Lula enfrenta el rechazo: la mayoría de los brasileños dice sentir vergüenza de su presidente

En medio de una marcada caída de popularidad y con miras a las elecciones presidenciales de 2026, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva enfrenta una nueva señal de desaprobación.
Una reciente encuesta de Datafolha publicada este sábado revela que una amplia mayoría de los brasileños siente vergüenza de las principales figuras políticas e institucionales del país, incluyendo al propio Lula.
El estudio muestra que el 56% de los encuestados asegura sentir vergüenza del presidente, mientras que apenas un 40% dice sentir orgullo. Lula, quien atraviesa su tercer mandato con el apoyo más bajo desde que llegó al poder, se ubica solo detrás de los senadores (59%), diputados federales (58%) y magistrados del Tribunal Supremo (58%) en cuanto a la percepción negativa de la población.
En contraste, los brasileños demuestran mayor confianza en figuras más cercanas a la vida cotidiana: el 62% siente orgullo de sus alcaldes, el 61% del pueblo brasileño en general, el 55% de las Fuerzas Armadas y el 52% de los gobernadores regionales.
La encuesta, realizada entre el 10 y el 11 de junio en 136 municipios y con 2.004 entrevistados, confirma el desgaste de la imagen política de tendencia izquierdista en Brasil.
La impopularidad del Congreso no es una novedad. Los legisladores históricamente mantienen altos niveles de desaprobación y ahora se consolidan como los personajes que más vergüenza generan entre los ciudadanos.
Sin embargo, el dato más llamativo es la creciente crítica hacia Lula, quien insiste en deslizar la posibilidad de buscar otro mandato pese a la evidente fatiga social.
Por su parte, el Tribunal Supremo ha perdido respaldo por sus intervenciones cada vez más polémicas. Entre sus decisiones recientes figuran fallos sobre el aborto, la unión civil entre personas del mismo sexo y la despenalización del consumo de marihuana, cuestiones que dividen profundamente a la sociedad brasileña, donde la mayoría es conservadora en estos aspectos.
Además, la Corte tuvo un papel clave en la célebre operación Lava Jato, que sacudió los primeros gobiernos de Lula y llevó a prisión a decenas de empresarios, políticos y al propio presidente, quien más tarde consiguió que su condena fuera anulada. Esta anulación permitió su regreso al poder, una vuelta que hoy muchos cuestionan.
Actualmente, el máximo tribunal avanza con un juicio contra el expresidente conservador Jair Bolsonaro, acusado de conspirar para impedir la toma de posesión de Lula. Esta causa alimenta aún más la polarización política en el país. De hecho, la encuesta revela que el 82% de los seguidores de Bolsonaro dicen sentir vergüenza de la Corte Suprema, frente a un escaso 12% que se declara orgulloso. Entre los simpatizantes de Lula, la cifra se invierte: solo un 36% siente vergüenza y el 52% manifiesta orgullo por el tribunal.
Con un ambiente político cada vez más fragmentado y el desgaste evidente de Lula, el escenario para 2026 se presenta incierto. Mientras tanto, el presidente parece más preocupado en sostener su narrativa que en atender el creciente descontento popular que lo rodea.