Milei otorga refugio a familia de teniente venezolano Ojeda: viuda e hijo de militar asesinado abandonan Chile por seguridad

Argentina concedió refugio político a la familia del teniente venezolano asesinado en Chile, Ronald Ojeda. La viuda, su hijo, hermana y sobrinos abandonaron Chile debido a la inseguridad y seguimientos de los cuales han sido víctimas posterior al macabro hecho. El abogado de la familia gestionó la acción ante el gobierno que encabeza Javier Milei. Esta medida evidencia la incapacidad de Chile para brindar la protección necesaria a la familia Ojeda, víctima de persecución desde Venezuela.

Está todo listo. Argentina brindará lo que, en la práctica, Chile no pudo. La familia del teniente (r) del Ejército Bolivariano de Venezuela, Ronald Ojeda, se fue de nuestro país a la República Argentina que preside Javier Milei, aduciendo inseguridad y alto riesgo tras el secuestro y asesinato del opositor al régimen chavista en tierras chilenas.

Según fuentes que conocieron las conversaciones, desde hace meses se iniciaron los diálogos amparados en los “mecanismos internacionales” que existen. Es en base a esto que Josmarghy Castillo, viuda de Ojeda, y Mayra Ojeda, hermana del asesinado, además del hijo y sobrinos, decidieron pedir formalmente al país vecino “refugio” frente a la situación que están viviendo.

Una solicitud, que según documento vistos por la Unidad de Investigación de Radio Bío Bío, y que gestionó el abogado Juan Carlos Manríquez, representante pro bono de la familia Ojeda, indica que Josmarghy Castillo “ha denunciado seguimientos y vigilancias inusitadas, no vinculadas a su relación con la fiscalía chilena”. Además, la solicitud señala que “han intentado hackear sus redes sociales de Instagram y Facebook desde Venezuela (hecho también denunciado)”, según se lee en la presentación.

El documento que fue entregado por el abogado Manríquez, emitido el 4 de julio a las 18:09, fue dirigido a Carlos Alberto Manfroni, titular de la Unidad de Asesores del Ministerio de Seguridad de la República Argentina, encabezado por la ex candidata presidencial y actual titular de ese ministerio, Patricia Bullrich.

En la solicitud, junto con explicar los detalles del Caso Ojeda desde el momento del secuestro, las torturas, el asesinato y el descubrimiento del cuerpo, se agregó la inseguridad que viven los familiares directos que a la fecha de emitido ese relato no contaban con seguridad de parte del Ministerio del Interior y Seguridad Pública de Chile ni mucho menos instrucciones particulares de la fiscalía para resguardarlos.

Incluso, el documento señala que ambas mujeres, viuda y hermana, “no están seguras ni protegidas en Chile (…) lo que más las aflige es que se les ha negado cabal acceso al expediente de investigación, pero paradójicamente, las últimas diligencias que reafirman la intervención extranjera y de delincuentes altamente peligrosos del Tren de Aragua y otras bandas en este delito se dieron a conocer en un noticiario de televisión abierta”, en clara referencia al reportaje realizado por Chilevisión.

Y continúa el relato que está en poder de Argentina: “Su situación es de total agobio, y me han pedido formalmente que la República Argentina considere concederles el refugio. Están en total disponibilidad en el corto plazo”, esto último en referencia a partir a ese país en el más breve plazo.

Recordemos que según el fiscal Héctor Barros, jefe del Equipo de Crimen Organizado y Homicidios (ECOH) de la Fiscalía, afirmó en Chilevisión que las diligencias llevadas adelante para esclarecer el secuestro y posterior homicidio de Ronald Ojeda apuntan a que “el crimen tuvo una motivación política” y que este habría sido “gestado desde Venezuela”.

Barros, además, descartó que el crimen haya tenido relación con el crimen organizado o un secuestro extorsivo, dos de las líneas investigativas que en algún momento tuvo el caso.

VIAJE SECRETO

Si bien Radio Bío Bío fue alertada de estas gestiones hace algunas semanas, las mismas fuentes pidieron resguardar la información. Esta situación cambió con la llegada del mes de julio, cuando se reactivó el trabajo en Buenos Aires para llegar a un acuerdo respecto a lo que solicitó la familia Ojeda.

Es así que el lunes 1 de julio se agendaron reuniones importantes y se puso en marcha lo que algunos llamaron “operación seguridad” cuyo objetivo central es otorgar lo que Chile no pudo: tranquilidad a una familia frente a lo que ha ocurrido.

Por eso, el miércoles 4 de julio es una fecha recordada por el abogado de la familia Ojeda, Juan Carlos Manríquez. Ese día llegó a Buenos Aires para una reunión clave en representación de la viuda de Ojeda, la hermana del teniente asesinado, el hijo de este y sus sobrinos.

