México inicia el despliegue de 10.000 efectivos de la Guardia Nacional en la frontera con EE. UU.
En respuesta a las recientes negociaciones entre México y Estados Unidos, el gobierno mexicano ha iniciado el despliegue de 10.000 efectivos de la Guardia Nacional en la frontera norte. Esta medida busca fortalecer la seguridad fronteriza y combatir el tráfico de drogas, especialmente el fentanilo, hacia territorio estadounidense.
El acuerdo fue alcanzado tras una conversación telefónica entre la presidente de México, Claudia Sheinbaum, y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, el pasado lunes 3 de febrero. Durante la llamada, ambos mandatarios acordaron una pausa de un mes en la imposición de aranceles del 25% a las exportaciones mexicanas, condicionada al refuerzo de la seguridad en la frontera.
Desde las primeras horas del martes 4 de febrero, contingentes de la Guardia Nacional comenzaron su movilización desde diversas regiones del país hacia puntos estratégicos de la frontera, incluyendo Tijuana, Ciudad Juárez y Matamoros. Este despliegue tiene como objetivo principal frenar el flujo de fentanilo y otros estupefacientes hacia Estados Unidos, así como combatir el tráfico de armas hacia México.
La presidente Sheinbaum enfatizó que este movimiento no comprometerá la seguridad en otras partes del país. «Es un despliegue que no deja sin seguridad al resto del país», afirmó, asegurando que se mantendrá la vigilancia en zonas con alta incidencia delictiva, como Cancún, Playa del Carmen y Tulum.
Por su parte, el presidente Trump celebró el acuerdo como una victoria para su administración. «Fue una conversación muy amistosa en la que ella aceptó enviar de inmediato 10.000 soldados mexicanos a la frontera que separa a México de los Estados Unidos», declaró en Truth Social.
Además del despliegue militar, ambos países acordaron trabajar conjuntamente para detener el tráfico ilegal de armas desde Estados Unidos hacia México, una problemática que ha contribuido al incremento de la violencia en territorio mexicano.
Este acuerdo también busca evitar una crisis económica derivada de la imposición de aranceles que afectarían significativamente a las exportaciones mexicanas. La pausa de un mes en los aranceles brinda a ambos gobiernos la oportunidad de negociar soluciones más permanentes en materia de seguridad y comercio.