Pedidos de auxilio en etiquetas ‘Made in China’ difundidos por consumidores occidentales expone solo una parte del sistema de explotación laboral
Recientemente, la empresa china Shein estuvo en el centro de las críticas por una serie de fotografías y videos donde se pueden observar inquietantes mensajes escritos con pedidos de ayuda dentro de las etiquetas de sus productos.
Estos mensajes -difundidos principalmente por TikTok- contienen frases como “Ayúdame por favor”, “Ayuda”, “Tengo dolor de muelas”, “SOS”, “Socorro”, “Sáquenme de aquí” y se ha supuesto que fueron escritos por trabajadores de la empresa.
Shein es un minorista chino de fast moda y ropa deportiva. Fue fundada en 2008 por Chris Xu en Guangzhou, China. Actualmente trabaja en más de 220 países. La empresa es conocida por sus prendas de vestir económicas que se fabrican directamente en China.
Por la presión de los consumidores, la compañía decidió responder a las acusaciones, utilizando su cuenta de TikTok en México:
“Recientemente, se han publicado varios vídeos en TikTok que contienen información engañosa y falsa sobre SHEIN. Queremos dejar muy claro que nos tomamos muy en serio los asuntos relacionados con la cadena de suministro”, señalaron.
“Nuestro Código de Conducta es estricto y prohíbe a los proveedores el uso de trabajo infantil, forzado o explotación laboral y no toleramos su incumplimiento. No toleramos ningún tipo de comportamiento que no respete lo ético y lo lícito”, añadieron sobre las condiciones laborales a las que están expuestos sus empleados.
Dentro del clip emitido por la empresa en Tiktok que dura poco menos de 30 segundos, la marca afirmó que las etiquetas mostradas son falsas, ya que una de las fotografías es del 2014 en la que se acusaba a otra empresa de Europa, según recogió Infobae.
Sin embargo, los usuarios no perdieron la oportunidad para emitir su opinión y muchos usuarios mexicanos resaltaron que fueron parte de esta situación declarando que en sus pedidos les llegaban mensajes de auxilio.
“Si en verdad quisieran aclarar la situación hubieran mostrado la calidad de sus fábricas y sus trabajadores, pero no”, comentó un usuario en la caja de comentarios del video.
“En mi paquete me pedían ayuda escrita en inglés”, dijo un consumidor mientras otro afirmó: “Yo revisé mi último pedido y sí viene esa frase”.
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Campos de trabajo forzado en China
Cuando en occidente se ven las etiquetas “Made in China”, realmente los consumidores no saben realmente lo que hay detrás de esos productos. Han trascendido muchas historias de personas que pudieron salir de campos de trabajo forzados en China donde estuvieron detenidos y -la gran mayoría- por persecución religiosa.
La Confederación Sindical Internacional (CSI) afirma que unos 1,8 millones de uigures y otros pueblos turcos y/o musulmanes de la región se encuentran sometidos a trabajo forzado u obligatorio en los campos de «internamiento» o «reeducación», así como en las prisiones y lugares de trabajo de Xinjiang y otras partes del país, o en sus alrededores.
Documentos publicados el pasado 24 de mayo por un grupo de 14 medios de comunicación internacionales, entre ellos la BBC y El País de España, elimina cualquier tipo de duda que podía todavía existir sobre los campos de concentración en el norte de China.
Asimismo, el documental “Carta de Masanjia” cuenta la historia verdadera de un hombre llamado Sun Yi, quien sufrió innumerables horrores como prisionero de conciencia en un campo de trabajo forzado, según reportó Epoch Times.
Un preso de conciencia es una persona que está encerrada no por haber cometido un delito, sino por su creencia espiritual, religión, etnia, orientación sexual, etc.
El documental, del director Leon Lee, también expone el sufrimiento humano detrás de los productos hechos por trabajo forzado en prisiones chinas y que terminan en tiendas de países occidentales.
El film comienza con una carta escrita a mano que aparece en una caja de decoraciones para Halloween que Julie Keith, una mujer de Oregón, compró en una tienda de los EE. UU.
La carta era un pedido de ayuda de un preso de conciencia en el famoso campo de trabajo forzado de Masanjia en Shenyang, China. Keith publicó la carta en las redes sociales, lo que pronto llevó a la exposición mundial de la historia y desencadenó una reacción en cadena que llevó a la abolición de la reeducación de China a través del sistema de trabajo forzado, al menos de nombre, en 2013.
El autor de la carta, el Sr. Sun Yi, había sido detenido en el campo de trabajo por su creencia en Falun Dafa, una disciplina espiritual de la escuela Buda que es perseguida por el régimen comunista chino desde 1999.
Mientras estaba bajo la vigilancia de las autoridades chinas, Sun Yi tomó videos de su vida en China y entrevistó a otros exdetenidos de Masanjia. Junto con su historia, Sun Yi compartió sus dibujos que representan el abuso que sufrió y presenció en el campo de trabajos forzados de Masanjia.