Manifestación en Nueva York celebra la ruptura de vínculos con el Partido Comunista Chino por parte de 450 millones de personas
Entre el sonido de los tambores y las danzas vibrantes y animadas de los tradicionales dragones y leones chinos, cientos de personas se reunieron en Flushing el 10 de agosto para conmemorar un hito histórico en un movimiento de base global: más de 450 millones de personas renunciaron públicamente a sus vínculos con el Partido Comunista Chino (PCCh) y sus organizaciones afiliadas.
El evento, organizado por el Centro de Servicios Globales para Renunciar al PCCh , también marcó la casi consecución de otro hito: cinco millones de firmas en la petición «Acabemos con el PCCh» . La manifestación atrajo a un grupo diverso de oradores y activistas, entre ellos funcionarios del estado de Nueva York, abogados, académicos, líderes religiosos, organizadores comunitarios y defensores de los derechos humanos.
El evento concluyó con actuaciones de grupos de tambores de cintura que interpretaron piezas conmovedoras como «El Cielo Elimina al PCCh» y «La Marcha de la Nueva China». El ambiente era festivo, pero firme, con el firme compromiso de acabar con el régimen autoritario mediante un despertar moral pacífico.
Un movimiento global
Muchos describieron el “Movimiento Tuidang” como un despertar pacífico y moral, que se ha convertido en la mayor campaña de base de la historia moderna diseñada para oponerse a la tiranía y aclarar la verdad.
El movimiento se originó en noviembre de 2004, cuando «The Epoch Times» publicó por primera vez la serie editorial » Nueve Comentarios sobre el Partido Comunista» con el fin de exponer el historial de violencia, represión y engaño del PCCh. Poco después, se emitió la primera declaración pública de retirada del Partido, y para 2005 se creó el Centro Global de Servicios para la Renuncia al PCCh para facilitar estas declaraciones, que pueden hacerse bajo nombre real o seudónimo. Actualmente, la campaña se extiende a más de 30 países.
En la manifestación, 25 participantes recibieron certificados que marcaban su retiro formal del PCCh, la Liga de la Juventud Comunista o los Jóvenes Pioneros.
Los líderes políticos condenan al PCCh
La ex vicegobernadora de Nueva York, Dra. Betsy McCaughey, elogió la valentía de quienes han renunciado al PCCh, calificando el movimiento de «prueba de que la tiranía puede ser derrotada». Advirtió sobre el alcance global del Partido, afirmando: «La amenaza del comunismo no es solo un problema de China, es una amenaza global… Deberíamos usar a la Policía del Estado de Nueva York para reprimir las actividades ilegales del PCCh y proteger a los chinos de su maligna influencia».
McCaughey, quien está considerando postularse para gobernadora de Nueva York, prometió durante el evento: «Si llego a ser gobernadora, el PCCh será expulsado del estado de Nueva York sin piedad».
“Durante décadas, el Partido Comunista Chino ha empleado la violencia, la mentira y la censura para controlar a su pueblo y reprimir la disidencia”, declaró McCaughey durante la manifestación. “A través de movimientos como la Revolución Cultural, la masacre de la Plaza de Tiananmén y la continua persecución a los practicantes de Falun Gong y a las minorías religiosas, el PCCh ha revelado su verdadera naturaleza: una que teme a la verdad y a la libertad”.
Añadió: «He dedicado mi carrera a defender la libertad constitucional, la libertad de expresión y los derechos individuales. Y puedo asegurarles: la amenaza del comunismo no es solo un problema lejano para China, sino una amenaza global. Vemos cómo su influencia intenta infiltrarse en nuestras instituciones, nuestras escuelas e incluso en nuestro gobierno».
La líder comunitaria Martha Flores-Vázquez entregó un reconocimiento a los organizadores, describiendo la marca de 450 millones como “un hito en la resistencia global a la tiranía del PCCh” e instando a continuar las campañas de concientización pública.
