Ramos en Semana Santa y huevos para la Pascua, dos tradiciones bien distintas con origen común
Durante siglos, los católicos romanos en América Latina han conmemorado la Semana Santa como un tiempo sagrado de su religión que conlleva procesiones, misas y ayuno. Mientras al norte del continente, en Estados Unidos, la celebración de estas fechas y su amplificación comercial han convertido en protagonista al Conejo de Pascua, los huevos de colores y numerosas actividades en torno a su figura.
Pese a sus diferencias, todo indica que ambas celebraciones tendrían las mismas raíces en sus orígenes, razón por la que coinciden en el calendario. La Semana Santa, sin embargo, tiene una duración de siete días desde el Domingo de Ramos hasta el Domingo de Resurrección, día que también se conoce como la Pascua.
Julie Byrne, directora del Departamento de Religión de Hofstra University en Nueva York, explicó a la Voz de América que las tradiciones de la Semana Santa en todo el mundo, sin los huevos o conejos, consisten en recrear partes de los relatos evangélicos de la última semana de vida de Jesús. Estas representaciones comenzaron en el imperio romano y se extendieron a Europa; luego con el colonialismo y la inmigración, se propagó por el mundo hasta en las Américas.
Pero las tradiciones con huevos de colores también son antiguas y su relación con el cristianismo es más cercana de lo que se cree. Una de las leyendas, narró Byrne, cuenta que después de que Jesucristo murió, resucitó y fue al cielo, una de sus discípulas, María Magdalena, fue a predicar al emperador. Este se rehusó a creer la historia de la resurrección y dijo: “¡Esa historia no es más cierta que decir que esos huevos son rojos!”. Entonces, María Magdalena recogió un huevo y “milagrosamente” se tornó carmesí.
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“Quizás esto era solo una leyenda de un santo; quizás algunas poblaciones tenían tradiciones primaverales precristianas de coloración de huevos que más tarde adaptaron con la leyenda de Magdalena”, dijo Byrne, al agregar que independientemente del origen de la leyenda, teñir los huevos de Pascua llegó a representar a Jesús resucitado y una nueva vida para toda la humanidad.
El Conejo de Pascua, por otro lado, que según la creencia entrega huevos de colores, parece ser de origen germánico, nuevamente de la época precristiana. Su leyenda dice que la diosa de la primavera, Ostara, transformó un pájaro en un conejo, y este respondió poniendo hermosos huevos de colores para su festival.
“Esta tradición del conejo se fusionó con otras tradiciones del huevo en el cristianismo para las celebraciones de Semana Santa. Los inmigrantes alemanes lo trajeron a EEUU, donde con la incomparable capacidad de amplificación comercial de este país, el Conejo de Pascua se convirtió en el fenómeno que es hoy”, agregó Byrne.
Jacqueline Hidalgo, profesora de estudios latinos y religión de Williams College en Massachusetts, dijo a la VOA que las celebraciones católicas romanas de la Semana Santa, incluidas las que se practican entre los católicos romanos en América Latina, y las celebraciones angloprotestantes tradicionales de la Pascua en EEUU, tienen las mismas raíces, “ambas vienen de prácticas al interior de una tradición cristiana más amplia”.
Hidalgo agregó que muchos de los protestantes de EEUU también observan el espectro completo de la Semana Santa, aunque los rituales que practican pueden verse diferentes según la iglesia y el contexto cultural.
Rituales y tradiciones
“Sin embargo, el estado de ánimo de la semana rápidamente se vuelve triste”, dijo la experta en religión. El Jueves Santo recrea la última cena que Jesús, quien era judío, celebró con sus discípulos. El Viernes Santo recuerda la condensación de Jesús por parte de las autoridades romanas como enemigo del estado, y su tortura y muerte a través de la crucifixión.
La tradición establece que la Semana Santa comienza con procesiones el Domingo de Ramos, que según narró Byrne, recuerdan al pueblo de Jerusalén saludando festivamente a Jesús con ramas de palma a su entrada en la ciudad.
La conmemoración “vuelve a levantarse” con la llegada del Domingo de Resurrección o Pascua, cuando los cristianos creen que Jesús resucitó entre los muertos. “Esto lo interpretan en el sentido de que aunque sucumbió a la muerte, como hijo de Dios conquistó la finalidad de la muerte para el resto de la humanidad. Así se vincula la Pascua llena de símbolos de luz, alegría, primavera, flores y nueva vida”, dijo Byrne.
Yadira Sánchez Rivera, creció en el Barrio Obrero de San Juan, Puerto Rico, en el que las procesiones “son casi sagradas, y aunque había gente que no participara, respetaban el pasar”.
“Esta tradición lleva más de 50 años en el barrio. Mi familia creció alrededor de ella y son días muy importantes. Especialmente el Viernes Santo, ese día nos reunimos en casa y mi mamá solo hacía una comida y después todo a las procesiones”, contó a la VOA.
Separado de la denominación religiosa, la tradición de Pascua también se observa con actividades no relacionadas al cristianismo. Por ejemplo, pintar huevos y participar de juegos como rodar huevos por jardines y esconderlos para que los niños los encuentren.
En algunos hogares estadounidenses, el personaje del Conejo de Pascua lleva dulces y chocolates a los niños en la mañana del Domingo de Pascua.
El impacto de las tradiciones en la economía
Las tradiciones religiosas también representan una inyección económica para los países. La Federación Nacional de Minoristas de EEUU (NRF, por sus siglas en inglés) estimó que el gasto entre los consumidores podría alcanzar 24.000 millones de dólares, el más alto desde que se realizan las proyecciones.
La encuesta realizada por la NRF reveló que al menos 81 por ciento de los estadounidenses celebran la pascua con la compra de decoraciones, comida, regalos y flores, gastando un promedio de 192 dólares.
“La Pascua perdura como una festividad importante para muchos estadounidenses, lo que significa nuevos comienzos y un momento de celebración con amigos y familiares”, dijo en comunicación escrita Matthew Shay, presidente y director ejecutivo de NRF.
En América Latina, la Semana Santa viene acompañada de días libres que representan un movimiento económico para el sector del turismo.
En Colombia, por ejemplo, el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo estima que más de 50.000 personas viajaran desde países extranjeros para presenciar tradiciones artesanales, folclóricas y manifestaciones gastronómicas.
En Perú, el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo espera un impacto económico de 107 millones de dólares, en su mayoría provenientes de vacaciones y recreación.
Crédito: Voz de América