«Make Greenland Great Again»: por qué EE. UU. da tanta importancia a obtener Groenlandia

El interés de Estados Unidos por Groenlandia no es nuevo, aunque sí ha cobrado fuerza en los últimos años, impulsado por razones de importancia económicas, estratégicas y políticas.

Durante su segundo mandato, el presidente Donald Trump ha intensificado su presión para obtener el control del territorio, generando tensiones con Dinamarca y provocando un debate global sobre el futuro de la isla ártica.

La importancia de Groenlandia para EE. UU.

Uno de los principales atractivos de Groenlandia es su riqueza en minerales estratégicos. Según recogió RPP, la isla alberga 25 de los 34 materiales considerados críticos por la Comisión Europea, entre ellos tierras raras esenciales para la fabricación de tecnologías limpias como vehículos eléctricos, turbinas eólicas y paneles solares.

Actualmente, China controla el 70% de la producción global de estos minerales y el 90% de su procesamiento, lo que ha llevado a Estados Unidos a buscar alternativas para reducir su dependencia del gigante asiático.

Empresas respaldadas por inversores estadounidenses ya han puesto sus ojos en la isla. KoBold Metals, una startup financiada por magnates tecnológicos como Jeff Bezos, Marc Andreessen y Sam Altman, está explorando yacimientos de cobre, níquel y cobalto en el suroeste de Groenlandia.

Al mismo tiempo, Critical Metals Corp. planea iniciar operaciones mineras en la isla en 2026, lo que ha despertado preocupaciones sobre posibles conflictos de interés dentro del gobierno estadounidense.

¿Make Greenland Great Again?

La postura de Trump ha sido particularmente agresiva con Dinamarca, país bajo cuya soberanía se encuentra Groenlandia. En una llamada telefónica con la primer ministro, Mette Frederiksen, el presidente estadounidense enfatizó que el control sobre la isla es “una necesidad absoluta” para su país. Además, amenazó con imponer aranceles si Copenhague se niega a negociar.

En respuesta, Dinamarca ha anunciado un incremento en su presupuesto militar, destinando $2 mil millones para fortalecer su presencia en el Ártico. Mientras tanto, el Congreso de EE. UU. está debatiendo la Ley “Make Greenland Great Again”, una iniciativa que busca autorizar negociaciones inmediatas para la adquisición de la isla.

Deseos de autodeterminación en Groenlandia

A pesar del interés extranjero, los groenlandeses han reafirmado su identidad y deseos de autodeterminación. El gobierno local, liderado por el partido Inuit Ataqatigiit, ha implementado estrictas regulaciones ambientales que han limitado la expansión minera, incluyendo la prohibición de la exploración de uranio y petróleo. Esto ha obstaculizado los planes de inversores tanto estadounidenses como chinos.

La población también ha expresado su rechazo a la injerencia extranjera. “No queremos ser estadounidenses. No queremos ser daneses. Somos groenlandeses”, declaró Inuuteq Kriegel, residente de Nuuk, en medio de las tensiones políticas.

La reciente visita de Donald Trump Jr. a la isla, que incluyó pagos a locales para aparecer en sesiones fotográficas, solo aumentó el malestar.

Si bien Groenlandia recibe $500 millones anuales en subsidios de Dinamarca, lo que representa el 20% de su economía, el sueño de la independencia sigue latente. No obstante, el camino hacia una Groenlandia autónoma sigue rodeado de desafíos económicos y geopolíticos, con Estados Unidos y China interesados en influir en su futuro.

Fuente: Bio Bio Chile

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Agencias
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