Opinión: El río Sena, símbolo de los Juegos Olímpicos de la vergüenza

El Río Sena ha sido uno de los principales focos de atención de los Juegos Olímpicos de París 2024, debido a las numerosas quejas de los atletas por las condiciones en las cuales se encontraba. A causa de las lluvias y vientos de los últimos días, la limpieza no cumplió con los estándares de calidad estipulados, por lo cual, de los 11 días de competencias y entrenamientos previstos en sus aguas, solamente se permitieron cinco.

Previo al inicio de las competiciones, las aguas del río Sena eran una incógnita, debido a que la población de París y los propios deportistas notaban que estaban sucias y que nadarían en aguas negras. Asimismo, en las redes sociales se compartían imágenes de los nadadores o triatletas que salían de sus aguas y comenzaban a vomitar.

Incluso una deportista belga, Claire Michel, tuvo que ser internada luego de competir el 31 de julio, debido a la presencia de la bacteria Escherichia coli. “Si se hubiera pensado en la salud de los atletas, no se habría competido aquí. Han tenido 8 años para preparar los Juegos, cada año vamos peor. Es una pena”, ha cuestionado la española Miriam Casillas, una de las atletas que ha participado en la prueba de triatlón y quien cruzó la meta 30 segundos antes que la propia Claire Michel.

La peruana María Alejandra Bramont, entrenaba desde el 8 de agosto en el curso de agua parisino para competir en la prueba de 10km de natación en aguas abiertas. La atleta ha confesado la dificultad de la carrera por la corriente del río y por las condiciones sanitarias, que no eran las mejores.

Por otro lado, la húngara Bettina Fabian ha señalado que “he visto cosas marrones» y que esperaba «que no sean lo que yo imaginé». También ha dicho que, por haber tragado un montón de agua, debían esterilizar su garganta con alcohol.

Como si fuera poco, el canadiense Tyler Mislawchuk ha revelado que vomitó 10 veces tras finalizar la prueba de triatlón y la alemana especializada en maratones acuáticos, Leonie Beck, se ha quejado sobre los graves problemas de salud que ha sufrido, posterior a la carrera de diez kilómetros de aguas abiertas, debido a la calidad del agua.

La propia Beck ha mostrado en sus redes sociales que ha tenido problemas gastrointestinales después de la competición: “Vomité nueve veces ayer, además tuve diarrea” ha publicado en su Instagram.

A pesar de todos los casos comentados, las autoridades de París han negado en todo momento la posibilidad de que el río estuviera contaminado. Incluso la propia alcaldesa de la capital francesa, Anne Hidalgo, ha asegurado que el Sena estaba descontaminado y que no entendía quien afirmaba lo contrario.

Cabe señalar que Francia ha invertido 1400 millones de euros para limpiar el río Sena, con la única intención de que pudiera ser utilizado para los Juegos Olímpicos de París 2024.

El país galo ha demostrado no estar a la altura de las circunstancias y de la atención que los atletas merecían en la manifestación deportiva más importante del mundo. Dejando de lado la ceremonia de apertura, que discriminó y ofendió gravemente a los cristianos, muchos fueron los problemas: comida sin proteínas en los comedores, camas de cartón, habitaciones sin aire acondicionado y los ya señalados problemas de contaminación del rio. Además, los deportistas y sus cuerpos técnicos han sufrido robos dentro de la villa olímpica y graves situaciones de inseguridad en la ciudad de París.

Ojalá en el futuro se presenten condiciones más dignas para poder disfrutar de los mejores deportistas de élite y, sobre todo, se entienda que los Juegos Olímpicos no pueden ser una ocasión para hacer politiquería y propaganda ideológica.

Por Candela Sol Silva para Mundo Libre Diario

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Candela Sol Silva

Estudiante de ingeniería, periodista, entrevistadora y asesora política.

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