Patricia Bullrich cerró su campaña con fuertes críticas a Massa y Milei: «Estamos ante una oportunidad histórica»

La candidata presidencial de Juntos por el Cambio, Patricia Bullrich, cerró ayer su campaña en la Ciudad de Buenos Aires con un llamado a aquellos que «están hartos de la situación en Argentina». Desde un escenario montado en Barrancas de Belgrano, criticó a Sergio Massa y al kirchnerismo, responsabilizándolos por la inflación, al tiempo que desestimó las propuestas de Javier Milei, calificándolas como peligrosas e inviables.

«Mi objetivo como presidenta es garantizar lo más fundamental: una vida tranquila, predecible y en constante progreso. En Argentina, somos la única fuerza capaz de lograr esto, Juntos por el Cambio. Somos una tripulación confiable que puede llevar a Argentina hacia el progreso, no somos irracionales», proclamó Bullrich ante una multitud entusiasta con la que interactuó a lo largo de los 35 minutos que duró su discurso.

En el escenario también estuvieron el candidato a Jefe de Gobierno porteño de Juntos por el Cambio, Jorge Macri, y por Horacio Rodríguez Larreta, su rival en las primarias de agosto y su futuro Jefe de Gabinete si llega a la Presidencia.

En su búsqueda para llegar a la segunda vuelta electoral en noviembre, Bullrich arremetió con enojo contra sus dos principales rivales, apuntando a ganarse el voto de aquellos desencantados con la política, quienes en su mayoría respaldan a Milei.

«A los jóvenes les digo que tienen razón al querer un cambio, al estar cansados de la situación en Argentina, pero ese cansancio debe dirigirse hacia los 20 años de kirchnerismo y apoyar a la única fuerza capaz de lograr un cambio real», afirmó. «Pero necesitamos la participación de todos los argentinos, porque estamos ante una oportunidad histórica», agregó.

El blanco principal de las críticas de Bullrich fue el candidato oficialista, a quien acusó de tener una ambición desmedida de poder y de haber duplicado la inflación durante su mandato como ministro de Economía.

«A Massa lo único que le importa es su desmedida ambición de poder, se refleja en su mirada. Nos ha destrozado y busca ser candidato a presidente. Es el ministro de Economía que gobierna y quiere ser gobierno, y con él, cada día estamos peor. ¿Quién querría a un ministro de Economía que ha duplicado la inflación?», aseguró.

Bullrich también hizo referencia a los recientes casos de corrupción que han afectado al oficialismo. En un momento, buscó a una jubilada entre la multitud y le señaló: «Un día del yate de [Martín] Insaurralde son 7 años de tu jubilación». «Tienen los bolsillos llenos y la cara bien de piedra; conmigo, estos corruptos irán a la cárcel», enfatizó.

Además, dedicó una parte importante de su discurso a censurar las propuestas de Milei, calificándolas de «malas ideas» e «imposibles de implementar». «Por eso, les digo a los jóvenes que lo apoyan: tengan en cuenta que dolarizar sin disponer de dólares es imposible. No compren promesas vacías, porque para sacar adelante a Argentina, es necesario trabajar con ideas claras», agregó.

Bullrich advirtió que «ni su propio equipo» cree en las promesas de campaña de Milei y criticó propuestas que consideró «peligrosas», como la liberalización de la venta de armas y órganos.

«Es peligroso desregular las armas, ya que podrían caer en manos de personas peligrosas, causando tragedias en escuelas o incentivando a delincuentes», subrayó, antes de preguntar a la audiencia: «¿Es esa la sociedad que deseamos?». Un rotundo «no» fue la respuesta de la multitud.

En su intento por marcar diferencias con sus rivales directos en la búsqueda de la segunda vuelta, Bullrich resaltó a Juntos por el Cambio como una fuerza que ha luchado contra el «kirchnerismo corrupto». Recordó las protestas contra el cierre de escuelas durante la pandemia, el escándalo del «vacunatorio VIP» y el asesinato de Nisman, subrayando que Juntos por el Cambio siempre estuvo presente en estas luchas. «¿Han visto a alguien más?», preguntó la candidata, intentando establecer diferencias con los libertarios de Milei.