La administración Trump suspende financiamiento encubierto a laboratorios extranjeros

El Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos (NIH) anunció la suspensión de los fondos de «transferencia encubierta» a laboratorios extranjeros, una práctica que permitió financiar investigaciones controvertidas, como las del Instituto de Virología de Wuhan, experimentos con cachorros beagle en Túnez y pruebas con gatos en Rusia. Esta medida, impulsada por preocupaciones de seguridad nacional y falta de transparencia, marca un cambio en la gestión de los recursos de investigación financiados por los contribuyentes estadounidenses.
Durante años, el NIH canalizó millones de dólares a través de instituciones estadounidenses hacia laboratorios extranjeros mediante un sistema de «subvenciones de transferencia», donde los fondos se otorgaban a organizaciones intermediarias que luego los distribuían a socios internacionales. Esta práctica carecía de la transparencia requerida por la Ley Federal de Responsabilidad y Transparencia en la Financiación, que exige reportar cualquier subasignación superior a 30,000 dólares. La falta de supervisión permitió financiar proyectos polémicos, como investigaciones de ganancia de función en Wuhan, China, a través de EcoHealth Alliance, experimentos crueles con cachorros beagle en Túnez, y pruebas con gatos mutilados en Rusia.
Estas revelaciones, lideradas por investigaciones de White Coat Waste Project y respaldadas por figuras como la senadora Joni Ernst, intensificaron las críticas hacia el NIH por su falta de control sobre los fondos públicos. Ernst celebró la decisión como una victoria para los contribuyentes, afirmando: “Es un gran día para América ahora que los dólares de los impuestos no serán blanqueados a través de instituciones estadounidenses para financiar investigaciones riesgosas en el extranjero”.
La decisión del NIH responde a preocupaciones de seguridad nacional y busca corregir las deficiencias en la supervisión de los fondos otorgados a laboratorios extranjeros. El NIH establecerá una nueva estructura de financiamiento que prohíbe las subasignaciones extranjeras bajo subvenciones principales, aplicable a todas las nuevas subvenciones, renovaciones y continuaciones no competitivas emitidas a entidades nacionales y extranjeras. Esta reforma, que estará implementada para el 30 de septiembre de 2025, exige que los colaboradores extranjeros soliciten sus propias subvenciones directamente al NIH, permitiendo un seguimiento más riguroso.
La suspensión de los fondos de transferencia ha sido aplaudida por quienes abogan por una mayor rendición de cuentas en la investigación científica. Justin Goodman, vicepresidente senior de White Coat Waste Project, destacó el papel de su organización en exponer estos gastos: “Nuestras investigaciones revelaron cómo el gasto opaco del NIH financió pruebas bárbaras en Túnez, experimentos en Rusia y, lo más infame, investigaciones de ganancia de función en Wuhan”. Sin embargo, la medida ha generado preocupación en la comunidad científica, ya que podría interrumpir miles de proyectos de salud global, como ensayos clínicos sobre enfermedades infecciosas y cáncer, que dependen de colaboraciones internacionales. Un investigador anónimo lamentó que su solicitud de subvención, que incluía un colaborador europeo, fuera cancelada.
La decisión se alinea con la agenda de “América primero” de la administración Trump, que ha priorizado la reducción de gastos considerados innecesarios o riesgosos. Desde su regreso a la presidencia en 2025, Trump ha impulsado recortes en el financiamiento de investigaciones que no benefician directamente a los estadounidenses, incluyendo experimentos con animales y estudios en laboratorios extranjeros. Esta postura se refleja en el cierre del último laboratorio de pruebas con beagles del NIH y la cancelación de subvenciones para experimentos con animales transgénero.
La suspensión de los fondos de transferencia a laboratorios extranjeros representa un esfuerzo por restaurar la confianza pública en la gestión de los recursos de investigación. Al abordar las preocupaciones de transparencia y seguridad nacional, el NIH busca garantizar que los fondos de los contribuyentes se utilicen de manera ética y en beneficio de los intereses estadounidenses. Sin embargo, el impacto en la colaboración científica internacional plantea preguntas sobre cómo equilibrar la seguridad con la innovación. A medida que el NIH implementa su nueva estructura de financiamiento, la comunidad científica y los defensores de la transparencia observarán de cerca los resultados.