«Manual del Golpe Blando»: Funcionario de Milei analiza las estrategias de desestabilización en Argentina

El 14 de marzo de 2025, Alejandro Álvarez, subsecretario de Políticas Universitarias del gobierno de Javier Milei, publicó un detallado análisis en X sobre las tácticas de desestabilización política conocidas como «golpes blandos». Este post, acompañado de imágenes de protestas violentas en Argentina —como enfrentamientos entre manifestantes y policías, y un automóvil en llamas en las calles de Buenos Aires— describe un proceso sistemático para derrocar gobiernos democráticos sin recurrir a la violencia directa o golpes militares tradicionales. Álvarez, en su publicación, enfatiza que este análisis es «una versión propia en base a las ideas de Gene Sharp», el politólogo estadounidense conocido por su teoría sobre los métodos no violentos de desestabilización, como se detalla en su obra De la dictadura a la democracia.

En su post, Álvarez desglosa el «golpe blando» en cinco fases claras:

  1. Fase 1: Ablandamiento
    Aquí se potencian los conflictos sociales y se fomenta el descontento mediante marchas, escraches, huelgas y otras formas de protesta. Se desarrollan narrativas mediáticas que destacan déficits reales o potenciales, como problemas en salarios, salud, educación o seguridad, mientras se promueven factores de malestar como desabastecimiento, inseguridad o manipulación de expectativas económicas. También se denuncian casos de corrupción y se siembran intrigas sectarias o conspirativas.
  2. Fase 2: Deslegitimación
    En esta etapa, que Álvarez sugiere que Argentina estaría atravesando actualmente, se manipulan prejuicios contra la propiedad privada, las empresas, la policía o el «neoliberalismo». Se impulsa la idea de que el gobierno limita la libertad de prensa, los derechos humanos y las libertades públicas, con «periodistas» que denuncian censura. Además, se acusa al gobierno de totalitarismo y pensamiento único, mientras se busca fracturar la cohesión ética y política, radicalizando las protestas para generar heridos o muertos que alimenten la narrativa de una «dictadura».
  3. Fase 3: Calentamiento de calle
    Esta fase implica un aumento de la movilización callejera, con la creación de plataformas de lucha que unifiquen demandas políticas y sociales, como la «Multisectorial». Se generalizan protestas, cortes de calles y tomas de instituciones públicas, exponiendo fallas gubernamentales para intensificar la confrontación.
  4. Fase 4: Combinación de diversas formas de lucha
    Se organizan marchas y ocupaciones de instituciones emblemáticas para convertirlas en plataformas de propaganda. Se emplean operaciones de guerra psicológica, acciones armadas limitadas y campañas de rumores para justificar medidas represivas y crear un clima de ingobernabilidad, además de intentar desmoralizar a las fuerzas militares y de seguridad.
  5. Fase 5: Fractura institucional
    Basándose en las acciones callejeras, tomas de instituciones y posibles pronunciamientos militares, se busca forzar la renuncia del presidente. Si fracasa, la presión puede derivar en resistencia armada, preparando el terreno para una guerra civil prolongada, como se insinúa con referencias a banderas históricas como las del ERP y Firmenich. Finalmente, se promueve el aislamiento internacional del gobierno, coordinado con ONG progresistas y organismos como la ONU.

El post incluye imágenes impactantes: una muestra un enfrentamiento entre manifestantes, algunos con camisetas de fútbol y banderas, y policías con escudos en una calle de Buenos Aires, mientras otra retrata un automóvil incendiado en medio de una protesta, con personas huyendo entre el humo. Estas imágenes ilustran el «calentamiento de calle» que Álvarez describe, un fenómeno que resuena con las recientes protestas en Argentina contra las reformas económicas de Milei, ocurridas el 14 de marzo de 2025, donde jubilados, hinchas de fútbol y otros grupos se enfrentaron a la policía en la capital.

Álvarez concluye su publicación con un mensaje optimista y desafiante: «Con @JMilei no van a poder!», expresando su confianza en la capacidad del gobierno libertario de Milei para resistir estas tácticas de desestabilización. Su análisis, basado en las ideas de Gene Sharp pero adaptado a su contexto y perspectiva personal, refleja una preocupación por la vulnerabilidad de las democracias frente a maniobras políticas no violentas pero altamente efectivas.

El contexto de Argentina en 2025, marcado por la polarización debido a las medidas de ajuste económico del gobierno de Milei, parece ser el telón de fondo de este análisis. Las protestas violentas en Buenos Aires, que incluyeron enfrentamientos con la policía y disturbios, coinciden con la descripción de Álvarez sobre cómo los «golpes blandos» aprovechan el descontento social para generar caos y presión política. Su posición como subsecretario de Políticas Universitarias añade relevancia a su voz, dado que las universidades suelen ser epicentros de movimientos estudiantiles y debates políticos que podrían ser instrumentalizados en estas estrategias.

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Redacción Mundo Libre
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