Ministro de Economía argentino adelanta que se viene una «brutal baja de impuestos»

En un encuentro clave entre el ministro de Economía, Luis Caputo, y los líderes de la Unión Industrial Argentina (UIA) en el día de ayer, se delinearon estrategias fundamentales para impulsar la economía del país. La reunión, encabezada por Daniel Funes de Rioja, presidente de la UIA, se llevó a cabo este lunes y abordó temas cruciales para el sector industrial y el crecimiento económico.

Caputo expresó una visión optimista para el futuro económico argentino, enfatizando la importancia de alcanzar el superávit fiscal como piedra angular para desencadenar una «brutal baja de impuestos».

Según informó Télam, el ministro afirmó ante los industriales:

«A partir del momento en que la Argentina vuelva a tener superávit fiscal, va a haber una brutal baja de impuestos, algo que hoy necesitamos hacer pero no podemos. La prioridad es llegar a déficit cero».

En un esfuerzo por garantizar la transparencia y el diálogo fluido, el titular del Palacio de Hacienda subrayó que «en poco tiempo van a empezar a percibir muchos beneficios de esta política» y destacó la importancia de mantener un constante intercambio con el sector industrial: «Vamos a traer un montón de desregulaciones. Ustedes mismos conocen los problemas mejor que nosotros. Entonces, mantener el diálogo es algo fundamental».

La delegación del flamante ministro incluyó a Juan Pazo, secretario general de Coordinación, y a Pablo Lavigne, secretario de Comercio, quienes respaldaron las propuestas presentadas por Caputo.

Durante la reunión, que fuentes describieron como “austera”, las autoridades de la UIA expresaron preocupaciones sobre la mora de la deuda comercial, el acceso a insumos importados y la necesidad de desburocratización fiscal y laboral para impulsar la generación de empleo de calidad.

Caputo detalló su plan económico para los próximos 60 días, que incluye un sistema de crawling peg del 2% mensual hasta marzo, luego del reciente anuncio del nuevo tipo de cambio oficial a $800. Este mecanismo permitiría que el peso se ajuste gradualmente al dólar, dentro de límites establecidos.

Se abordaron temas cruciales como el «reacomodamiento de precios», considerado «inexorable» por los industriales para mantener la rentabilidad frente al avance de la inflación. El Gobierno aseguró que, aunque la liberación del cepo no será inmediata, se mantendrá «un tipo de cambio competitivo» para el sector fabril y no habrá voluntad desde el Estado de implementar controles de precios, apostando al libre mercado.

En cuanto al acceso a insumos importados y la mora en la deuda comercial, se discutieron mecanismos para resolver estas cuestiones, destacando la necesidad de generar un flujo más dinámico para adquirir componentes productivos y abordar la situación de la deuda comercial.

Funes de Rioja reveló que se discutió el «Bono para la Reconstrucción de una Argentina Libre (BOPREAL)» y el esquema de pagos para nuevas importaciones de insumos, buscando que este mecanismo sea «lo más atractivo posible», con la promesa de regularizar el flujo de comercio exterior a partir del martes.

En respuesta a las preocupaciones planteadas por la UIA sobre el impuesto PAIS y las retenciones para preservar la competitividad en el mercado internacional, el Ministerio de Economía se comprometió a revisar estas medidas «sector por sector», dejando en claro que  “El Impuesto PAÍS y las retenciones son medidas de urgencia porque Argentina no tiene dólares».

En lo inmediato, Funes de Rioja sostuvo que «es posible que decline la actividad» porque al impacto de la reciente devaluación habrá que sumarle la cuestión estacional, ya que «enero y febrero son dos meses de vacaciones y mantenimiento». 

El titular de la UIA al finalizar el evento compartió con la prensa los puntos centrales de la discusión: «La industria tiene un rol clave para el crecimiento del país, pero para ello se necesita estabilización macroeconómica, a fin de dar previsibilidad y credibilidad para aumentar las inversiones».

Sin embargo, se expresó con un tono conciliador y optimista para lograr la reactivación del sector industrial en Argentina, valorando el diálogo que se empieza a entablar con el nuevo gobierno.