Orbán rechaza adoptar el euro y advierte que la Unión Europea “se está desintegrando”

El primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, afirmó que su país no debería adoptar el euro como moneda oficial, argumentando que la Unión Europea atraviesa un proceso de “desintegración” y que Hungría no debe atar su destino aún más al bloque comunitario.
En una entrevista con el portal económico EconomX, el mandatario sostuvo que la adopción del euro representaría “el vínculo más estrecho posible” con la UE, algo que considera inconveniente en el actual contexto político y económico del continente.
“Hungría no debe vincular su destino más de lo que ya está con la Unión Europea, y adoptar el euro sería precisamente eso”, declaró Orbán, en alusión a las tensiones persistentes entre su gobierno y Bruselas.
Distancia frente al bloque europeo
Desde su llegada al poder en 2010, Orbán ha mantenido una relación cada vez más conflictiva con las instituciones europeas, que han suspendido miles de millones de euros en fondos destinados a Budapest debido a cuestionamientos sobre el estado de derecho y reformas judiciales impulsadas por su administración.
Pese a que Hungría ha recibido cuantiosos recursos europeos desde su adhesión a la UE hace dos décadas y depende del bloque para la mayor parte de su comercio exterior, el país no cumple actualmente los criterios económicos requeridos para ingresar a la zona euro.
A diferencia de Dinamarca, Hungría no posee una cláusula legal que le permita rechazar formalmente la adopción del euro, aunque comparte su postura con otros países de Europa Central y del Este, como Polonia, República Checa y Rumania, que también mantienen sus monedas nacionales.
Las declaraciones de Orbán contrastan con la propuesta de su principal opositor, Péter Magyar, quien ha centrado su campaña en restablecer las relaciones con Bruselas, desbloquear los fondos retenidos y avanzar hacia la integración plena con la eurozona. Las próximas elecciones parlamentarias están previstas para la primavera de 2026, aunque aún no se ha fijado una fecha.
En el plano económico, el primer ministro señaló además que la tasa de interés principal del Banco Nacional de Hungría, actualmente en 6,5%, “es más alta de lo que debería ser”. Desde septiembre, el banco central mantiene una pausa en la reducción de tasas, medida que ha contribuido a fortalecer el forinto frente al euro hasta alcanzar su nivel más alto en quince meses.
El objetivo del banco, según analistas, es evitar que los ahorristas locales trasladen sus fondos hacia monedas extranjeras, especialmente el euro, ante la persistente inflación y las tensiones económicas internas.
Con su postura, Orbán reafirma su estrategia de mantener independencia monetaria y política frente a Bruselas, en un momento en que la relación entre Hungría y la Unión Europea se encuentra en uno de sus puntos más tensos de los últimos años.