Por qué Puerto Rico no puede votar en las elecciones de Estados Unidos si forma parte de ese país
Aunque Puerto Rico es un territorio no incorporado de Estados Unidos, sus ciudadanos carecen de algunos derechos fundamentales en comparación con quienes residen en los 50 estados. Uno de los derechos más comentados es el acceso al voto en las elecciones presidenciales.
Este próximo martes 5 de noviembre, Estados Unidos celebrará sus elecciones presidenciales, donde los principales candidatos, Donald Trump y Kamala Harris, se enfrentarán por asegurar la mayoría en el Colegio Electoral. Sin embargo, los ciudadanos de Puerto Rico, a pesar de ser ciudadanos estadounidenses, no podrán participar en esta elección.
¿Por qué los puertorriqueños no pueden votar en las elecciones presidenciales?
La Constitución de Estados Unidos establece que el presidente es elegido por un Colegio Electoral, que cuenta con representantes asignados a cada estado. Esta estructura excluye a los territorios no incorporados, como Puerto Rico, Guam, las Islas Marianas del Norte y las Islas Vírgenes, dejando fuera a sus habitantes del proceso electoral presidencial.
La Carta Magna, redactada en 1787, nunca consideró la inclusión de territorios que posteriormente pasarían a ser posesiones de Estados Unidos. Fue en 1898, tras la Guerra Hispano-Estadounidense, que Estados Unidos tomó posesión de Puerto Rico, convirtiéndolo en un territorio bajo su jurisdicción. Aunque los puertorriqueños adquirieron la ciudadanía estadounidense en 1917, su condición de residentes en un territorio no incorporado les priva de ciertos derechos políticos federales.
Una ciudadanía limitada por el lugar de residencia
En una situación paradójica, aquellos puertorriqueños que se trasladan a vivir en alguno de los estados de Estados Unidos, estimados en cerca de 6 millones, sí tienen derecho a votar en las elecciones presidenciales. Sin embargo, los aproximadamente 3,4 millones de residentes en la isla siguen sin poder hacerlo, debido a su estatus territorial.
La representación política en Puerto Rico
Aunque los puertorriqueños no pueden votar en las elecciones presidenciales, sí tienen derecho a elegir a sus líderes locales, incluyendo un gobernador, un poder legislativo y un poder judicial propios. Actualmente, Pedro Pierluisi es el gobernador de Puerto Rico, y el territorio cuenta con una estructura de gobierno autónoma bajo su Constitución, ratificada en 1952, que le otorga cierto grado de autogobierno. Sin embargo, áreas clave como la defensa, las fronteras y las relaciones exteriores permanecen bajo el control del gobierno federal de Estados Unidos.
Puerto Rico también elige a un comisionado residente, un delegado sin voto en la Cámara de Representantes de Estados Unidos. Aunque este comisionado tiene derecho a participar en comités y abogar por los intereses del territorio, su capacidad de influencia es limitada debido a la falta de voto en las decisiones legislativas.
La lucha por un cambio en el estatus político
En la misma fecha de las elecciones presidenciales, Puerto Rico también elegirá a su gobernador y representantes locales. Además, el estatus político de la isla sigue siendo un tema central en los debates. Uno de los principales contendientes, Juan Dalmau, apoya la independencia de Puerto Rico y representa el deseo de algunos puertorriqueños de redefinir su relación con Estados Unidos.
A lo largo de los años, Puerto Rico ha celebrado varios referéndums para decidir su estatus, contemplando opciones como la estadidad, la independencia o el mantenimiento del estatus actual. Sin embargo, ninguna de estas consultas ha tenido un carácter vinculante para el Congreso de Estados Unidos, lo que deja en manos del poder legislativo federal la última palabra sobre el futuro de la isla.
La situación de Puerto Rico plantea preguntas importantes sobre la igualdad de derechos y la representación democrática dentro del sistema estadounidense. Para muchos puertorriqueños, la falta de acceso al voto presidencial representa una negación de sus derechos como ciudadanos, un asunto que sigue generando debate tanto en la isla como en el continente.