Presidente de la Cámara de Representantes de EE. UU. advierte sobre la sustracción forzada de órganos en China
El presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Mike Johnson, expresó el 31 de enero su preocupación por la sustracción forzada de órganos por parte del Partido Comunista Chino a creyentes devotos, identificando al régimen como «uno de los más represivos del mundo» debido a sus continuos abusos contra los derechos humanos.
Durante su intervención en la Cumbre Internacional sobre Libertad Religiosa en Washington, Johnson señaló que tanto budistas tibetanos como practicantes de Falun Gong -también conocido como Falun Dafa- son sometidos a trabajos forzados y se les extraen órganos por parte del Partido Comunista Chino (PCCh).
Esta denuncia se suma a otras voces que se han hecho eco de este crimen y han iniciado acciones. En marzo de 2023, los senadores Tom Cotton, republicano de Arkansas, y Chris Coons, demócrata de Delaware, presentaron un proyecto de ley bipartidista que negaría pasaportes y visas a cualquier persona involucrada en el tráfico ilegal de órganos y exigiría informes anuales sobre la práctica en países extranjeros.
«Existe una creciente evidencia de que el Partido Comunista Chino ha sustraído y continúa sustrayendo órganos de grupos religiosos perseguidos, prisioneros de conciencia y reclusos», dijo Cotton en un comunicado anunciando la legislación. «Este proyecto de ley identificará y castigará a los miembros del PCCh involucrados en la sustracción forzada de órganos. Ya es hora de responsabilizar a Beijing por estos actos atroces».
Un proyecto de ley similar fue aprobado por la Cámara de Representantes ese mismo mes, y sólo dos legisladores votaron en contra del esfuerzo.
En junio pasado, los representantes republicanos Michelle Steele de California y Neal Dunn de Florida instaron al secretario de Estado Antony Blinken a intensificar los esfuerzos para prevenir la sustracción de órganos.
«Me he reunido con varios supervivientes de los campos de internamiento del PCCh que torturan y esclavizan a minorías, incluidos los uigures, y he oído de primera mano sobre los horrores experimentados a manos del PCCh», dijo Steele en un comunicado de prensa.
«Debemos hacer todo lo posible para impedir la industria de la sustracción de órganos», afirmó.
Un crimen atroz dirigido a gente buena e inocente
Existen pruebas contundentes de una historia espantosa de mutilación y asesinato en China. Informes de testigos y médicos chinos revelan que miles de practicantes de Falun Dafa han sido víctimas de la sustracción forzada de órganos, los cuales son vendidos a precios exorbitantes en el mercado de trasplantes.
Los perpetradores de estos crímenes son funcionarios del Partido Comunista Chino, quienes colaboran con cirujanos, autoridades penitenciarias y oficiales del ejército. Las víctimas son detenidas en campos de concentración antes de que les extraigan sus órganos, y luego sus cuerpos son incinerados de inmediato.
Esta historia, casi demasiado horrorosa para creer, fue revelada por primera vez en marzo de 2006, cuando una mujer denunció que alrededor de 4000 practicantes de Falun Gong habían sido asesinados por sus órganos en el hospital donde trabajaba. Su esposo, cirujano en el mismo hospital en las afueras de la ciudad de Shenyang, le confesó que había extraído córneas de unos 2000 practicantes de Falun Gong aún vivos.
Poco después, un médico militar chino confirmó estas atrocidades, indicando que se llevaban a cabo en 36 campos de concentración en todo el país. Estos campos, según él, retenían hasta 120 mil personas, y él mismo había sido testigo del transporte masivo de practicantes de Falun Gong en trenes de carga durante la noche y bajo fuerte seguridad.
Conmovidos por estos informes, dos destacados abogados de derechos humanos canadienses, David Kilgour y David Matas, realizaron su propia investigación y publicaron un informe en julio de 2006 confirmando las denuncias. Concluyeron que un gran número de órganos trasplantados en China no podían haber sido obtenidos de donantes voluntarios o prisioneros ejecutados.
Los funcionarios del Partido Comunista Chino han intentado destruir la evidencia y han promulgado legislaciones que prohíben el uso de órganos sin consentimiento. Sin embargo, estas medidas parecen haber tenido poco efecto, lo que lleva a sospechar que fueron meramente un intento de tranquilizar a la opinión pública internacional.
El Comité para Investigar la Persecución a Falun Gong (CIPFG), junto con otros investigadores, han liderado la lucha para exponer estas atrocidades y poner fin a la sustracción forzada de órganos.
Nota del Editor:
Falun Dafa -también conocida como Falun Gong- es una disciplina de la Escuela Buda basada en los tres principios universales de Verdad, Benevolencia y Tolerancia que elevan el estándar moral. Además consta de 4 ejercicios suaves y una meditación que mejoran el estado físico y se practican libremente en los parques de más de 100 países.
En 1999 comenzó una campaña de difamación y persecución hacia la disciplina iniciada por el excabecilla del régimen comunista chino Jiang Zemin. La persecución se extiende hasta hoy, ya que la facción de Jiang aún mantiene bajo su control el aparato represivo de China.
Primero se prohibió la práctica de los ejercicios en los parques y luego -utilizando todo el aparato de comunicación estatal- se denigró a Falun Gong y se comenzó con los arrestos masivos. Aún así, los practicantes arriesgan su vida cada día haciendo pancartas de aclaración de la verdad y saliendo a colocarlas en las calles o en los buzones de los domicilios. Algunos también salen a hablar cara a cara con la gente o a través de llamadas telefónicas.
Luego de más de 20 años de persecución, cada vez más personas en China lograron comprender la verdad, gracias al esfuerzo de los practicantes tanto dentro como fuera de China continental.