Profundizando en el patrimonio sefardí de Cáceres, España
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Situada en el oeste de España, Cáceres es la capital de la comunidad autónoma de Extremadura. Conocida como una pintoresca ciudad medieval, Cáceres ha sido durante mucho tiempo un importante centro comercial regional. Hoy en día, sus habitantes aprecian el pasado histórico de la ciudad, incluida la conmovedora historia de su comunidad judía hasta el Decreto de la Alhambra de 1492.
La ciudad remonta sus orígenes a asentamientos prehistóricos; aunque como ciudad estructurada, sus inicios se atribuyen a los romanos, que la llamaron Norba Caesarina. El nombre contemporáneo de la ciudad, Cáceres, hunde sus raíces en el término árabe al-qaṣr, que significa «la ciudadela». Cuando los árabes tomaron el poder en el siglo IX, denominaron Alkazares a la ciudad fortificada.
Sorprendentemente, una ciudad desprovista de presencia judía en la actualidad está llamando la atención sobre su comunidad sefardí, antaño floreciente, que se enfrentó a la expulsión a finales del siglo XV.
En 1479 vivían en Cáceres unas 120 familias judías (unas 650 personas), muchas de ellas profesionales como médicos, recaudadores de impuestos y comerciantes. Representaban una parte significativa de la población de ese entonces, unos 3.500 habitantes. El corazón de su comunidad estaba cerca de la Plaza Mayor, la plaza principal de la ciudad. Aquí, el rabino local residía en un prominente edificio esquinero, y las inmediaciones de la Plaza se reconocen hoy como la Judería Nueva. No se trataba de un gueto; los judíos tenían libertad para recorrer la ciudad y a menudo se mezclaban en los mercados de la plaza.
Entrando en la Plaza Mayor se encuentra la actual calle de los Zapateros, antes conocida como la Judería Vieja. En esta zona histórica vivieron importantes personajes judíos, como el cantor de la sinagoga. Las estructuras actuales de este barrio están adornadas con placas que muestran una menorá y los nombres de los antiguos residentes. Y como emotivo homenaje, en las entradas de estas casas hay empotrados entre los adoquines marcadores de latón con la palabra hebrea «Sefardim».
Los barrios judíos de Cáceres fueron la joya de la corona de Sefarad, el nombre que los judíos daban a su patria española. De esta época quedan vestigios en los archivos municipales y diocesanos.
La Ermita de San Antonio, situada en la calle Barrio Judío, albergó en su día la principal sinagoga judía. Sin embargo, unas dos décadas antes de la expulsión, fue sustituida por la Capilla de la Ermita. El patio y el altar de la sinagoga original siguen en pie, algo digno de contemplar. Recientes excavaciones revelaron la entrada a una mikvah y su cisterna bajo los jardines de la capilla. La ubicación de una segunda sinagoga sigue siendo incierta, aunque muchos especulan con que fuera el Palacio del Marqués de la Isla.
La Cáceres actual honra su legado sefardí conservando meticulosamente los barrios judíos y señalando los hogares de los habitantes de aquella época.
En reconocimiento a su armoniosa mezcla de maravillas arquitectónicas romanas, moriscas, góticas septentrionales y renacentistas italianas, Cáceres fue designada Ciudad Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1986.
Por: Manos Angelakis