Manríquez participó en dos encuentros: la primera con los asesores de la ministra de Seguridad del gobierno de Javier Milei, Patricia Bullrich, con quienes se llegó a un preacuerdo respecto a los alcances y ejecución del refugio. La segunda reunión fue con la propia secretaria de Estado. De hecho, el abogado públicamente no se ha referido a esta ronda de reuniones.

Diálogos que fueron exitosos ya que la madrugada de hoy jueves, 11 de julio, a bordo de un avión de la aerolínea JetSmart, la viuda de Ojeda y la hermana del asesinado, aterrizaron en el Aeropuerto Aeroparque de Buenos Aires.

En el vecino país los esperaron y luego de eso fueron trasladados hasta las dependencias del Ministerio de Seguridad de Argentina. Hoy 11 de julio se les otorgó verbalmente que cuentan con el refugio ante el peligro inminente de sus vidas. Eso sí, la viuda y hermana de Ojeda tendrán que volver a Chile en las próximas horas para cerrar el capítulo más duro que les ha tocado vivir: la muerte del esposo y hermano.

ACNUR

Pero lo cierto es que el abogado de la familia, Juan Carlos Manríquez, había partido mucho antes activando el “mecanismo internacional” para poder poner a buen resguardo a la familia de Ojeda.

Apoyados por el subsecretario del Interior, Manuel Monsalve, contactaron a la Oficina del Alto Comisionado para los Refugiados (ACNUR), con el fin de intentar cursar una salida vía este mecanismo. Sin embargo, y pese a todas las reuniones el refugio no estaba dentro de las posibilidades sino la “reunificación familiar” que debería haber sido España, donde vive uno de los integrantes de la familia Ojeda Moreno.

Pero la posibilidad de que España los recibiera era muy compleja, ya que ACNUR mantiene un sistema de tómbola que hacía difícil que esto se diera en el breve plazo.

Incluso, según fuentes de Gobierno, la viuda ha visitado en al menos dos oportunidades el Palacio de La Moneda para reunirse con el subsecretario Monsalve.

CHILE POCO SEGURO

Dentro de los antecedentes, como ya explicamos, y que fueron entregados a la República Argentina, están los detalles de las denuncias que ha hecho la viuda sobre seguimientos y movimientos de terceros que no corresponderían al trabajo de equipos de la Fiscalía ni mucho menos del área de inteligencia de las policías.

Punto que hace que el riesgo pudiera ser inminente y por ello la calificación de refugiados habría hecho sentido por parte de las autoridades trasandinas. En simple: Chile no está brindando seguridad, pensando que el secuestro, torturas y asesinato provendrían desde otro país, Venezuela, como lo reconoció la fiscalía chilena.

Una persona puede solicitar irse a otro país o legalizar su estadía bajo dos escenarios principales. El primero es la “reunificación familiar”, que busca estar con sus seres queridos, especialmente en contextos como el caso Ojeda de estrés postraumático. Mientras que el segundo es el caso de “refugio” por peligro o riesgo inminente.

Por eso, la solicitud aprobada por Argentina se fundamenta en un punto muy complejo para las autoridades chilenas, ya que al acoger la acción se viene a reconocer que el Estado no pudo brindar la seguridad que demanda una familia en peligro. Es más, el himno nacional señala que Chile será “O el asilo contra la opresión”, situación que contrasta con lo vivido por la familia que tenía desde 2023, al cual había postulado tras su llegada en el 2017.

LA NOCHE FATAL

Josmarghy Castillo ha evitado los micrófonos y las cámaras. El día en que enterró a su marido, Ronald Ojeda, lo hizo en silencio acompañada de un puñado de familiares y amigos que pudieron llegar en ese momento.

Sin embargo, fue al diario La Segunda en que la viuda del militar venezolano asesinado por instrucción de “alguien”, contó cómo fue la madrugada del 21 de febrero en que supuestos funcionarios de la Policía de Investigaciones (PDI) sacaron a su pareja de la cama en ropa interior.

Su relato fue recogido por el vespertino santiaguino el 22 de marzo, casi un mes después del asesinato de su pareja, explicó que “llegan mensajes de que si hablas te expones, podrías correr más peligro. Tienen razón, pero el peligro lo estoy corriendo hace mucho tiempo y aquí no hubo protección. Estas personas que nos atacaron estuvieron quizás cuánto tiempo investigando nuestra vida, nuestra rutina. Ya nos conocen, ¿qué más exposición puedo tener? Es real. Vine a Chile para tener protección, para que mi familia estuviera unida y no fue así”.

