Manuel López Obrador pierde el pulso con Daniel Noboa

El ex-mandatario ecuatoriano por Alianza País, Rafael Correa, escribió tras el asalto de la policía ecuatoriana a la sede consular mexicana en Quito:”Lo que ha hecho el gobierno de Daniel Noboa no tiene precedente en la historia latinoamericana. Ni en las peores dictaduras se ha violado la embajada de un país”, dijo Correa quien fuera adalid del socialismo del XXI, y es extraño que asegure esto, porque Fidel Castro, quien presidió una de las peores dictaduras de la historia latinoamericana, asaltó en dos ocasiones la embajada de Ecuador en La Habana, la primera vez fue en 1961, y la segunda ocasión fue en 1981.

En 1961, Castro atacó la embajada de la hermana nación y asesinó a tres cubanos y cuatro más quedaron heridos, según comentó por aquel entonces el canciller Francisco Acosta a la periodista Mariana Neira, cito:”las fuerzas del gobierno cubano dispararon contra un camión que entró a la sede diplomática con personas que pedían asilo político”, dijo el canciller, es preciso señalar que era la época más dura del terror comunista, fue el periodo de los tribunales populares y los fusilamientos en las plazas públicas de opositores al régimen, donde se destacó Ernesto Che Guevara.

La segunda vez que Fidel Castro asaltó la embajada de Ecuador en La Habana fue en 1981, cuando 29 cubanos se refugiaron en su interior buscando amparo humanitario. Según reseñó, El País, un importante medio ecuatoriano en aquella ocasión, cito:”las tropas especiales comunistas entraron por la fuerza a la sede diplomática y se llevaron secuestrados a todos los ciudadanos de la Isla que allí se encontraban”, comentó  la publicación.

De esos 29 cubanos, Fidel Castro fusiló a seis, y los otros fueron condenados a cadena perpetua, varios de ellos murieron de manera misteriosa en cautiverio.

Entonces, ¿ cuál es el propósito de Rafael Correa, discípulo de Castro, cuando afirma que no hay parangón en la historia latinoamericana de un hecho tal? Se sabe que Jorge Glas es un punto incómodo para el correísmo por la información que maneja, además, hay una complicidad muy explícita en el entorno del Grupo de Puebla y del Foro de Sao Paulo, que defienden los intereses de la izquierda global e infiltran la agenda comunista en la región. 

En su  momento López Obrador protagonizó en contubernio con Alberto Fernández, ex-presidente de Argentina, el rescate de Evo Morales cuando se fugó de Bolivia, y lo hicieron a pesar  del principio de no intervención en los asuntos internos de los países, o principio de autodeterminación de los pueblos, una teoría marxista muy en boga en esos círculos del socialismo del siglo XXI, evidentemente muy conveniente anular, o no tener en cuenta, cuando se trata de delincuentes comunistas sentenciados por tribunales competentes, de ellos, el único corrupto que aceptó ir a prisión fue Lula Da Silva.

Sin embargo, Daniel Noboa, que enfrenta una guerra terrorista contra el narco militante, decidió intervenir la embajada mexicana y extraer a Jorge Glas para que cumpla su sentencia en prisión dado su perfil de delincuente común, ello era impensable una década atrás, cuando la izquierda global armó la estructura de un espacio post-soviético en Latam con la Unasur, Celac, PetroCaribe, Foro de Sao Paulo, Grupo de Puebla, Alba, en fin, donde la corrupción y la infiltración de izquierda redoblaron su agenda.

Ahora López Obrador amenazó con romper relaciones con Ecuador, pero Noboa lleva adelante una política de hechos consumados y mucho tiene que ver el cambio de paradigma que impregnan en la región, Nayib Bukele, presidente del, El Salvador, y Javier Milei, jefe de gobierno en Argentina.