¿Podría Trump comprar Groenlandia?

Aunque Trump ha mostrado un renovado interés en Groenlandia, la posibilidad de que la isla pase a formar parte de Estados Unidos enfrenta numerosos obstáculos legales, políticos y económicos.

El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ha renovado su interés en Groenlandia, expresando públicamente su deseo de que esta vasta isla ártica se convierta en parte del territorio estadounidense. Esta no es la primera vez que Trump plantea la posibilidad; ya en 2019 propuso comprar la isla, pero la oferta fue rechazada tanto por Groenlandia como por Dinamarca.

«Groenlandia es un lugar increíble, y su gente se beneficiaría enormemente si, y cuando, se convierta en parte de nuestra Nación», afirmó Trump en una publicación reciente en Truth Social. El interés de Trump se intensificó después de una visita privada a la isla realizada por su hijo, Donald Trump Jr. «Este es un acuerdo que debe suceder», agregó el presidente electo.

¿Es posible comprar Groenlandia?

Groenlandia, con una población de apenas 57.000 personas y un territorio rico en recursos minerales, ha sido parte de Dinamarca durante más de 600 años. Sin embargo, desde 2009 la isla disfruta de una amplia autonomía, incluyendo el derecho a declarar su independencia a través de un referéndum.

El primer ministro groenlandés, Múte Egede, quien ha promovido una visión de independencia para la isla, ha reiterado que Groenlandia no está en venta. «No debemos dejarnos llevar por la histeria ni permitir que presiones externas nos distraigan de nuestro camino», declaró recientemente.

Cualquier cambio en el estatus legal de Groenlandia requeriría una enmienda a la constitución danesa, lo que implica que tanto Dinamarca como los habitantes de Groenlandia tendrían un papel crucial en cualquier decisión al respecto.

¿Qué pasaría si Groenlandia se independiza?

La independencia de Groenlandia ha sido un tema recurrente entre sus habitantes. Sin embargo, la mayoría reconoce que la autosuficiencia económica sigue siendo un desafío, ya que la isla depende de subsidios anuales de Dinamarca que ascienden a casi mil millones de dólares, cubriendo aproximadamente la mitad de su presupuesto público.

Una posible alternativa para Groenlandia sería establecer un pacto de «asociación libre» con Estados Unidos, similar a las relaciones que tienen las Islas Marshall, Micronesia y Palau con el país norteamericano. Sin embargo, expertos como Ulrik Pram Gad, investigador del Instituto Danés de Estudios Internacionales, consideran poco probable que Groenlandia opte por la independencia sin garantizar previamente el bienestar de su población.

¿Por qué Groenlandia interesa a Estados Unidos?

Groenlandia tiene una importancia estratégica para Estados Unidos debido a su ubicación en el Ártico. Es clave para la defensa militar, ya que alberga la base aérea de Pituffik, utilizada para el sistema de alerta temprana de misiles balísticos. Además, su posición geográfica es vital para monitorear el tráfico marítimo y submarino, especialmente en un contexto de creciente actividad rusa en la región.

El interés no es nuevo; en 1946, el entonces presidente Harry Truman ofreció 100 millones de dólares en oro para comprar la isla, pero Dinamarca rechazó la propuesta.

Además de su valor militar, Groenlandia posee ricos depósitos de minerales, petróleo y gas natural. Sin embargo, el desarrollo de estos recursos ha sido limitado debido a regulaciones ambientales, oposición de comunidades indígenas y complicaciones burocráticas.

¿Qué piensa Dinamarca?

Dinamarca, que considera a Groenlandia una parte esencial de su reino, ha sido clara en su postura. En 2019, la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, calificó la propuesta de Trump de «absurda». Ante las declaraciones más recientes, Frederiksen reiteró: «Groenlandia pertenece a los groenlandeses, y solo ellos pueden determinar y definir su futuro».

A pesar de esto, Frederiksen subrayó la importancia de mantener una cooperación estrecha con Estados Unidos, un aliado clave en la OTAN.

¿Qué quiere Groenlandia?

El deseo de independencia sigue ganando apoyo entre los groenlandeses, aunque el camino hacia ella es incierto. El primer ministro Egede ha alentado a los habitantes a «romper las cadenas del colonialismo» y a tomar el control de su destino.

Sin embargo, algunos líderes groenlandeses han rechazado la idea de un posible traspaso a Estados Unidos. Aaja Chemnitz, representante de Groenlandia en el parlamento danés, afirmó: «No quiero ser una pieza en los sueños expansivos de Trump».

La influencia de Trump en el escenario geopolítico

Trump ha demostrado tener un impacto significativo en las relaciones internacionales y en la percepción de Estados Unidos en el mundo. Su estilo directo y propuestas poco convencionales han generado tanto apoyo como controversia.

La sugerencia de comprar Groenlandia no es la única idea que ha despertado polémica; en diversas ocasiones, Trump ha planteado, a veces en tono de broma y a veces con cierta seriedad, la posibilidad de que Canadá se anexe a Estados Unidos. Sorprendentemente, algunas encuestas han mostrado que una porción de la población canadiense estaría abierta a considerar tal idea, especialmente en regiones donde las políticas estadounidenses parecen más atractivas que las de Ottawa. También recientemente dijo que el canal de Panamá debería ser restituido a EE. UU. y llamarse «Canal de Estados Unidos».

Estas declaraciones y propuestas, aunque no siempre viables, reflejan el peso que tiene Trump como figura política global y cómo sus ideas pueden influir en los debates sobre soberanía, economía y alianzas estratégicas.

Foto del avatar
Redacción Mundo Libre
Por favor, activa JavaScript en tu navegador para completar este formulario.
Consent

COMENTARIOS

guest
0 Comentarios
Más antiguo
Más reciente
Feedbacks en línea
Ver todos los comentarios