¿Reemplazar a Biden? Demócratas buscan amainar el daño tras el desempeño del presidente en el debate
Los aliados del presidente Joe Biden buscan contener las consecuencias de la titubeante actuación del candidato demócrata en el primer debate presidencial de Estados Unidos en 2024, después de que el mandatario se esforzara por contener un aluvión de ataques y afirmaciones de su rival republicano Donald Trump.
La campaña de Biden esperaba que un buen debate disipara la preocupación de los votantes de que el actual presidente demócrata, de 81 años, es demasiado viejo para un segundo mandato de cuatro años.
En lugar de ello, un Biden que sonaba ronco tropezó a veces con sus propias palabras, especialmente en las primeras fases del debate.
Un donante de Biden, que pidió el anonimato para poder hablar libremente sobre el presidente, calificó su actuación de «descalificadora» y predijo que algunos demócratas volverían a pedir que Biden se hiciera a un lado en favor de otro candidato antes de la convención nacional del partido en agosto.
Los demócratas, presos del pánico, intercambiaron mensajes preguntándose si Biden se plantearía dimitir.
Un estratega demócrata de alto nivel dijo que sería inaudito que un titular se retirara tan tarde en el ciclo electoral, pero que habría peticiones para que Biden lo hiciera.
Las entrevistas con votantes indecisos confirmaron que fue una mala noche para Biden. Describieron su actuación como débil, embarazosa y difícil de ver.
Dos funcionarios de la Casa Blanca dijeron a mitad del debate que Biden estaba resfriado, pero eso solo reflejaba la ansiedad de sus ayudantes por su actuación.
La vicepresidente Kamala Harris admitió que Biden tuvo un «comienzo lento», pero argumentó que su historial a lo largo de 3 años y medio como presidente pesaba más que un acto de 90 minutos.
El gobernador de California, Gavin Newsom, que podría ser una de las principales alternativas demócratas si Biden se apartara, descartó la idea de que Biden pudiera ser sustituido.
Trump, de 78 años, también se ha enfrentado a dudas sobre su idoneidad para el cargo, dada su condena el mes pasado en Nueva York por supuestamente encubrir pagos de dinero secreto a una estrella de cine para adultos, los presuntos esfuerzos por anular las elecciones de 2020 y su caótico mandato.
A pesar de las críticas a Trump de lanzar falsas afirmaciones durante el debate, la atención posterior se centró directamente en el actual presidente.
Ninguno de los candidatos es popular y las encuestas muestran que muchos estadounidenses están insatisfechos con sus opciones. El país está profundamente polarizado, y la mayoría de los votantes han expresado su preocupación por la posibilidad de que tras las elecciones se produzcan actos de violencia política.
El debate en la sede de la CNN en Atlanta tuvo lugar mucho antes en la campaña que cualquier otro debate presidencial moderno, con más de cuatro meses -una eternidad en la política estadounidense- antes de las elecciones del 5 de noviembre.
Eso podría mitigar el daño para Biden, a medida que el recuerdo de su actuación se desvanece y los acontecimientos generan nuevos titulares.
Trump, por ejemplo, tiene prevista una sentencia en Nueva York el 11 de julio, pocos días antes de que su partido se reúna para nominarle formalmente. Aún se enfrenta a otras tres acusaciones penales, aunque parece improbable que alguna llegue a juicio antes de noviembre.
Con las encuestas de opinión mostrando la carrera en un empate antes del debate, incluso un pequeño cambio podría alterar la trayectoria de la campaña.
En un restaurante Waffle House de Atlanta a altas horas de la madrugada del viernes, Biden se detuvo a comer de regreso a la campaña y dijo a los periodistas: «Creo que lo hicimos bien«.
Preguntado sobre si le preocupaba su actuación, respondió: «No. Es difícil debatir con un mentiroso».
Biden se dirige a un mitin el viernes en Raleigh, Carolina del Norte, un estado que los demócratas esperan recuperar de los republicanos este noviembre, antes de volar a Nueva York para una recaudación de fondos y la inauguración de un monumento dedicado a la revuelta de Stonewall de 1969 por los derechos LGTB.
Trump dará un mitin el viernes en Virginia, un estado que ha perdido dos veces pero que espera poner en juego en noviembre.
Intercambio de insultos
Los dos candidatos debatieron el jueves por la economía, el aborto, la inmigración y las guerras de Ucrania y Gaza en un encuentro que incluyó algunos ataques profundamente personales.
Trump soltó numerosas afirmaciones -que algunos tildan de falsas-, como que las elecciones de 2020 fueron fraudulentas, que los demócratas apoyan el infanticidio y que los inmigrantes han protagonizado una ola de crímenes violentos. Habló de sus partidarios detenidos por asaltar el Capitolio de EE.UU. el 6 de enero de 2021, se negó a decir si aceptaría los resultados electorales de este año y sugirió que podría procesar a Biden si gana.
Pero Biden tuvo problemas para contrastar los hechos con su predecesor en tiempo real, y los moderadores de la CNN Jake Tapper y Dana Bash no corrigieron a Trump en directo.
Biden asestó algunos golpes durante el debate. Calificó a Trump de delincuente y señaló que la mayoría del antiguo gabinete de Trump se ha negado a respaldar su campaña.
«Este tipo no tiene sentido de la democracia estadounidense«, dijo Biden durante un segmento sobre los incidentes del 6 de enero.
Biden también culpó a Trump de permitir la eliminación del derecho al aborto en todo el país al nombrar a conservadores para el Tribunal Supremo de Estados Unidos, una cuestión que ha atormentado a los republicanos desde 2022.
En cuanto a la inmigración, el tema más fuerte de Trump, el expresidente acusó a Biden de no haber asegurado la frontera sur de Estados Unidos, dando entrada a decenas de criminales.
La intensa antipatía entre los dos candidatos estuvo a la vista durante todo el debate, empezando cuando no se dieron la mano al subir al escenario.
Biden llamó a Trump «llorón» y «infantil» que, según él, engañó a su mujer con una estrella de cine para adultos; Trump dijo que Biden era un «desastre» y un «candidato manchuriano» que favorecía a China frente a Estados Unidos.
El segundo y último debate de la campaña de este año está previsto para septiembre.
(Reuters – parcialmente modificado)