía tributar como si se tratara de una segunda residencia, pero admitió haber cometido un error y aseguró estar tomando medidas para regularizar la situación.
“Lamento profundamente no haber buscado asesoramiento fiscal especializado adicional… Asumo toda la responsabilidad de este error”, señaló en su carta de renuncia, en la que también dejó su cargo como viceprimera ministra y como vicepresidenta del Partido Laborista.
La renuncia ha dejado al gobierno en una posición frágil. Starmer acumula ya más dimisiones que cualquier primer ministro británico al inicio de su mandato en las últimas cinco décadas, incluso más que las sufridas por Boris Johnson durante su turbulenta gestión. La salida de Rayner es especialmente dolorosa porque había logrado tender puentes entre el ala izquierda y el sector centrista del Laborismo, además de tener un fuerte atractivo popular gracias a su historia personal: fue madre adolescente de origen obrero antes de convertirse en una de las dirigentes más destacadas del país.
El escándalo también abrió la puerta a críticas de la oposición. Nigel Farage, líder de Reform UK, aprovechó la noticia en la apertura de su conferencia partidaria en Birmingham para declarar que el gobierno laborista estaba en “profunda crisis”. Según él, la dimisión demuestra que “la nueva política prometida es tan mala, o incluso peor, que la anterior”. Sus palabras fueron recibidas con una ovación por parte de sus seguidores.
Aunque algunos parlamentarios laboristas admiten que Rayner “tenía que irse”, no descartan que en el futuro intente volver como una rival de Starmer. Por ahora, su salida representa la pérdida de una figura clave para el equilibrio interno del partido y deja al primer ministro debilitado frente a la opinión pública en un contexto de encuestas desfavorables y debates sobre el rumbo económico del país.