4 países latinoamericanos están entre los 10 con más infiltración del Partido Comunista chino en sus medios de comunicación

Un informe elaborado por la prestigiosa organización con sede en Washington, Freedom House, evaluó la infiltración del Partido comunista chino en los medios de comunicación de 30 países del mundo y los resultados fueron abrumadores. En especial, dentro de América Latina, 4 países se encuentran con una «alta» influencia de Beijing en sus medios.

Argentina quedó en primer lugar, Brasil en tercer lugar, Chile en cuarto puesto y Colombia en el quinto lugar.

Según muestran los resultados, Argentina es uno de los países que más controlado está por China, con un puntaje de 41/85, que lo posiciona al país entre los mayores influenciados del mundo. A su vez, la “resiliencia” para contrarrestar esta influencia está catalogada como “baja”, con 31/85 puntos, también, uno de los números más bajos de todos los países analizados.

El número de artículos firmados y entrevistas publicadas por diplomáticos de China en medios como Perfil, Ámbito Financiero, Pagina 12, BAE Negocios, Clarín, El Economista, El Cronista, y Télam se duplicó desde 2019 hasta 2020, y se triplicó entre 2020 y 2021, según el informe.

En dichas notas se promovía la narrativa del Partido Comunista, tocando temas relacionados con la cooperación bilateral, la importancia del liderazgo de China en el mundo y atacando las perspectivas críticas “extranjeras” sobre la represión en Hong Kong y los derechos humanos “al estilo chino”.

Presencia global del PCCh en los medios

Según revela el informe, el régimen chino ha ampliado su presencia global en los medios.

La intensidad de los esfuerzos de influencia mediática de Beijing se designó como alta o muy alta en 16 de los 30 países examinados en este estudio, que cubre el período de enero de 2019 a diciembre de 2021.

Asimismo, el informe indica que el Partido Comunista Chino (PCCh) y sus representantes están utilizando tácticas más sofisticadas y coercitivas para dar forma a las narrativas de los medios y suprimir los informes críticos.

La distribución masiva de contenido respaldado por Beijing a través de los principales medios de comunicación, el acoso y la intimidación de los puntos de venta que publican noticias u opiniones desfavorecidas por el régimen chino, y el uso del ciberacoso, las cuentas de redes sociales falsas y las campañas de desinformación selectiva son algunas de las tácticas que se han empleado más ampliamente desde 2019.

A su vez, el PCCh ha aprovechado lazos encubiertos con ‘influencers’ para presentar una perspectiva más «suave» de la dictadura comunista.

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La propaganda para tomar y mantener el poder

El PCCh se ha basado durante mucho tiempo en la propaganda para tomar y mantener el poder, así como también para contrarrestar la propaganda negativa. 

Durante la era republicana de China, la propaganda del Partido desempeñó un papel importante en desacreditar al Kuomintang y reunir partidarios para la causa del PCCh. 

Después de que Mao Zedong condujo al Partido al éxito al apoderarse de China continental, se utilizó propaganda para promover las numerosas campañas políticas del PCCh, reformar la sociedad y la cultura chinas y hacer crecer el culto a la personalidad de Mao. 

Desde la era Deng en adelante, los medios de comunicación dominados por el estado también se movilizaron para atraer inversiones extranjeras, influir en los países para que se pusieran del lado de la causa de la República Popular China y apartar la mirada de sus abusos contra los derechos humanos, y promover las ambiciones de hegemonía global del PCCh. 

En todo momento, la propaganda desempeñó un papel crucial para ayudar al Partido a preservar su legitimidad política, particularmente durante las crisis. 

Hoy, el liderazgo de Xi y el PCCh se encuentran acosados ​​por graves crisis. La implementación de bloqueos draconianos «cero-COVID» y otras medidas extremas en los últimos dos años provocaron fuertes caídas económicas y generaron una inmensa ira social. En este sentido, el PCCh necesita mucho de la propaganda a nivel global para sostener su «pantalla» de nación próspera.