Persecución sistemática en China: más de 770 practicantes de Falun Dafa fueron arrestados o acosados en solo dos meses

Entre marzo y abril de 2025 se registraron al menos 772 incidentes de detención o acoso a practicantes de Falun Dafa en China, según reportes compilados por el sitio Minghui.org, fuente independiente que documenta la persecución a este grupo espiritual. Esta cifra incluye 333 arrestos (61 en 2024 y 272 en 2025) y 439 casos de acoso (123 en 2024 y 316 en 2025). El retraso en la publicación de algunos casos se atribuye a la estricta censura impuesta por el Partido Comunista Chino, que pone en riesgo tanto a denunciantes como a periodistas independientes.
Las víctimas proceden de 22 provincias y 4 municipios controlados directamente por el gobierno central, con Hebei como la región más afectada, seguida de Shandong, Heilongjiang, Jilin y Liaoning. El 14 de abril se reportó un arresto colectivo en la ciudad de Huaihua, provincia de Hunan, donde más de diez practicantes, en su mayoría ancianos, fueron detenidos por órdenes del Comité de Asuntos Políticos y Jurídicos local.
Falun Dafa, también conocido como Falun Gong, es una vía de la Escuela Buda basada en los principios de Verdad, Benevolencia y Tolerancia. Combina la práctica de la meditación y ejercicios suaves con enseñanzas morales que buscan el mejoramiento personal. Introducida al público en 1992 por Li Hongzhi, esta práctica ganó rápidamente popularidad en China, atrayendo a decenas de millones de personas. Sin embargo, desde 1999 ha sido objeto de una dura represión por parte del régimen comunista, que la percibe como una amenaza a su control ideológico.
La persecución a Falun Dafa en China representa una de las campañas de represión religiosa más extensas y sistemáticas de las últimas décadas. Desde el inicio de la campaña, millones de practicantes han sido objeto de detenciones arbitrarias, torturas, trabajos forzados, sustracción forzada de órganos y otras violaciones graves a los derechos humanos.
Ancianos bajo ataque
De los practicantes detenidos o acosados en este último reporte, al menos 170 tenían más de 60 años. Una de ellas es Jia Xiufang, una mujer de unos 70 años residente en Shaanxi, quien fue arrestada en su casa por supuestamente distribuir folletos de Falun Dafa. Los agentes le confiscaron libros y la amenazaron con romperle las piernas si reincidía.
Otro caso alarmante es el de Yi Xiangyang, de 76 años, cuya casa en Shandong fue invadida por la policía utilizando un palo de metal para forzar la entrada. Yi y su esposa vivieron momentos de terror al creer que eran víctimas de ladrones. El Sr. Yi ha sido arrestado en 19 ocasiones desde 1999.
El Sr. Feng Guoqing, de 59 años, fue alimentado a la fuerza tras más de 40 días en huelga de hambre, mientras se encontraba inmovilizado en una cama. Esta forma de tortura le provocó un fallo renal.
Detenciones pese a condiciones médicas graves
Los informes también denuncian la detención de personas con condiciones médicas severas. Dong Xunsheng, de 75 años, fue encarcelado a pesar de tener sarna y una afección cardíaca. A Meng Xianfang, de 63 años, con insuficiencia renal y presión arterial peligrosamente alta, se le obligó a realizar trabajos forzados, lo que la llevó a caer en coma en tres ocasiones en un solo mes.
Acoso sistemático durante eventos políticos
Durante las llamadas “Dos sesiones” —reuniones clave del aparato estatal y político del régimen—, las autoridades intensificaron el acoso a practicantes, vigilando domicilios las 24 horas del día en ciudades como Beijing y Shanghái. El caso de He Ping, en la provincia de Hainan, ilustra cómo se utilizan falsas acusaciones y amenazas para intentar forzar la renuncia a la práctica espiritual. Su domicilio fue incluso señalado públicamente con carteles intimidatorios.
Hostigamiento a familias y personas de edad avanzada
Los ataques también alcanzan a académicos retirados como Zhu Weihua, de 70 años, profesora jubilada de la Universidad de Yanshan, cuya casa fue invadida sin orden judicial. En Gansu, la policía ha intentado arrestar reiteradamente a Liao An’an, de 89 años, pese a sus frágiles condiciones de salud, con el pretexto de cumplir una sentencia pendiente de seis años y nueve meses de prisión.
Persecución familiar y multigeneracional
Algunos casos reflejan una represión extendida a núcleos familiares enteros. Zhang Lifang, de 65 años, ha sido arrestada siete veces desde 1999. Su familia ha sufrido tortura, encarcelamiento y muerte: su hermana mayor quedó incapacitada tras ser torturada, su cuñado murió a causa de la persecución, y una sobrina fue sentenciada a prisión.
El caso de Xia Yilin, de 73 años, es también revelador. Tras cumplir 4,5 años de prisión, fue arrestada nuevamente tres meses después, debido a una declaración publicada en el sitio Minghui en la que se retractaba de haber renunciado a su fe bajo coacción.
Consecuencias familiares desgarradoras
El arresto de Wang Junheng, de 76 años, dejó a su esposa, dependiente de él, completamente desamparada. La Sra. Yan Qinghua fue detenida luego de la muerte de su esposo, quien había sido sentenciado pese a estar en coma. Las autoridades esperaron a que su hija alcanzara la mayoría de edad para reactivar la condena de Yan.
La represión también golpeó al hogar de Du Likun, su esposo y su madre, aunque el informe original no concluye la situación final de este caso.
La campaña de represión contra Falun Dafa en China constituye una grave violación de los derechos humanos y un ataque a la libertad de creencia. A pesar de los riesgos, muchos practicantes continúan defendiendo pacíficamente su derecho a practicar su fe. La comunidad internacional tiene la responsabilidad de seguir denunciando estos abusos y presionar al régimen chino para que ponga fin a esta sangrienta persecución.