Según su relato de los hechos ocurridos la madrugada del 21 de febrero fue que “a las 3 de la mañana… 3 y 10 de la mañana. Estábamos acostados los tres (con su hijo) cuando sentimos los golpes en la puerta, que parecían mentiras. Mi esposo tenía pesadillas así, pero ahora era verdad”.

“Me levanté de la cama y cuando me levanté ya mi esposo estaba con él (el secuestrador que lo sujetó). Me demoré tanto en reaccionar, que cuando salgo de la habitación ya a mi esposo lo tenían agarrado. Estábamos en la misma cama, porque nosotros dormíamos los tres: yo me dormía siempre en el medio, pero me levanté al baño un tiempo antes y cuando volví, mi hijo estaba en el medio y me tocó acostarme en la otra esquina. Saltó él de la cama y yo me demoré más porque no creí que eso estaba pasando. Pensé ‘esto es una pesadilla’ y cuando me levanto, ya lo tenían agarrado”, expresó.

Castillo dijo también que vio que eran tres los secuestradores. “Yo gritaba ‘¡No! ¡no! ¡no!’ y le daba golpes a la pared fuera de la habitación y mi hijo sale y yo le digo ‘no’ y lo meto dentro de la habitación y mi hijo gritaba en la cama, daba golpes también, ‘¿qué pasa mamá’ y lloraba y yo ‘tranquilo, quédate ahí mi amor, quédate ahí””.

“El más grande (de los secuestradores) me apunta a la cabeza, me hace así (simula un arma con la mano en la cabeza) y me dice ‘cállate’. Fue la única palabra de estas personas, porque yo estaba gritando muchísimo y los vecinos se despertaron, comenzaron a llamar a la recepción, pero abajo había una persona chilena, porque el de la recepción me juró que esa persona que le mostró una supuesta orden era chilena”, añadió.

Luego, siguió relatando que “cuando el tipo me dice ‘cállate’ mi esposo me dice ‘quédate tranquila’ y fueron las últimas palabras que me dijo, ‘quédate tranquila’. Me quedé callada y en esos minutos aprovecharon de salir mientras el tipo que me apuntaba no me dejaba salir de la habitación. Un vecino abre la puerta de su departamento, se asoma, pregunta qué estaba pasando y le gritan ‘¡PDI! ¡PDI!’ Y yo de adentro les grito ‘¡No son PDI! ¡No son PDI!’ Y le daba golpes a la pared. Me cambio de ropa para poder bajar y ya se lo habían llevado, no pude hacer nada”.
Con su marido ya fuera del edificio, bajó a recepción y trató de comunicarse con PDI y Carabineros, pero “las líneas estaban colapsadas”.

“Se me ocurre llamar al 149 de emergencias familiares y ahí doy aviso de lo que pasó. Un tiempo más tarde llegaron carabineros. Yo estaba en la recepción con mi hijo, antes de bajar llamé a mi cuñada y le digo ‘secuestraron a Ronald, se lo llevaron’. Y yo sé quiénes fueron, pero no lo quieren decir”, explicó.

Consultada sobre quiénes son los que no lo quieren decir, dice que son las autoridades. “Quizás están esperando a tener las pruebas, más evidencia, pero qué más pueden tener, si mi esposo recibió las amenazas que dije”, aseguró.

Dichas amenazas se produjeron antes del secuestro y fueron a nivel internacional. “Dijeron que ‘los vamos a buscar hasta debajo de las piedras’. Nos cambiamos en diciembre (pasado) por estas situaciones”, añadió en la entrevista.

EL DÍA DEL HALLAZGO

Fue el 2 de marzo cuando, en la toma “de los haitianos” en Maipú, fue hallado enterrado el cuerpo de Ojeda, el que estaba dentro de una maleta cubierta por una losa de cemento.

Ese día, dijo Castillo, “me llamó una persona de la PDI, me dijo ‘Quiero que te quedes tranquila porque no es’ y yo ‘gracias por avisarme’”.

“Eso fue temprano y en la tarde van de la Fiscalía y me dicen ‘necesitamos ADN’, ‘qué raro’, ‘es que necesitamos descartar’. Se le tomó una muestra a mi cuñada, buscaron ADN de mi esposo y al poco tiempo llegan de nuevo a decirme que sí era él. Y no podía creerlo y no puedo creer que se hayan demorado tanto en esto y que simplemente hayan encontrado su cuerpo por una llamada anónima”, contó.

Agregó que “veo en la TV que metieron una excavadora gigante, ¡por Dios! Cómo puedo saber si se hizo el trabajo correctamente, no he visto fotos y videos y se demoraron en mostrármelo y siento, y sé que yo tenía el derecho a ver su cuerpo antes de manipularlo”.

Fuente: Bío Bío Chile

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Redacción Mundo Libre
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