“Felicitaciones por su perseverancia, su valentía y sus incansables esfuerzos para educar a los estadounidenses en la ciudad de Nueva York de que la persecución no ocurrirá aquí”, dijo Flores-Vásquez, y agregó: “Enviaremos un mensaje internacional a todo el mundo de que somos un modelo para todos, donde educamos al público y protegemos a nuestra gente”.
Los derechos humanos en el centro
El presidente del Centro de Servicio Global, Dr. Wang Zhiyuan, calificó al PCCh como “un grupo criminal transnacional disfrazado de partido político” y detalló su historia de campañas políticas, masacres y persecución continua a los practicantes de Falun Gong.
Citó investigaciones que confirman la participación de altos funcionarios del PCCh en la sustracción forzada de órganos, y pidió a Estados Unidos que designe al PCCh como una “organización terrorista extranjera”.
Falun Gong, también conocido como Falun Dafa , es una disciplina espiritual arraigada en los principios de Verdad, Benevolencia y Tolerancia. A pesar de su carácter pacífico, el PCCh lanzó una represión a gran escala contra el grupo en 1999 tras considerar su popularidad, estimada entre 70 y 100 millones de practicantes, una amenaza para su control autoritario. La persecución ha continuado sin cesar durante más de dos décadas, con miles de practicantes de Falun Gong pereciendo a manos de las autoridades chinas.
Mientras tanto, el abogado Ye Ning describió al Movimiento Tuidang como “una fuerza poderosa, más fuerte que cualquier arsenal militar”, mientras que el capellán retirado del ejército estadounidense y teólogo Dr. Xiong Yan calificó las retiradas como “un milagro de la historia… no una lucha política, sino una elección moral y una redención del alma”.
Michael Pastine, director de información de SUNY Old Westbury y profesor visitante en la Universidad de Fordham, advirtió sobre la manipulación de la información por parte del PCCh en la era digital: “Cuando se suprime la verdad, se tambalea el fundamento de la libertad humana… La libertad de pensamiento es el cortafuegos más poderoso contra la tiranía”.
Testigos del cambio dentro de China
El Dr. Sean Lin, del Comité sobre el Peligro Actual: China, enfatizó que la resistencia está creciendo dentro de la propia China, citando protestas masivas como las manifestaciones del «Libro Blanco» como un punto de inflexión. «‘Renunciar al PCCh’ es más que un simple eslogan», dijo Lin. «Significa que las personas están despertando del miedo y el lavado de cerebro, liberándose de décadas de falso adoctrinamiento».
Añadió: «Este movimiento está desmantelando la fortaleza ideológica del PCCh, permitiendo al pueblo chino pensar libremente en el futuro por primera vez. Cada vez más personas eligen no tener miedo ni guardar silencio, sino abrazar un nuevo capítulo para China con razón y valentía».
Subrayando los riesgos que enfrentan quienes se encuentran dentro de China, la voluntaria Li Dianqin relató la persecución que sufrió a manos del PCCh por defender su fe en Falun Gong. Habló de haber ayudado a más de 10.000 personas a renunciar al PCCh, incluyendo a un policía que posteriormente indujo a su esposa a renunciar también. «Me dijo: ‘Me has conmovido. Sabía que el Partido era malo desde hacía mucho tiempo, pero tenía que sobrevivir. No volveré a hacer este trabajo'».
Voces públicas de apoyo
Los espectadores también expresaron su solidaridad con quienes aún enfrentan persecución en China. El agente inmobiliario José Martínez calificó las retiradas masivas como «una gran cosa… cuanto antes termine el PCCh, más pacífico será el mundo». El banquero John Gil añadió: «Esto demuestra que el régimen está al borde del colapso… Espero que más personas renuncien para acelerar el fin de esta lacra».
Los asistentes de China continental coincidieron en estos sentimientos. Un hombre dijo: «Cuanta más gente renuncie, antes caerá el PCCh y antes dejará de sufrir el pueblo chino». Otro señaló: «Sin el PCCh, China tendrá futuro».
Como señaló Wang Zhiyuan: “Debemos unirnos a las fuerzas de la justicia en todo el mundo para exponer, sancionar y acabar con el PCCh, un demonio que daña a toda la humanidad”.
